Este lunes, en diario La Nación, la periodista y miembro de la Conadep, Magdalena Ruiz Giñazú, denunció que eliminaron la firma de Ernesto Sabato del prólogo del Nunca Más, el libro que denuncia las desapariciones en la última dictadura.
“Con sorpresa e indignación tengo en mis manos un ejemplar de la editorial Eudeba (Universidad de Buenos Aires) del Informe ‘Nunca Más’ de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep)”, indicó Ruiz Giñazú en ese matutino.
“La publicación, con fecha marzo 2012, 8» edición, 4» reimpresión, no solamente sigue anteponiendo (exactamente desde marzo de 2006) un prólogo firmado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación al prólogo original que Ernesto Sabato firmó en el momento de su primera publicación, sino que hoy omite definitivamente la firma de Sabato”, expresa la periodista que esta mañana, junto con Graciela Fernández Mejide —también miembro de esa comisión— señalaron su expresa molestia ante el programa radial de Nelson Castro en radio Mitre.
Según Ruiz Giñazú, se omite el célebre prólogo de Sabato —desigando en 1983 por Raúl Alfonsín como Presidente de la comisión que debía investigar los crímenes de la dictadura entre 1976 y 1983— para entrar directamente en materia. “Como si este fundamental informe (que sirvió de base al juicio a las juntas de comandantes de la dictadura) fuera un documento anónimo”, resaltó Magdalena.
Hay que recordar que el prólogo del Nunca Más ya había sido modificado en 2006 por orden Néstor Kirchner, argumentando que “no reproducía la filosofía política que anima al Estado”.
Es que la primera edición del informe desató por ese entonces la polémica entre los organismos de derechos humanos, ya que Sabato dejó plasmada la "teoría de los dos demonios". El texto decía: "Durante la década del 70, la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda".
En 2006 Kirchner propuso un cambio a esa edición original señalando que “Es preciso dejar claramente establecido, porque lo requiere la construcción del futuro sobre bases firmes, que es inaceptable pretender justificar el terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias contrapuestas, como si fuera posible buscar una simetría justificatoria en la acción de particulares frente al apartamiento de los fines propios de la Nación y del Estado, que son irrenunciables".
En esa oportunidad Ruiz Giñazú también se mostró molesta por la edición del texto de Sabato: "Hay grupos que quieren adueñarse de ciertas situaciones, como hizo Kirchner hace dos años en la ESMA".
Seis años después, se pasó de la edición, al borrado completo de la firma de Sabato: “Creo que la apropiación de la Memoria es un robo inexcusable cuando, además, esa Memoria tiene carácter de Informe en un hecho jurídico”, finalizó Magdalena en su columna de hoy.
Redacción de TDP
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