La medida dejó sin palabras no solo a los referentes de la oposición, sino también a funcionarios del oficialismo. Es que muy pocos sabían qué pasaba por la cabeza de Cristina Kirchner, verdadera "planificadora" de la expropiación de YPF junto a un grupo muy reducido de funcionarios.
Según cuenta agencia Noticias Argentinas, los detalles finales del proyecto que corre a los españoles de Repsol de la firma se terminó de definir en una reunión que mantuvieron el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, quien finalmente impuso su postura radical.
"La última vez que la presidenta Kirchner había hablado en público en Buenos Aires había sido el pasado jueves, el mismo día en que había circulado en el Congreso un borrador del proyecto para nacionalizar el 50,01 por ciento, pero que contemplaba la continuidad de los accionistas españoles", según NA.
Ese día, De Vido y Kicillof estuvieron reunidos con el titular de Repsol, Antonio Brufau, pero la reunión terminó en malos modos y se le escuchó decir al ministro que la empresa "no se compra", frase que ahora se puede completar: "se expropia". Pese a que no se refirió al tema en público, ese día la Presidenta lo analizó a puertas cerradas en la Casa Rosada con gobernadores de las provincias productoras de hidrocarburos.
En ese meeting, los mandatarios agrupados en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI) les reclamaron a ella y al ministro De Vido mayor participación de las provincias en la conducción de la empresa. Finalmente, el proyecto incorpora los reclamos de las provincias "petroleras": del 51 por ciento de las acciones expropiadas a Repsol, el 51 por ciento queda en poder del Estado nacional y el 49 por ciento restante en las provincias productoras de hidrocarburos, de modo tal que el Estado nacional tendrá el 26,01 por ciento del total y las provincias el 24,99 por ciento.
"La decisión de expropiar la mayoría accionaria de YPF es el corolario de una sucesión de medidas tomadas en los últimos meses por el gobierno nacional y de algunas provincias, como la reversión de áreas explotadas por la compañía. Sin embargo, el trazo final quedó para última hora: la mandataria regresó de la ciudad colombiana de Cartagena de Indias una hora antes del cierre de la Cumbre de las Américas, para reunirse en la quinta de Olivos con De Vido y Kicillof", según cuenta NA.
"Hoy me levanté y leí en un diario que me había ido enojada antes de la Cumbre de las Américas. Se darán cuenta que no es que me fui antes porque estaba enojada, sino porque tenía que estar aquí en la República Argentina a primerísima hora. Me acerqué a decirle al presidente Santos que le agradecía su hospitalidad y que me tenía que ir antes, obviamente no le conté los motivos", señaló la Presidenta en su discurso de este lunes.
De hecho, según pudo saber NA, desde el pasado domingo por la noche ya estaba decidida la organización del acto de anuncio en la Casa Rosada, por lo que se ordenó que fuera acondicionado para el mediodía el Salón de las Mujeres Argentinas y se convocó a los gobernadores.