Hace varios meses, el periodista Jorge Lanata anticipó que se lanzaría nuevamente al mercado de los diarios, con un nuevo emprendimiento que contaría "lo que nadie cuenta". En ese mismo momento, aseguró soberbiamente —lo repetiría varias veces a lo largo del tiempo— que no había medios valientes que se animaran a publicar ciertas informaciones sensibles al Gobierno y que por ese motivo él tenía una especie de "obligación" para con la desinformada sociedad.
Como era de esperar, muchos colegas —los pocos que trabajan independientemente— se ofuscaron por esos comentarios, ya que sufren embestidas oficiales que el mismísimo Lanata nunca ha sufrido ni sufrirá jamás debido a su eterna cercanía con ciertos funcionarios de diversos gobiernos.
Pasado el enojo, muchos esperaron auspiciosamente encontrar un producto novedoso y valiente que contara cosas jamás relatadas por los medios tradicionales. Obviamente, nadie sabía a ciencia cierta qué podía esconderse bajo la alfombra del poder que no hubiera sido revelado aún, lo cual incrementó la ansiedad de ver este nuevo producto en la calle.
Finalmente, el nuevo diario de Lanata pudo verse hace unos días bajo el nombre de Crítica de la Argentina, un título realmente auspicioso y prometedor. Pero la sorpresa duró poco, ya que las noticias "que nadie había contado jamás" brillaron por su ausencia.
Copia, copia, que algo queda
La prueba de que el contenido de Crítica de la Argentina no es novedoso está a la vista de cualquiera que haya leído los pocos ejemplares que han aparecido hasta el día de hoy. No hay información nueva, no hay datos que no hayan sido publicados anteriormente por otros medios de comunicación.
Si a esto le sumamos que el formato del diario es casi idéntico al de Página/12 —anterior emprendimiento de Lanata—, la decepción es aún mayor.
Lo mismo cabe para la versión digital de Crítica de la Argentina, ya que, como puede verse, se asemeja por demás al diario Público de España.
Independientemente de estas similitudes de formato, el hecho de encontrar información "que no cuenta nadie" hubiera compensado sobradamente la falta de originalidad del diario. Pero, insistimos, no hubo semejante cosa. Veamos.
El primer número de Crítica anticipó en su tapa una investigación sobre las actividades privadas de los integrantes del Senado de la Nación como nota principal, a lo que se sumó un previsible análisis sobre la apertura legislativa de Mauricio Macri —con la consecuente polémica por el video mostrado en su exposición— y un análisis que aseguraba que gran cantidad de chicos estaban en peligro de no comenzar las clases.¿Novedoso?
El primer artículo —algo de valentía hay que reconocerle— no contó mucho más que lo publicado hace un año por Tribuna de periodistas sobre la actividad de los senadores y similar investigación hecha oportunamente por diario La Nación. Sobre las otros notas mencionadas, huelgan los comentarios, ya que los medios tradicionales se han cansado de escribir sobre ambos temas.
¿Qué otros temas tocó Crítica que "otros medios callan"? Aunque parezca chiste no lo es: un análisis del discurso de Cristina Kirchner —una mera crónica de lo sucedido en la asamblea legislativa—, una obsecuente entrevista a Graciela Ocaña, un "arriesgado anticipo" de que faltará energía en invierno, la archiconocida interna entre Guillermo Moreno y Martín Lousteau, un reportaje al actor Facundo Arana —quien aprovechó, como en todos los medios, para promocionar su nueva tira— y una insólita aclaración de Jorge Lanata sobre los "accionistas" de su diario, tema que desmenuzaremos más adelante.
¿Algo novedoso? Nada. Las promesas de poder leer en Crítica de la Argentina "lo que nadie cuenta" aún no se han hecho carne.
Impresentables
Desde hace años, Jorge Lanata sabe rodearse de personajes de dudosa reputación, algunos de los cuales lo acompañan en su nuevo emprendimiento. El primero de ellos es el ex juez Gabriel Cavallo, quien "durmió" parte de la causa de los sobornos en el Senado de la Nación (que involucraba a importantes funcionarios públicos) y supo proteger oportunamente a Hugo Anzorreguy —ex titular de la SIDE— en una causa por fondos oscuros de la SIDE (1). Por estos motivos, Cavallo habría sido promovido como camarista Federal poco tiempo después.
