El problema de déficits gemelos en materia energética en la Argentina, se encuentra hoy mucho mas vinculado al decrecimiento de la producción local de gas natural. Se calcula que la producción de petróleo, se contrajo un 18 % y las reservas del mismo bajaron más de un 5%.
En este esquema hay que añadirle (sin olvidar que los únicos privilegiados siempre son los amigos), que hace varios años se alejan del país diferentes compañías como Esso (cuya traspaso de las bocas de expendio pasó a Bridas del Grupo Bulgheroni), British Gas (que parece haber experimentado un rescate camuflado de estatización cuando le vendió el 70 % de su participación en Metrogas a YPF), la venezolana PdVESA, y lo que ahora sigue, la disimulada partida de Petrobras.
Pero como era previsible, de todas estas ausencias se va haciendo cargo YPF, en un mercado energético cada vez mas complicado.
Lo concreto es que Petrobras parece decidida a vender casi todos sus activos en Argentina, desde las estaciones de servicio que aún le quedan luego de su traspaso al multiempresario Cristóbal López, también quiere desprenderse de la refinería de Bahía Blanca y de su participación accionaria en Refinor y Edesur.
Es que las compañías han perdido mucho este año. Metrogas, por ejemplo, cerca de los $ 30 millones en el trimestre julio-septiembre, habiendo acumulado en los primeros nueve meses de 2012, mas de $ 80 millones de quebranto operativo, lo que significa casi siete veces mas que en 2011.
Por esa época, también Edesur tuvo serias dificultadas para cumplir sus compromisos y solo lo hizo en un 10 %, mientras que desde Edenor se alertaba sobre una restricción del 50 % de los pagos a Cammesa, ente que administra el mercado de las eléctricas.
El Instituto Argentino de la Energía —entidad conformada por ex secretarios de Energía de Argentina— detalló este año en un informe que entre 2003 y 2010, las reservas en materia energética cayeron considerablemente.
El desplome no solo se debe al excedente consumido, sino que también a la falta de producción. Mientras las reservas de gas se redujeron, durante los primeros ocho años del kirchnerismo al frente de la Presidencia de la Nación en el orden del 40%, se dejó de producir un 7%.
Volviendo al caso de Petrobras, su alejamiento no respondería mas que al desincentivo que las políticas gubernamentales provocan en las inversiones, desde la extracción hasta la comercialización de hidrocarburos, a las que se suma un Estado que no se preocupa por resolver los problemas, sino por controlarlo todo para poder sostener el relato.
Evidentemente, esto tiene lugar en paralelo con la consolidación de capitales locales vinculados al Gobierno. Todo encaja perfectamente en este el capitalismo de amigos.
Como ocurrió con Aerolíneas, Repsol y Aysa, el Gobierno asume más obligaciones para sostener a empresas deficitarias, y con el cuento de la independencia económica, interviene de manera directa o indirecta siempre en provecho de la elite gobernante.
En resumen, nada nuevo bajo el sol, siempre todas las mismas viejas mañas, tal como lo indica la parte práctica del modelo.
Nidia Osimani
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