Justo un día después del fallo que suspende la actividad megaminera de Osisko en Famatina, La Rioja, el Gobierno insiste en impulsar el debate por la minería mediante la firma de un proyecto con la empresa brasileña Vale, acordado para este jueves, el cual se transformó a último momento en un mega anuncio que contará con la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Se trata del proyecto Potasio Río Colorado, que se lleva adelante en Malargüe, Mendoza, y que contempla una inversión total de 5.900 millones de dólares para habilitar el emprendimiento minero industrial para el desarrollo de un yacimiento de fertilizante de cloruro de potasio.
Vale, de capitales brasileños, es líder mundial en la producción de mineral de hierro y la segunda mayor productora de níquel.
En mayo, el vocero del Ministerio de Planificación Federal, Horacio Mizrahi, informó que “la minera Vale ratificó a Julio De Vido que este año invertirá 1.000 millones de dólares en el proyecto Potasio Río Colorado en la localidad mendocina de Malargüe”.
Mizrahi señaló también que durante la reunión "las partes se refirieron al joint venture suscripto entre Vale e YPF para la producción de gas no convencional (tight gas) en el yacimiento neuquino Lajas, para lo cual ya se perforaron 8 pozos”.
En abril, Vale había puesto en duda la puesta en marcha de este proyecto tras la “incertidumbre política” que provocó la renacionalización de YPF, y el impacto de los costos por la inflación. Incluso trascendió que se iría de la provincia, aunque finalmente desmintió esa versión.
Hay que destacar que la minera necesita un acuerdo con YPF que le permita asegurarse el abastecimiento de energía, siendo que está previsto que requerirá de alrededor de un millón de metros cúbicos diarios de gas, lo cual equivale al consumo de toda la provincia de Mendoza y un tercio de las importaciones desde Bolivia. Es por eso que, de esta manera, la compañía se garantiza el suministro de energía de una forma más segura que a través de un mero contrato de compra de gas.
También se prevé una línea de alta tensión que la compañía está construyendo para vincular Malargüe con el Sistema Interconectado Nacional, a través de la línea Comahue–Cuyo hasta el Puerto de Bahía Blanca, a través de la red de Ferrosur (ex Roca) y un empalme de 350 kilómetros que construirá especialmente Vale desde Chichinales, provincia de Río Negro, hasta cercanías de la localidad de Rincón de los Sauces, en Neuquén.
Este jueves, la Nación, la minera y los gobernadores de Neuquén, Río Negro y Mendoza, junto con la Secretaría de Transporte de la Nación, firmarán el acuerdo que permitirá el comienzo de este proyecto, donde se dejará constancia que las autoridades competentes de las provincias de Río Negro y Neuquén concedieron a la firma el derecho de "servidumbre minera" para el transporte.
El 16 de julio pasado, Vale reafirmó que extraer sales de potasio en Malargüe es prioritario, ya que servirán de fertilizantes en la industria de Brasil, el quinto mayor consumidor en el mundo.
Si bien el proyecto Potasio Río Colorado será construido a su costo y cargo, y la Nación acordó que la infraestructura, una vez cesada la explotación minera por parte de la empresa, sea transferida gratuitamente al Estado —a fin de que sea incorporada a la red ferroviaria nacional— la mayor parte de las ganancias que Vale deje en el país irá a la Nación, mientras que Mendoza se quedará con el 3% en concepto de regalías.
Los ambientalistas temen que la explotación de este mineral produzca varios millones de toneladas de sal residual que se acumularían directamente sobre el terreno en la cuenca del río Colorado. Lo que podría provocar la salinización del curso de agua y de las napas que abastecen a las poblaciones aguas abajo del emprendimiento, alteración del suelo y la afectación producida por el esparcimiento de partículas de sal sobre la flora y fauna.
Por ahora, los estudios de impacto ambiental no están concluidos.
Equipo de Actualidad de Tribuna de Periodistas