Otro de los impresentables es Javier Romero (2), un especialista en armar todo tipo de operaciones de prensa. Romero es director de El diario de Morón, un periódico que se publica en el conurbano bonaerense y que ha sabido pactar con puntuales funcionarios de la provincia —a cambio de dinero— cierta especie de "protección".
Por caso, en su diario, Romero jamás ha criticado al intendente de Morón, Martín Sabbatella, ni ha permitido que nadie de su staff lo mencionara negativamente. A cambio, recibe gran cantidad de dinero, tal cual puede verse en el siguiente documento oficial "moronense", donde se aprecia que Romero cobró en el año 2005 una pauta mensual de $8.000.
Las trapisondas de Romero no son nuevas ni novedosas, sino que se vienen dando desde hace al menos cinco años. En lo personal, he discutido hace dos años con el enriquecido periodista y no pudo aclarar su situación con Sabbatella. Hice lo propio con Lanata y tampoco conseguí demasiado.
Por caso, en febrero del año 2005, envié un mail al director de Crítica comentándole que estaba "investigando hace varios meses a un colaborador tuyo llamado Javier Romero, ya que me han llegado no pocas denuncias de que ha negociado notas por dinero para que no sean publicadas. Estoy chequeando datos y hay mucha prueba de lo dicho, por lo cual estoy preparando un articulo ad hoc".
La respuesta de Lanata fue tardía pero reveladora: "confío en Romero, sino no laburaría conmigo". Lo llamativo de las palabras del periodista es que no me pidió ver las "evidencias" ofrecidas; esto me llevó a pensar que era entonces el propio Lanata el que podía estar detrás de las movidas de Romero (3).
Las sospechas parecieron confirmarse cuando leí en el segundo número de Crítica de la Argentina una entrevista realizada por Romero a... ¡Martín Sabbatella!. Sin perder la fe, comencé a analizar el reportaje punto por punto, esperando encontrarme con cuestionamientos que pusieran en serios problemas al oscuro funcionario. ¿Preguntaría el periodista por la falta de cloacas en Morón? ¿Preguntaría acaso por el impuestazo que acaba de decretar el reelecto intendente Sabbatella? Nada de eso.
La nota habla de Sabbatella como si fuera un prócer, asegurando que "impulsó políticas de participación ciudadana" y resaltando que lleva adelante la idea de "crear un espacio progresista", eso sí, ocupándose de hacer una oportuna crítica a Elisa Carrió.
Otra vez la retórica pregunta ¿Es esto acaso "lo que ningún periodista cuenta"?
Financiamiento y mentiras pueriles
Durante meses —previos a la salida de Crítica de la Argentina— se especuló acerca de los fondos que financiarían al diario y se mencionaron los nombres de diversos empresarios de gran poder, muchos de los cuales nada tenían que ver con el emprendimiento de marras.
Frente a la avalancha de especulaciones, el propio Lanata salió a aclarar el tema en primer número del periódico: "Papel 2.0 es una sociedad anónima conformada por el ex juez federal Dr. Gabriel Cavallo, el Dr. Pablo Jacoby, titular del estudio JC Abogados y Asociados, su socio Dr. Patricio Carballés, Marcelo Figueiras, empresario de la industria farmacéutica, Juan Zitnik, socio de Figueiras y empresario del área de seguros, y Jorge Lanata".
Lejos de zanjar las dudas, Lanata avivó nuevas suspicacias. Y es que, cuando se analiza el estado financiero de cada uno de los mencionados "socios", se comprueba que sólo dos de ellos estarían en reales condiciones de invertir parte del dinero necesario para imprimir un diario. Es dable mencionar que se trata de un proyecto que, hasta ser rentable, puede costar varios millones de pesos.
¿Posee acaso el ex juez Cavallo dinero suficiente como para financiar tan ambicioso proyecto? Si así fuera, estaría en graves problemas, ya que de acuerdo a la declaración jurada que presentó en momentos de asumir como magistrado no podría justificarlo. ¿Posee el propio Lanata fondos suficientes? Difícilmente, ya que acumula docenas de deudas y quiebras, como veremos más adelante.
