“Soy funebrero, borracho y falopero no importa donde juguemos; la banda te va a alentar. A los jugadores les pido que pongan huevo les pido que sean primeros y la vuelta vamos a dar. Vamos Chacarita, vamos a ganar así ya nos vamos de este Nacional. Cuidate bostero vos sos un cagón mira que este año vuelve el Tricolor”. Cantito tribunero.
Al escribir este detallado informe viene a mi memoria una actividad lúdica. Solíamos decir con mis amigos de la infancia “hembra, macho, puto, guacho”, según el orden de llegada a la cita. También, se escribe este célebre enunciado en las paredes de los baños de mi escuela de educación católica, apostólica y romana.
De a poco, la endoculturación logra ingresar en nuestro sistema cognitivo inocente el sistema de creencias imperante. Con el tiempo algo cambia, pero no para todos. Se sigue formando desde la discriminación, desde la eliminación del “otro”.
En la actualidad, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) logra algunas mejoras. Generalmente, por ser cargos políticos, se encumbra al amigo del poder. Tan es así, que se nombra a Claudio Morgado, en 2009, en reemplazo de María José Lubertino. (ver en Tribuna de Periodistas mis críticas a la Presidenta de la entidad en tres artículos:
-El Inadi y la discriminación, parte II
Morgado tiene una olvidable actuación como conductor de “Televisión Registrada”, junto a Fabián Gianola, ciclo en el que suelen burlarse del “otro”. Poca gente recuerda la producción “Pablito Ruiz travesti” (incluye “La canción Pablito Ruiz vs. Pappo”). Ante tan paupérrima emisión, son tildados de hipócritas por el periodista deportivo Fernando Niembro.
Asimismo, el humorista Miguel Del Sel, hoy devenido en político macrista, imita —en su momento— y de una manera muy particular, al cantante en cuestión. 2
Aún no sé si defiende la Ley de Matrimonio Igualitario, pero entre sus aportes a la democracia quiere “que los negritos se bañen con agua caliente y dejen de manguear”. ¿Qué pasará con los “blanquitos”? Es denunciado ante el INADI por el secretario general de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales de Santa Fe, Claudio Leoni, por entender que esas declaraciones son "discriminatorias y de contenido agraviante sobre la condición de los sectores que aún sufren la exclusión social".
Es de destacar que este año la Junta Interna de Delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación ( Ate-Justicia) denuncia que en el INADI, los trabajadores son víctimas en la condición de rehenes de la disputa de poder entre Claudio Morgado y María Rachid, Presidente y Vice del Instituto. Sostienen que se los amenaza y discrimina. El ex diputado kirchnerista debe renunciar a su cargo por pedido de la presidenta Cristina Fernández.
Pero quiero centrarme en Olé, diario deportivo que lee la mayoría de los estudiantes de periodismo, con el que acenúan su homofobia casi endémica.
