La presidenta Cristina Fernández encabezó durante la tarde del viernes, en Bariloche, el acto central por el 202 aniversario de la Revolución de Mayo.
El discurso fue transmitido por cadena nacional y la mandataria estuvo acompañada por el gobernador anfitrión Alberto Weretilneck y el jefe de gabinete, Juan Manuel Abal Medina.
Los números
47 minutos duró el discurso completo.
34 veces pronunció la palabra más utilizada: años.
5.662 palabras tuvo su discurso.
10 veces nombró a Angola.
4 veces hizo referencia a Néstor Kirchner.
21 veces utilizó la palabra “yo”.
47 minutos pasaron hasta que hizo referencia a los héroes de mayo.
2 veces señaló a 1810.
39 veces fue apludida.
5 se refirió al “modelo”.
1 sola vez nombró a la Revolución de Mayo.
Las frases
“Porque la burguesía ya no aguantaba más el peso de un clero y de una monarquía parasitaria o la rusa que no se bancaba más la miseria mientras los zares vivían como reyes.”
“Los que crean en la eternidad, que por favor recen un rosario a la noche.”
“A mí me gustaba que él leyera los discursos porque cuando no los leía me ponía muy nerviosa.”
“Quiero agradecer una vez más a la oposición desde aquí, desde esta fecha patria, desde este 25 de Mayo, el apoyo que dio a la recuperación de la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina.”
“Me acuerdo de un amigo, que no voy a decir el nombre, que viene y le dice a mi hijo Máximo: ‘Máximo, hay que comprar dólares –estaba a 4.80 en ese momento el dólar- porque se va a ir a 10 pesos’”.
“Me acuerdo que a veces cuando yo quería y le decía a Florencia ‘tenés que estudiar la historia’ y me decía ‘para qué me sirve la historia’”
“¿No vino Aníbal, no está por ahí? Ah, mirá vos, le vamos a poner ausente al senador Fernández, se debe estar escribiendo algún otro artículo para mañana en el diario.”
“No, qué voy a ser la verdad, soy apenas... nadie es la verdad, nadie tiene la verdad; me equivocaré y me voy a seguir equivocando millones de veces. La única diferencia por ahí es que cuando me equivoco lo hago de buena fe”.
“El sargento Cabral, cuyo nombre lleva la Escuela de Suboficiales del Ejército Argentino, era hijo de una esclava negra, cosas celosamente ocultadas por la historiografía oficial, es que cómo iba a ser hijo de una negra el que salvó a San Martín, tiene que ser rubio y de ojos celestes, no puede ser un negro.”
“Me acordaba el otro día cuando estábamos inaugurando con José Alperovich, la vivienda número 3.000 y pico en Tafí, y Néstor un día lo llamó para decirle: "¿Sabés qué vamos a hacer para combatir la desocupación? Vamos a darle casas a la gente”.
“Cuando uno ve otros países del mundo, y cuando uno recuerda inclusive su propia juventud que estábamos enojados y que teníamos razones para estar enojados, algunos se pasaron de rosca con el enojo pero teníamos razones para estar enojados”.
“Así que, que no se quejen ahí en Buenos Aires que estamos trabajando por todos los argentinos, aún por todos aquellos que ya tienen resueltos los problemas desde hace mucho tiempo."
Carlos Forte