Tampoco el errático abogado Jacoby —a la sazón apoderado del impresentable Sergio Szpolski y la sospechada asociación Memoria Activa— y su socio parecen tener fondos suficientes para semejante emprendimiento.
El único que aparece como posible financista de una parte del proyecto es Marcelo Figueiras, uno de los propietarios de Laboratorios Richmond S.A.C.y F., cuya aparición en escena es más que sugestiva.
Recordemos que, durante el año 2007, Lanata publicó en diario Perfil una "investigación" que le costó el cargo a la entonces jefa de la cartera de Economía, Felisa Miceli, por "olvidarse" un sobre con dinero no identificado en un baño del ministerio que comandaba. Ese dinero fue vinculado a dos directores del Banco Hipotecario que representaban al Estado —designados por Miceli—: Jorge March y Jaime Grinberg, ambos despedidos por el saliente ministro Miguel Peirano.
Hete aquí que March fue gerente general de Laboratorios Richmond, y oportunamente se exigió a la Justicia que investigara la asistencia financiera de Nación Leasing a esa firma por 6 millones de pesos.
¿Cómo se entiende esta "coincidencia" a sabiendas de que los rumores de que Lanata se retiraba de diario Perfil comenzaron luego de publicada la investigación contra Micelli?
Respecto al armado de la sociedad, aparecen más detalles inexplicables. De acuerdo a lo que dicen los registros de la Inspección General de Justicia, Lanata no es parte de la sociedad que fundó (4). Papel 2.0 Sociedad Anónima fue constituida mediante la escritura Nº 219 del 24/10/2007, fº 646, ante el escribano Diego H. Rivas, su sede social es en la calle Maipú 271 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, su objeto social es "producir, editar, comprar, vender, importar, exportar, distribuir y comercializar en todas sus formas, revistas, diarios y toda otra forma de publicación grafica periodística, literaria y/o asimismo paginas de Internet, etc.".
Quienes sí aparecen como "dueños" de la sociedad son una tal Vanesa Cintia Pinedo —abogada de 29 años, aparentemente relacionada con el Dr. Jacoby— y un contador público llamado Fernando Guillermo Álvarez. Nadie más es mencionado en la IGJ, lo cual llama la atención.
Las especulaciones son variadas, pero es imprescindible poner el foco sobre un personaje en particular que aún no ha sido mencionado: el procesado ex titular de la SIDE delarruista, Fernando De Santibañes.
Y es que ha sido el propio De Santibañes —mencionado como financista de otros proyectos de Lanata— quien promovió el ascenso de Gabriel Cavallo como camarista luego de que este último anulara su citación a declarar en la causa de los sobornos en el senado (5).
El hecho de ser ahora Cavallo director de Crítica de la Argentina —sin tener idea alguna de lo que es el medio periodístico— despierta oportunas suspicacias, muchas de las cuales tal vez puedan aclararse a continuación.
Dinero negro
El gran éxito de Jorge Lanata —uno de sus primeros logros— fue la creación de Página/12 en el año 1987, un diario realmente original y valiente en sus denuncias. Así lo fue, al menos, hasta que ocurrió un hecho desgraciado para nuestra sociedad: el copamiento del Regimiento de la Tablada por parte del Movimiento Todos por la Patria (MTP) el 23 de enero de 1989.
Un día antes, Página/12 había publicado un sugestivo titular en su tapa: "Más vale prevenir que curar". Esto despertó grandes suspicacias, las cuales fueron incrementándose con el tiempo. Y es que, toda vez que el diario hablaba de Enrique Gorriarán Merlo —titular del MTP y ex terrorista del ERP— lo hacía cuidándose de no criticarlo en lo más mínimo.
Las dudas fueron despejadas por el propio Gorriarán en un libro con sus memorias editado en el año 2003 (6). Allí, con lujo de detalles, confesó haber sido el financista oculto de Página/12, lo cual jamás fue desmentido, no sólo por Lanata, sino por ningún periodista de ese diario (7).
