Raúl Emilio Bernao, célebre wing derecho de Independiente de Avellaneda, era llamado “El poeta de la Derecha”. Hacía poesías con el fútbol dibujando bellísimas escenas de gambeta y toque certero. Daba gusto disfrutar su juego aún para quienes no somos simpatizantes del Rojo.
Orlando Barone no es wing derecho, pero acomete la infructuosa tarea de escribir poesía. Como se verá, es el poeta de la mierda.
Barone escribe y alguien le ha dicho que es poesía
Orlando Barone merece el premio Néstor Kirchner al patetismo público. Intentó escribir una poesía para hablar, bellamente, de la mierda.
Independientemente de que el género literario provea esa siempre bien recibida amplitud de inventar términos, Barone acomete la, para él, ardua tarea de escribir poesía. No hace falta aclarar que no lo logra.
La poesía deja translucir, frecuentemente, algunas fotos del corazón de quien la escribe.
Leemos al poeta Barone:
"Hasta el más vacuo poetizo se embellece con flores y nenúfares; con alondras y hadas"
Lo de vacuo no lo discutiremos, es una obviedad. Pero catalogarse de "poetizo" ya despierta atractivas inquietudes. Porque si bien puede aludirse a "poetizar", como económico verbo que refiere a lo que hace quien poesías escribe, Orlando Barone lo utiliza como sustantivo, y demuestra la supina ignorancia del improvisador, cuando demuestra que "poeta" es la palabra que, patéticamente, omite por ignorancia.
Poetisa es aplicado a la Poeta femenina; poetizo, además de no existir, y aún careciendo de la "ese", de salame, vendría a ser, en nuestra interpretación, una suerte de introspección sincericida: La de un poeta afeminado que tiene dos plumas: Con una escribe y la otra se le cae desde el peinado....
Barone dista mucho de Oscar Wilde, porque ni siquiera accede a la meritoria categoría del Puto Admirado: Se queda en el efímero escalón del maricón iletrado. Berreta, en su paso fugáz rumbo al olvido.
Hay Poetas, hay Poetisas...y después viene Barone. Lejos, a varios cuerpos..
La ley Clarín y la Poesía
Dice Orlando Barone:
"Y hay que empezar a escribir un poema de mierda bella, con la nueva fragancia de la Ley"
La verdad es que tomar una Ley y tratar de meterla a martillazos dentro de una poesía es, cuanto menos, indignante.
Si pensamos en poesía y leyes podemos llegar a transigir con leyes nunca escritas: Leyes del amor, leyes de la palabra, leyes de la cama y de la calle.....pero jamás con leyes oficiales, de esas con votos, sellos y rúbricas.
Nada tiene que hacer en la poesía ese tipo de cuestiones tan mundanas, tan poéticamente modestas, pergeñadas en salones que huelen a madera rancia y desde escritorios que aún muestran residuos de ese polvo blanco tan afín a muchos de nuestros legisladores. ¿Qué poesía puede haber en una comisión de diputados? ¿Cuánta poesía pueden regalarnos el Boletín Oficial o el diario de sesiones?
Si Lennon escribía desde el LSD y era capaz de regalarle al mundo Strawberry Fields Forever, Barone perpetra su pieza literaria escribiendo desde el sopor aguachento del Termidor, y la mortadela cortada en daditos. El papel en el que escribe está manchado de violeta, y chorrea grasa.
Las mariposas y la mierda de Barone
"En fin, hay que purificar la mierda sin asco. Porque puede ser bella si muda a crisálida, y después a mariposa"
En este olvidable párrafo de Orlando advertimos un homenaje al programa que lo catapultó al retrete: 678.
Porque ese periodismo reinventado que es propaganda militante paga, no tiene forma de avanzar comparándose al ciclo de crecimiento de las mariposas.
Alguien debería decirle a Barone que, las mariposas, antes de mariposas adultas son crisálidas, pero antes de crisálidas son larvas.
Para mal suyo y bien de todos, el poetizo se ha quedado en ese punto. Larva del periodismo y de la poesía.
Barone ha escrito acerca de la mierda. De la ajena, de la propia. ..mierdas de distintas procedencias, colores y perfumes.
Y, como era de esperarse, le salió para la mierda.
Fabián Ferrante
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