El día 13 de septiembre de 2010 Tribuna de Periodistas publicó un artículo periodístico titulado “Necesitamos que Néstor se recupere”.
Dicha nota hacía referencia a la intervención que había recibido el ex presidente: una angioplastia poco antes de su fallecimiento, en el que se señalaba que lo mejor que le podía ocurrir, para todos aquellos que le deseaban en ese momento a Néstor lo peor, era que se recupere.
“No sólo que se recupere, sino también que se presente en las elecciones presidenciales de 2011. ¿Por qué? Es simple. Será una gran satisfacción ver derrotado a Kirchner, por quien sea, en las elecciones. Será un enorme placer verlo a él, y a sus secuaces, salir con la cabeza gacha, y será un enorme placer, por último, ver a toda la banda del Frente para
Sólo a título de recordatorio podríamos citar desde los ya emblemáticos fondos de Santa Cruz hasta la justificación de su fortuna, pasando por el falso título de abogada de Cristina. Sólo, por citar algunos casos.
Por eso, necesitamos que Néstor se recupere pronto, que aguante hasta fines del 2011 y no nos prive a los argentinos de ese enorme placer que será ver a semejante personaje humillado, derrotado y tras las rejas, junto a sus cómplices, por supuesto”, decía textualmente aquel artículo.
Lamentablemente, esto no ocurrió. Néstor Kirchner jamás terminó de recuperarse y todos conocemos el trágico final.
Por lo tanto, y más allá de que su fallecimiento haya sido, en gran medida, un factor determinante en el triunfo de Cristina Fernández en las últimas elecciones, muchos se quedaron con las ganas de que rindiera cuentas ante la Justicia por varias cuestiones, y ya no solo los emblemáticos fondos de Santa Cruz, la justificación de su fortuna, o el falso título de abogada de Cristina. A esta altura, los casos de sospecha de corrupción son muchísimos.
Hoy, después de escuchar la triste noticia sobre la delicada salud de la presidenta, y por esta misma razón, necesitamos que Cristina se recupere.
Que vuelva a ocupar lo antes posible su cargo y finalice su mandato. De lo contrario, pasará lo mismo que con Néstor, que además de irse sin pagar, se convirtió, de un día para el otro, en un semi prócer.
Pablo Dócimo