"(...) Entre esos proyectos, el principal era el de la creación de Página/12, que, contra todas las opiniones que auguraban un fracaso tras el argumento de que no había espacio para otro diario, se había convertido en una promisoria sorpresa, también para quienes impulsamos su aparición desde el inicio. La idea de origen surgió en el transcurso de unas entrevistas sobre los años '70 que estaba grabando Jorge Lanata con Francisco Pancho Provenzano —no casualmente uno de los mejores amigos del abogado Pablo Jacoby— y Hugo Biafra Soriani, dos ex miembros del PRT-ERP que habían estado en prisión hasta poco antes de la llegada de la democracia en 1983.", asegura Gorriarán Merlo en la obra mencionada.
Años más tarde, Lanata se metería de lleno en un nuevo proyecto periodístico llamado Data54.com, un ambicioso portal de noticias que fracasó a poco de haber nacido. Nadie supo jamás quién financió esta nueva idea... hasta que Lanata se peleó con otro oscuro colega, Luis Majul.
En el marco de ese distanciamiento, este último aseguró que el mencionado sitio de Internet había sido financiado por el ex jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes.
Poco después, Majul ratificaría —y ampliaría— sus propios dichos al escribir una sorprendente columna —que después se arrepentiría de haber redactado— en su propio blog de Internet (8): "Me atraganté al leer algunas afirmaciones de Lanata en la entrevista que concedió a Veintitrés, la revista que él mismo ayudó a quebrar (por lo que todavía le debe al economista Gabriel Yelín cerca de un millón y medio de pesos).
Lanata dijo, entre otras cosas, que hay negocios y asociaciones en los medios con los que no transa. Y trató de explicar su trabajo bajo el ala de Marcelo Tinelli sólo porque todavía no se convirtió en socio de Daniel Hadad. A propósito de eso, todavía no explicó por qué si aceptó que Fernando De Santibañes, casi al mismo tiempo que manejaba la SIDE, le bancara la revista Ego, entre otros asuntos. (Las pruebas de lo que digo me las estoy guardando para el juicio. Pero tanto De Santibañez como otros personajes que participaron de la reunión donde se cocinó todo, como el radical Carlos Becerra y el exquisito periodista y gourmet Miguel Brascó, saben que no miento.)
(...) Lanata se vende como el único periodista que dice y denuncia cosas, pero lo cierto es que cuando le propuse hacer para (el programa televisivo) Por qué la historia de La Tablada, me dijo: -¿Vos estás en pedo?
- ¿Por qué?- le pregunté.
-Porque los que atacaron La Tablada son los mismo tipos que pusieron la plata para hacer Página/12.
Ahí se me empezó a caer un poco el mito.
No me importa que todavía mucha gente lo considere un periodista creíble. Se que miente y que su ego y su desesperación por el dinero le hace hacer cosas que no se corresponden con la ternura que despierta".
Las últimas palabras de Majul son reveladoras, especialmente a la luz de lo que se contará a continuación.
El gran secreto de Lanata
Jorge Lanata nació el 12 de septiembre de 1960 en Mar del Plata y fue registrado con el Documento Nacional de Identidad Nº 14.234.966. Durante años manejó libremente su economía personal y profesional con ese DNI —y su consecuente CUIT—, firmando diversa cantidad de contratos y préstamos a efectos de realizar infinidad de emprendimientos comerciales.
En el marco del fracaso que fueron algunas de sus iniciativas, Lanata comenzó a tener serios problemas financieros, lo cual llevó a que fuera inhabilitado por el Banco Central, especialmente después de provocar la quiebra —supuestamente fraudulenta— de dos de sus empresas: data54.com y Comunicacion Grupos Tres SA.
A raíz de los inconvenientes ocasionados por esta situación —necesitado de seguir manejando cuentas personales y tarjetas de crédito—, Lanata no tuvo mejor idea que "usurpar" el DNI de otra persona, una mujer llamada Sara Esperanza Osuna, con domicilio en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. Este nuevo documento es casi idéntico al anterior, salvo por un número: el original —de nacimiento— es 14.234.966; el usurpado, 14.234.965.
