Escribo esta nota abusando de mi memoria, y a pesar de la enorme simpatía que tengo por el presidente José “Pepe” Mujica.

En 1992, yo era vicepresidente del Parlamento Latinoamericano, hicimos una reunión cuando comenzaba el ano para programar las actividades y se me encargo presidir un congreso para “compatibilizar las leyes de lucha contra el narcotráfico y el lavado de dinero”. Cada país en nuestra región tenía leyes diferentes y eso era usado por los narcos para evadir el peso de la justicia.

Yo convoque a una reunión especial donde todos los países, los jefes de delegación debían enviar uno o dos delegados para preparar la conferencia. Y como yo la presidia, se hizo en Buenos Aires en 1993.

Se trabajo muchísimo, fiscales, jueces, senadores, ministros de justicia, fuerzas de seguridad, de todos los países de Europa y América Latina. Trece países compatibilizaron sus leyes a partir de 1993.

La reunión preparatoria, el Presidente alterno del Parlatino, que además era Presidente de la Cámara de Diputados de Uruguay, de apellido Singer, envió dos diputados.

Cuando se somete a votación la propuesta de la Argentina, de compatibilizar todas las leyes, Uruguay votó en forma negativa a la “compatibilización de leyes contra el lavado de dinero”.

Yo presidia la reunión y no salía de mi asombro. Pedí un cuarto intermedio para hablar por teléfono con Singer.

En otras palabras, los diputados uruguayos querían un régimen especial en Uruguay. De otra manera no se puede entender.

Llamamos a Singer y le contamos lo que estaba pasando: “Va a quedar en las actas del Parlatino que Uruguay quiere seguir lavando dinero”. Y así quedo.

Los uruguayos tienen incorporado a la cultura bancaria que quieren ser una Suiza latina, y que no es delito en Uruguay si los argentinos no pagan impuestos en Argentina y se quieren llevar el dinero allá.

Ellos quieren quedarse con la comisión de no pagar impuestos en Argentina y Brasil.

Que significa que “Uruguay libere información tributaria de argentinos con propiedades en el país.”

¿Qué tan interesado está Uruguay que los argentinos no se lleven plata negra a Punta del Este?

Históricamente, ¿Uruguay ha colaborado en extraditar a lavadores de dinero buscados y reclamados por los jueces argentinos? No.

 Nuestro congreso era en 1993, y tuve que llamar a Singer reclamando que seleccione bien la delegación de Uruguay, que iba a ser un papelón delante de todas las demás delegaciones. Mando dos diputados que se presentaron: “No se preocupe Varela, nosotros vamos a votar bien”, cero convencimiento, solo para evitar el papelón.

No tienen por qué ofenderse ahora los panameños y uruguayos por los dichos de Sarkozy.

En Uruguay hay una enorme industria de abogados que por $2.500 dólares te hacen una empresa fantasma, te abren una cuenta en un banco, y todo lo demás que ya sabemos. Esos estudios jurídicos que ofrecen ese servicio, igual que los panameños tienen páginas de Internet ofreciendo eso.

O sea, lo mismo que las empresas americanas hacen en las Islas Cayman (británicas), y Francia hace en Andorra (que no es de Francia ni de España), pero tiene una cantidad de bancos totalmente desproporcionado.

En realidad no se puede ya luchar contra el narcotráfico. USA no puede detener el tráfico de armas hacia México, y los Z están mejor armados que muchos policías. Las agencias tienen vida propia. La DEA se queda con lo que le secuestran a los narcos. Tienen presupuestos propios.

Es muy difícil sacarse las caretas.

Después de todo, Alfredo Yabrán, Carlos Soria, Cesar Arias querían lavar en Argentina el dinero usando los “servicios monetarios secretos” del correo privado. Después de todo no estaba tan mal, si es una carrera a ver quién es más cínico.

¿Hay alguien interesado realmente en saber cómo sale el dinero de Argentina?

Les cuento, haya corralito o no. Vas a una agencia de bolsa y compras acciones de Pérez Companc. Al día siguiente vendes esas acciones en NY. Tenías pesos, y ahora tienes dólares.

Los coleros y arbolitos son feos estéticamente, pero la plata se va de otra manera: ‘agentes bursátiles”.

No se hagan los distraídos. 

Eduardo Varela-Cid