A medida que crece el poder de la agrupación creada por Máximo Kirchner —ya sea por su influencia en el gobierno de Cristina Fernández, o por su gravitación en organismos estatales— se ha dado a conocer en los últimos días el adoctrinamiento que La Cámpora viene instaurando en colegios públicos primarios y secundarios.
Parte de esa instrucción está plasmada cada mes en la revista de La Cámpora, publicación de distribución gratuita que se edita desde el año 2009 con el objetivo de orientar e informar a los militantes.
En uno de sus últimos números se enseña desde cómo hacer un stencil, hasta condiciones a tener en cuenta para asistir a un acto o marcha. También posee un “diccionario militante” que enseña a homologar el lenguaje.
“Vos, que estás usando miles de términos compañeros en tu UB y querés que todos los compañeros de la organización los conozcan y los usen porque sabés que tienen mucho punch, no seás vago, ordenate”, invita Noticias de La Cámpora.
“¡No te quedes arafue y hacé que la orga te homologue la jerga!”. Por ejemplo:
Ordenar/se. tr. Adoptar o hacer adoptar una actitud correcta respecto de las jerarquías establecidas por la organización y el efectivo acatamiento de las órdenes y directivas emanadas por ellas. Ej: “Che Carlitos, ¿qué pasó al final con el desordenado ese de la cuarta que armó ‘La Cámpora Tatuados’? No, nada, al final lo llame al Gordo Tono para que lo siente y se ordenó de toque”.
Desordenado/a. m/f. Compañero/a que no pondera las directivas planteadas por la organización y sus respectivas jerarquías o que, simplemente, no se encuentra en sus cabales. Ej: “¿Che, papu, qué hacés con esa casaca de Lan? ¿No entendiste que este era un acto de Aerolíneas? Estás desordenadísimo, vieja; sacáte ese harapo y bancáte la pelusa del pulóver”.
La revista no posee detalles de impresión, staff ni mucho menos cómo es financiada su impresión y entrega gratuita.
Diego Goldberg