En un discurso público del 9 de febrero pasado, la presidenta Cristina Fernández llamó a “una discusión en serio” respecto a la minería. Fue luego de mantener un diálogo por teleconferencia con un supuesto trabajador minero de Cementos Avellaneda de Olavarría, de nombre Antonio, quien le pidió "que nos dejen trabajar en paz y se quejó por las protestas de lo que definió como "pseudoambientalistas" que se oponen a las explotaciones. “A ver, no tenés pinta de ser hombre de la Barrick", le dijo Cristina al darle la palabra.
Luego se sabría que Antonio era Armando, y en realidad era un dirigente político de peso en el Partido Justicialista y quien negoció los salarios de los mineros con la Barrick Gold.
Las de la mandataria habían sido las primeras palabras en referencia a esa actividad luego del acampe en Famatina, La Rioja; y las detenciones en Belén, Catamarca, contra Osisko y Barrick Gold respectivamente.
Sin embargo, ayer se reveló qué entiende la Presidenta por “discusión seria”. El gobierno nacional y las provincias pro mineras —OFEMI— trazaron el Acuerdo Federal Minero en una reunión que no tuvo demasiada repercusión, con el objetivo de avanzar con esa actividad sin escuchar a las poblaciones afectadas, especialistas en el tema, ambientalistas o a las universidades públicas.
Este jueves, Cristina Fernández se dirigirá a Cerro Vanguardia (Santa Cruz) para inaugurar la explotación subterránea de una mina de oro y plata, aún cuando esta ya comenzó a operar hace casi un año y hasta se cobró la vida de un operario por falta de seguridad.
El 20 de enero último, el jujeño Marcos Dante Apaza murió mientras construía túneles en ese yacimiento mina sin las medidas de seguridad correspondientes, luego de desplomarse una pared y quedar sepultado.
Fuentes de Cerro Vanguardia, le indicaron oportunamente a la Agencia OPI, un día después del fallecimiento del referido trabajador, respecto de un incendio ocurrido en un galpón-depósito de la empresa. Los bomberos no estaban en el yacimiento y las llamas debieron ser sofocadas por el propio personal. “Acá, desde ayer que se murió Apaza, parece un campo de concentración. No dejan hablar a nadie ni por celular y no permiten el ingreso de nadie, excepto las autoridades que llegaron de San Julián. Da la impresión que tienen algo que esconder”, le fue expresado a OPI.
Cerro Vanguardia fue uno de los lugares donde se desarrolló el célebre “Proyecto X Minero”, o “Mapa de Conflictos Mineros”, un informe que reúne información sobre organizaciones sociales, gubernamentales y medios de comunicación, para establecer quiénes son “amigables” con esa actividad y quiénes no.
Según enfatiza el periodista santacruceño Rubén Lasagno, “el punto más preocupante para las empresas mineras es la discusión de las regalías. Una importante fuente del Ministerio de la Producción de Santa Cruz nos dijo claramente: “A las empresas no les preocupa la discusión sobre el medio ambiente y los efectos contaminantes de la minería, porque eso involucra a todos y además, pueden manejarlo; el tema que sí los inquieta es que se empiece a discutir mayores regalías, porque eso es plata que pierden”.
Las regalías, hasta ahora, suponen un 3% y el acuerdo con la Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI) no menciona en ningún punto subir el piso de las mismas. Tampoco, vale aclararlo, lo ha hecho Cristina.
Eliana Toro
Twitter: @toroeliana