El dato fue chequeado y verificado con cuatro fuentes independientes, una de ellas damnificada por el propio Lanata a fines de los años 90. A estas se sumó un joven llamado Diego Luis Rodríguez de la Vega, quien aseguró que descubrió que "el gordo Lanata cagó a un fuerte empresario que le prestó en aquella época 500.000 dólares para uno de sus tantos emprendimientos, motivo por el cual provocó sus propias 'quiebras'. A causa de esas quiebras —varias de ellas vigentes— el pícaro Lanata no tuvo mejor idea que usurpar el DNI de una mujer. De esta manera, desde el año 1998 hasta el año 2003, Lanata tuvo dos domicilios con dos DNI diferentes: con uno tenía domicilio en provincia de Buenos Aires, con el otro (el original), tenía domicilio en Capital Federal".
Algunas de las pruebas de lo mencionado se muestran en esta nota, pero hay muchas más que pueden encontrarse en los registros del Banco Central de la Nación y otros organismos crediticios públicos y privados.
Concluyendo
No es creíble un periodista que se ufana de ser independiente y realiza una maniobra tan sucia y objetable como la descripta (9). Más aún cuando se trata de alguien que vive descalificando a sus colegas, muchos de los cuales han hecho investigaciones fuertemente superiores a las realizadas por Lanata en sus extensos años de periodista.
No es creíble una persona cuyo ego no le deja valorar el trabajo de los demás y que no reconoce nada de lo que no habla de sí misma.
No es creíble tampoco un medio que promete "contar lo que nadie cuenta" y termina hablando de lo mismo que los demás medios, tomando como primicias notas que ya fueron publicadas en otros sitios.
Tal vez empiece a creerle a Lanata cuando Crítica de la Argentina hable de los sobornos en el senado y admita la responsabilidad ineludible de Fernando De Santibañez. También cuando revele el verdadero papel que tuvo el ex juez —y actual director de su diario— Cavallo en ese expediente.
Es sencillo anticipar lo que se publicará: basta ver lo que se escribió sobre La Tablada y Gorriarán Merlo en Página/12 en el lapso en que fue director de ese medio. Es realmente vergonzoso y no hay hemeroteca que pueda desmentirlo.
Finalmente, sería oportuno que, frente a su antikirchnerismo desmesurado, alguien le recordara a Lanata uno de los principios del periodismo: ser antioficialista no es ser independiente.
Christian Sanz
(1) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=2934
(2) Otros impresentables son Miguel Bonasso —terrorista indultado por Carlos Menem—, el fracasado Emilio Fernández Cicco y el ex Veintires —vaya prestigio— Nicolás Wiñazki.
(3) Más tarde sabré que existen diversos episodios similares en la trayectoria de Lanata, uno de los cuales se dio cuando hace años, en su programa televisivo Día D, prometió dar a conocer una investigación sobre lavado de dinero en la Universidad de La Matanza que finalmente nunca se mostró. Lo que sí apareció, a la semana siguiente, fue una placa de auspicio de esa misma casa de estudios.
(4) Resulta llamativo que Lanata sí se presentara ante la "Dirección Nacional de Marcas" del "Instituto Nacional de la Propiedad Industrial" a solicitar el registro de la denominación comercial “PAPEL 2.0” en las clases 35 (Publicidad) y 41 (Educación y Cultura) el día 13/09/2007 según las actas Nº 2.772.594 y 2.772.595.
(5) Gabriel Cavallo figuraba en el cuarto lugar en la lista de ascensos y pasó de inmediato al primer lugar, desconociendo lo decidido por el Consejo de la Magistratura. El entonces presidente Fernando De La Rúa elevó al Senado el ascenso a camarista federal de Cavallo para que sea aprobado por varios legisladores. Paradójicamente, entre ellos se encontraban cuatro senadores a los que el ex magistrado les había anulado la pertinente citación cuando era juez subrogante en la causa de los sobornos.
(6) Memorias de Enrique Gorriarán Merlo. De los Setenta a La Tablada. Editorial Planeta, 2003.
(7) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=82
(8) http://www.luismajul.com/2005/02/las-mentiras-de-lanata.html
(9) Oportunamente, Lanata fue acusado de haber plagiado para su libro Argentinos, tomo II, un informe especial de diario El Mundo escrito por Ricardo Herren.
Ver: http://cristianvazquez.blogspot.com/2006/09/plagio-de-lanata-en-su-libro.html