Hace algunos días atrás, se indicaba sobre de la presión periodística que comenzó a ejercer Ruchansky desde Página/1, sobre el flamante secretario de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha Contra el Narcotráfico, Rafael Bielsa, pero es necesario ahondar sobre el pensamiento del santafecino con respecto al narcotráfico.
En junio de 2005, Rafael Bielsa decía en la trigésimo quinta Asamblea General de la OEA, dijo que “El gobierno argentino reconoce al multilateralismo como el instrumento más eficaz para la consolidación de la paz, la seguridad, la defensa de los derechos humanos, la lucha contra la pobreza y la exclusión, las epidemias, el terrorismo internacional, el narcotráfico, la corrupción y otras amenazas transnacionales.”
En esa frase definía Bielsa su postura rígida respecto de la lucha contra las drogas que se debe llevar adelante en forma mancomunada, pero avanzó con mayor claridad al afirmar que “Numerosos son los desafíos por vencer, y muchos de ellos, está claro, requieren de la cooperación y la solidaridad interamericana para poder resolverlos”.
En abril de ese mismo año, el entonces Canciller Bielsa, ante la Corte Penal Internacional, cuando promediaba su discurso, remarcaba con vehemencia: “El artículo 5 del estatuto de la CPI enumera las violaciones a los derechos humanos de las que se ocupará la corte: genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y agresión, pero omite los crímenes económicos y el tráfico de drogas”; para rematar afirmando que “Somos tolerantes, pero no imbéciles. Somos defensores de los derechos humanos, pero por ello mismo negamos que nadie pueda incluir entre sus derechos el de torturarnos, ni el de reducirnos a esclavitud, ni el de convertirnos en carne de horno, por mucho que sus patrones culturales se lo permitan o se lo impongan. No estamos dispuestos a que nadie nos conduzca como mansos rebaños camino del matadero hacia los antros de la tortura, la fosa común o las cámaras de gas.”
Las drogas evidentemente reducen a sus usuarios a la esclavitud y Bielsa ha sabido remarcar esto con toda la fuerza del discurso político en los organismos trasnacionales mostrando que está en el deber de todo dirigente cuidar la salud de quienes confían en él. ¿Lo hará?
Claudio Izaguirre
Presidente Asociación Antidrogas de la República Argentina