Hace pocos días, la información oficial daba cuenta de que el Resultado Primario del Sector Público Nacional correspondiente al año 2011, alcanzó un superávit cercano a los 5 mil millones de pesos.
Lo que se omitió cuidadosamente declarar es que para llegar a esa cifra se computaron, ingresos extraordinarios superiores a los 23 mil millones, provenientes de distintas utilidades.
Los réditos en cuestión, corresponden a los distribuidos por el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Anses y los devengados y distribuidos —emisión monetaria mediante— por el BCRA.
Es decir que sin las mencionadas utilidades, sumadas de manera improcedente, claro está, el déficit aproximado hubiera sido de unos 19 mil millones de pesos.
Entonces, lo que el Gobierno Nacional llama superávit es en realidad déficit, dado que el supuesto excedente de recursos tributarios que se proclama todos los meses desde la AFIP, se torna dibujable computando la rentabilidad del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, los excedentes del sistema previsional, los ahorros obligados en los que incurren organismos oficiales —en detrimento de los servicios que deben prestar a la población— y las reservas del Banco Central.
Lo grave del asunto, estriba en que el famoso Fondo de Sustentabilidad mencionado tiene categoría de “exclusivo” para los jubilados, aunque sea permanentemente utilizado para tapar los agujeros financieros que no alcanza a cubrir la recaudación impositiva.
Por otra parte, cabe recordar, que la Ley de Régimen de Responsabilidad Fiscal, establece que las utilidades arriba indicadas, no deben ser utilizadas como transferencias para financiar al Tesoro Nacional.
El déficit fiscal proyectado para todo el 2011 era de más de 30 millones de pesos, es decir, el triple de lo que el Gobierno gasta por año en pagar la Asignación Universal por Hijo.
Para los primeros 180 días del año pasado, el Ejecutivo Nacional dijo haber tenido un superávit primario promedio mensual cercano a los 2.000 mil millones de pesos, sin embargo, la realidad dice otra cosa.
El Tesoro Nacional se financia con las transferencias del BCRA, ANSES, PAMI y otros organismos. Además, hay erogaciones en concepto de intereses de deuda. Todo esto también resta, convirtiendo los casi 2 mil millones de pesos de superávit en unos 2.700 millones de pesos de déficit mensual aproximadamente.
En este contexto, el inefable profesional en Ciencias Económicas y ex ministro de economía de la Nación, Amado Boudou dijo que: “El superávit no tiene un fin en sí mismo. Es la herramienta que le permite al Gobierno lograr más y mejores trabajos, aumentar las jubilaciones a los jubilados, seguir mejorando la educación”.
El cierre de ejercicio fiscal 2011, aún cuando la recaudación impositiva fue muy buena, tuvo un saldo negativo real superior a los 3 puntos porcentuales del Producto Bruto Interno. Y el dato no es para nada menor, considerando que resulta el déficit más alto registrado desde el año 2003, como consecuencia del elevadísimo nivel del gasto público.
Ahora, entonces, nos hablan de la necesidad de seguir profundizado el modelo, y por eso a esta etapa precisamente, la denominan “sintonía fina”.
Nidia Osimani
Twitter: @nidiaosimani