Este jueves se supo que Cristina Kirchner declaró como testigo en una causa que se tramita en Roma y que fue iniciada por ella misma en el año 2008 contra un diario italiano que durante una visita oficial a ese país publicó que la mandataria habría comprado joyas por un valor de 100 mil euros.
A lo largo de dos horas y media de declaración por teleconferencia, la mandataria detalló su paso por Roma en junio de ese año, cuando asistió a una cumbre de la FAO, la rama de la alimentación de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Fue en esos días cuando el matutino publicó la nota mencionada.
Esto sucede en la misma semana en la cual el kirchnerismo salió a criticar duramente al grupo Clarín por su querella a periodistas alineados al oficialismo. “No se puede criminalizar a la prensa” dijeron todos al unísono. ¿Y lo que hizo Cristina cómo se llama?
Algún despistado podría decir que el juicio que inició la Presidenta data de hace cuatro años. ¿Por qué no desistió en todo este tiempo entonces?
Una vez más el doble discurso del kirchnerismo queda expuesto de la peor manera: a través de su propio relato.
José María González