La pelea no es por la gente ni por su bienestar, sino por el dinero y el poder. Eso es lo que hoy enfrenta a los otrora socios, Hugo Moyano y Cristina Kirchner. Por un lado, el titular de la CGT insiste en pedirle a la mandataria que libere los millonarios fondos de las obras sociales; por el otro, sueña con ser Presidente de la Nación alguna vez, como su admirado Lula Da Silva.
Es un dato que viene contando Tribuna de Periodistas desde hace varios meses y que permitió a este medio anticipar todo lo que ocurriría, aún antes de que sucediera. La mera publicación de esa trama provocó la furia de Moyano y el inquieto llamado telefónico de su abogado, Daniel Llermanos.
Por caso, a principios de diciembre de 2011 se anticipó casi al detalle cómo serían los gestos de uno y otro en la contienda. “(Moyano) dará a entender, por caso, la necesidad de salir a la calle a pelear por derechos tales como la participación en las ganancias por parte de los trabajadores argentinos (…) El Gobierno ha iniciado un camino de reconciliación con diversos sindicalistas con los que estaba enfrentado, como Oscar Lescano de Luz y Fuerza y el independiente Antonio Caló, titular de la Unión Obrera Metalúrgica”, se publicó entonces.
En esa misma nota se dejó al descubierto el principal causante de la ruptura: “Fondo Solidario de Redistribución. Ese rimbombante nombre es el que hoy enfrenta a Hugo Moyano con el gobierno de Cristina Kirchner. Se trata de una caja millonaria que hoy supera los 11 mil millones de pesos y que se forma con un porcentaje que varía entre el 10 y el 20% —según el nivel salarial— de todos los aportes sociales de los trabajadores y empleadores. El dinero que se recauda tiene como finalidad apoyar a las obras sociales en los tratamientos de alta complejidad y cubrir los gastos administrativos de la Superintendencia de Servicios de Salud”.
¿Estaría hoy Moyano peleado con Cristina si esta le hubiera liberado ese dinero? Seguramente, no. El problema se desató por un factor inesperado: la crisis económica argentina. Fue ello y no otra cosa lo que obligó a Cristina a no soltar esos cuantiosos billetes.
Hace un año la situación era un poco menos crítica que hoy y eso permitió a la prometerle al camionero que de a poco le iría liberando esos fondos, de los cuales solo le terminó entregando cerca de 1.000 millones.
Ello explica lo publicado hoy en este mismo portal, respecto del apoyo de Moyano a Cristina hace casi un año. En esos días, sí pedía votar por ella de cara a octubre.
Como dice una conocida frase del saber popular, “por la plata baila el mono”.
Christian Sanz y Carlos Forte