En el medio de la polémica del uso del avión de la provincia de Chaco para que el gobernador Jorge Capitanich viaje a Panamá en plenas vacaciones, su propio vice Carlos Bacileff Ivanoff —con quien ya había tenido serios encontronazos— alentó el fuego por el discrecional uso de esa nave.
Si bien el mandatario tuvo que regresar antes de lo previsto, cuando quiso aclarar lo sucedido, se contradijo.
Según informó la agencia de noticias NA, las primeras versiones indicaban que Capitanich usó el avión para viajar a Panamá entre el 28 de diciembre y el viernes 6 de enero con el objetivo de descansar, pero el mandatario dio una conferencia de prensa este lunes donde lo desmintió y aclaró que viajó al país centroamericano para "gestionar relaciones comerciales".
"No estuve de vacaciones. Estuve con funcionarios de Panamá y Haití gestionando ejes importantes de comercialización: exportación de arroz, de carne bovina y la exposición en dicho país de todos los Estados miembros de la Zicosur", dijo. Sin embargo, su vice sostuvo que él no estaba al tanto de esa situación.
Si bien el mandatario sostuvo eso ante la prensa provincial, horas antes le había aclarado a diario La Nación que el viaje que realizó fue para aprovechar una revisión técnica reglamentaria que debía hacer en Panamá la aeronave de la provincia, un Lear Jet 60, cotizado en 4 millones de dólares.
"El viaje no tuvo ningún costo para la provincia, porque todo lo pagó el seguro", subrayó Capitanich, quien fue a Panamá acompañado de sus dos hijas, Guillermina, de 19 años, y Jorgelina, de 15.
Sin embargo, uno de los puntos interesantes del viaje del gobernador, tiene que ver con que el hermano de Sergio, Pablo Schoklender, curiosamente, eligió el mismo destino para vacacionar.
A fines de diciembre de 2010, el hermano del ex apoderado de Madres pidió al juez federal Norberto Oyarbide —quien lo investiga por supuesta defraudación y lavado de dinero a través de la Fundación Madres de Plaza de Mayo— que lo autorice a viajar en enero a Panamá por cuestiones familiares.
Si bien le fue recordado que existen inminentes "actos trascendentales" en la causa, como el pedido de indagatoria que lo tiene como imputado a él y su hermano Sergio, finalmente el juez le concedió el permiso correspondiente luego de pagar una caución de 40 mil pesos. Se insiste: pese a que sobre el acusado pesaba una prohibición de salida del país.
El caso Schoklender ya había salpicado a Capitanich en julio del año pasado, cuando diputados del radicalismo denunciaron que el Gobierno del Chaco había transferido 233 millones de pesos al ex apoderado de la Fundación Madres Plaza de Mayo, Sergio Schoklender, en el marco de construcción de viviendas sociales y centro sanitarios del programa Sueños Compartidos en esta provincia, donde la entidad pisó más fuerte que en otras.
De esos 233 millones, 10 millones de pesos se pagaron con recursos provinciales correspondientes al denominado Fondo Sojero, y 17 millones de pesos en concepto de determinación de precios “de no sabemos qué, dado que las obras están inconclusas”, había dicho en esa oportunidad un legislador de la provincia.
Pablo manejó la imprenta de la Fundación y quedó unos días como apoderado, luego de la disputa con su hermano Sergio, que desencadenó la trama conocida como "Schoklender-gate".
Por lo antedicho, cabe preguntarse: ¿Se habrán cruzado un Capitanich y un Pablo Schoklender en ojotas para hablar de la causa judicial?
Equipo de Política de Tribuna de Periodistas