A propósito, destaca la investigadora Cinthia Soledad Naranjo que “la práctica futbolística genera representaciones en torno a la sexualidad. Debido a que los discursos en dicho contexto hacen referencia a prácticas sexuales, identidades sexuales y órganos sexuales. Por otra parte, partimos del presupuesto de que en esta construcción identitaria se presenta a la heterosexualidad masculina como dominante; la heteronorma se verá representada en las prácticas y los discursos de forma diversa, y es en este entramado de representaciones en donde se anclará el análisis. La penetración masculina y el falo son símbolos fundamentales de dicha heteronorma (…) Se hace referencia, en los cánticos, los gritos y los comentarios, de forma explícita e implícita, a órganos, identidades y prácticas sexuales (…) Las mujeres apropian y resignifican algunas expresiones, dándole un nuevo sentido. Sin embargo, el fútbol sigue siendo machista, ya que en su mayoría está integrado por hombres que juegan, hombres que dirigen el partido, hombres que preparan a los jugadores, hombres que van a la cancha a alentar, hombres que miran el partido por televisión, hombres que relatan el partido, hombres que cubren el acontecimiento periodístico, etc. Y todos ellos se definen —implícita o explícitamente— como heterosexuales. Se trata de una escuela de formación de los valores convencionales que en esta sociedad se consideran específicos del rol masculino: guapeza, agresividad, brusquedad, fortaleza física, menosprecio hacia la mujer y todo lo femenino”. 3
Naranjo estudia, en detalle, la relación entre las hinchadas de Estudiantes y Gimnasia. Allí resalta que las “representaciones, la de ‘puto’ y la de ‘no puto’, llevan consigo un sentido profundamente negativo. La homosexualidad se ve significada como una práctica indeseada, que se establece como una forma de atacar, acusar, insultar o humillar al otro (…). Entiéndase por homofobia el sistema de pensamiento y las prácticas derivadas de él que excluyen o eliminan a las personas homosexuales y lesbianas, de miedo u odio (…) El concepto de homofobia alude al grado de violencia simbólica –en los discursos- y material –en las prácticas- que un grupo ejerce sobre otro, de forma directa o indirecta. Dicha violencia no actúa de forma aislada sino que fue desarrollada históricamente, de distintas formas y estadios. La misma es constituida mediante distintos sectores sociales, hegemónica, naturalizada e institucionalizada. La homofobia es una violencia de género, que comprende el sistema simbólico hegemónico - que privilegia la heterosexualidad obligatoria como norma y el patriarcado como sustrato de la organización social- así como también, distintas prácticas de exclusión, rechazo, eliminación y silenciamiento. Dicho fenómeno no es exclusivo del hombre o del heterosexual. Existen gays, transexuales y bisexuales homofóbicos, así también mujeres heterosexuales, bisexuales o lesbianas. Según Iris Gastelum, las mujeres y los hombres homofóbicos lo son por ciertos prejuicios o imaginarios acerca de la homosexualidad: ‘Quienes desprecian a la homosexualidad y a los homosexuales, creen que estos son predadores que atacan a niños, seducen a jóvenes, hacen alarde de su sexualidad y promueven sus prácticas sexuales, alientan la promiscuidad, esparcen enfermedades y provocan la destrucción de la familia. Contrario a lo que se podría pensar, la homofobia no es fenómeno exclusivo de los heterosexuales, gran numero de homosexuales (lesbianas, bisexuales, transgéneros) la padecen como resultado del sexismo, incomprensión y desprecio cultural hacia otro tipo de sexualidad’. Por otro lado, el homofóbico posee ‘miedos o sospechas ante el propio potencial homosexual.
La intensidad de rechazo hacia lo homosexual en el mundo exterior, alivia los temores ante lo homosexual en el mundo interior’ (…) El hincha de Gimnasia o Estudiantes necesita potenciar su virilidad ante los demás, reafirmar su heterosexualidad, explicitar su identidad de género. La identidad de él y la hincha se construyen a partir de la contradicción con ese ‘otro’, el puto”. 4
En el ejemplo que sigue la cabeza de tapa (nota más importante por impacto visual y cantidad de centímetros por columna) se dedica en tu totalidad a San Lorenzo. Se destaca en letra gigante: “Machos”.
Se supone que los editores dejan para el lector el ninguneo del rival. Si estos son “machos”: ¿qué son sus rivales? ¿Serán “hembras”? ¿Gays?
Es sabido que en el fútbol, incluyo periodistas, como en cualquier actividad, puede haber gays. ¿No lo sabe Olé? ¿Padecen de homofobia? Tal vez, no tienen memoria o tienen una memoria selectiva que olvidan lo que conviene.
Es notorio que el texto que aparece sobre la izquierda, junto a la cara del jugador Gonzalo Bergessio: “San Lorenzo gozó su noche histórica. Con dos menos y 0-2, llegó al empate que echó a River de la Copa. Bergessio, héroe, (ver en Tribuna de de Periodistas Culto al héroe asociando la Patria con el triunfalismo) hizo gritar hasta a Ramón. El equipo de Simeone gallineó ¡y hubo hall!”.
Destaco en rojo: “gallineó”.
Hacé clic acá para seguir leyendo el artículo
Néstor Genta