Mientras se sigue examinando y hasta anticipando la fecha exacta de la muerte de los medios de papel, poco se habla de la adaptación que deben lograr los periodistas tradicionales a las nuevas tecnologías que muchas veces llevan toda la carga del tradicionalismo 1.0. Se trata de un nuevo plano que parece persistir en ser rechazado.
Parte de eso tiene que ver con la (poca) interacción que están ostentando algunos hombres de prensa al frente de los principales medios alrededor del mundo, después de todo, son la columna vertebral de periódicos que tienen miles de fans en Facebook y cientos de followers en Twitter, pero una baja comunicación con ellos.
Desde chicos nos enseñan que la comunicación es una interacción entre emisor, receptor y viceversa. Sin embargo mal llamamos a los medios como “de comunicación”, siendo que son solo emisores de un mensaje unidireccional que se contrapone a lo que los usuarios de las principales redes sociales están demandando: compartir, dialogar, interactuar, participar, colaborar, intervenir con un medio y con la noticia.
Eso que hace años era impensado, ahora Facebook y Twitter lo están logrando a pasos agigantados. Forjar un vínculo entre usuario y empresa, y entre lector y medio, no es solo un slogan, debe ser un modo de trabajo constante para sobrevivir y adaptarse, o finalmente perecer. ¿Para qué resistirse a un modo de comunicación que ha llegado para quedarse y al que se le puede sacar provecho?
No es solo “estar”
Muchos medios —y periodistas— suponen que con sacar una cuenta en Facebook o Twitter (tal vez también Google Plus y Pinterest) han cumplido con el requisito casi obligatorio de tener presencia en las redes sociales. Nada más alejado de la realidad. El medio debe escuchar, interactuar y hacer partícipe al usuario, sino se transforma en un simple tuitero o “facebuquero” de noticias.
Entre todos los cambios que Facebook —red social que ya roza los mil millones de usuarios— ha implementado, una de las mejores herramientas que pueda haber introducido es la de “Personas hablando de esto”. Al hojear alguna fan page de un medio en particular, puede sorprender la cantidad de fans que posee, pero es tan solo un espejismo frente a la verdadera cifra relevante: la de “Personas hablando de esto”, un reciente indicador de la cantidad de fans fieles que cliquearon “Me Gusta” a una publicación, la comentaron o la compartieron en su muro. Por más que un medio o marca ostente una gran cantidad de fans, eso no representa verdadero valor si una persona no está interactuando con esa página.
Según expertos en social media, un buen porcentaje de “Personas hablando de esto” frente a la cantidad de fans, ronda entre el 1% y el 5%, más allá de eso se considera un caso exitoso de interacción entre página y usuario. (Para ver el número de “Personas hablando de eso” no hay más que cliquear sobre el número de “Me Gusta” de una página en Facebook.)
En este aspecto, los medios argentinos más importantes manifiestan una conducta admirable. Diario Clarín: 7%. Diario La Nación: 9%. Perfil.com: 10%. Infobae: 7%. Pero hay que decirlo, el encargado responsable de aumentar o mantener ese porcentaje no son los periodistas, es el Social Media Manager o Community Manager contratado por la empresa periodística para maniobrar las redes sociales del medio. El objetivo estará cumplido cuando los propios periodistas sean los community managers de sus redacciones. Esa persona que, conociendo la línea editorial del lugar para el cual trabaja, tenga la suficiente conciencia para entender la importancia de interactuar con el lector y fidelizar ese vínculo.
Seguime, pero no me pidas que te siga
Si bien los medios tienen una buena presencia en Facebook, en Twitter —“donde está la espuma de la espuma”, según Beatríz Sarlo— el trabajo del Community Manager se hace a un lado para dejar expuesto el verdadero perfil de un medio: a cuántos y a quiénes sigue en Twitter.
Al parecer es un tremendo esfuerzo para algunos medios seguir usuarios en Twitter. Piden que los sigan (incluso recurren a maneras poco éticas de conseguir followers), pero ellos no hacen lo mismo, apenas interactúan con sus seguidores.
Recientemente, un grupo de jóvenes españoles comenzaron lo que denominaron el “Tuitexperimento”, para el cual seleccionaron 22 medios de comunicación españoles con el objetivo de analizar si interactúan o no con la audiencia en Twitter. Los resultados fueron impactantes: los medios de prensa ibéricos utilizan esa red social exclusivamente para lanzar mensajes (sus propias notas en su mayoría).
Los responsables de la iniciativa enviaron distintos tipos de preguntas durante varios días a la semana a los 22 medios en cuestión. Casi el 60% nunca contestó consulta alguna. De los 264 tuits enviados solo el 12% tuvo respuesta. Si bien este experimento todavía no se ha puesto en marcha en nuestro país, todo indica que los resultados no serían muy diferentes. Basta con ver el número de “Siguiendo” de los principales medios de prensa en Twitter para tener una leve idea al respecto.
Clarín: 209.230 seguidores, siguiendo: 31. La Nación: 300.409 seguidores, siguiendo: 275. Perfil.com: 92.254 seguidores, siguiendo: 1.629. Infobae: 170.257 seguidores, siguiendo: 2.885. La mayoría sigue a sus propios periodistas o periodistas de otros medios, los cuales a su vez siguen al medio para el cual trabajan y otros colegas.
Si bien Twitter es una red de difusión, lo es también de interacción, sin embargo es utilizada por los medios periodísticos y por los periodistas de forma puramente unidireccional, y solo para difundir su propio material.
Según un estudio realizado por el Pew Research Center que muestra cómo los medios norteamericanos y sus periodistas utilizan Twitter, se observa que el 93% de los tuits analizados contenían un enlace a una noticia del propio medio y solo el 1% fue dedicado al retweet del contenido de otro medio. Y por favor ni hablar de darle RT a ese usuario común y corriente. Una vez más, en nuestro país esto no es distinto.
Es hora y es necesario entender que un medio periodístico no pierde prestigio por contestar una pregunta vía Facebook, darle “Like” al elogio de un lector en el comentario a una publicación, responder una mención en Twitter, seguirlo o retuitearlo. Al contrario, no solo se fideliza el vínculo con el lector —único destinatario del mensaje que se está enviando—sino que, al menos en Tribuna de Periodistas, viene significando una invaluable herramienta de periodismo ciudadano.
Una vez más, es necesario descender del pedestal de la arrogancia y desempolvar ese elemental croquis de elementos de la comunicación que alguna vez vimos en la escuela primaria. Hay un modelo que llegó para quedarse y no sobrevivirá quien no se adapte.