Lamentablemente, una vez más hay que hacer hincapié en eso del “tal como lo venimos advirtiendo desde Tribuna de Periodistas”, para continuar diciendo que las empresas del sector energético continúan su proceso de exilio.
La última nota publicada por este medio al respecto fue el día 29/12/2012, titulada ¿Petrobras (también) se va de la Argentina?.
Oportunamente, se explicó que el problema de déficits gemelos en materia energética en la Argentina se encuentra hoy mucho más vinculado al decrecimiento de la producción local de gas natural. De hecho, se calcula que la producción de petróleo, se contrajo un 18% y las reservas del mismo bajaron más de un 5%.
Asimismo, en ese informe se citó un dato aportado por el Instituto Argentino de la Energía, el cual indicaba que entre 2003 y 2010 las reservas en materia energética cayeron considerablemente.
Dicho desplome no solo se debió al excedente consumido, sino que también a la falta de producción durante todos esos años.
Mientras las reservas de gas se redujeron en el orden del 40%, se dejó de producir algo más de un 7%.
Hoy, la noticia es que Petrobras se retira de Edesur, la segunda compañía eléctrica del país por su capacidad operativa, con una superficie de casi 33 mil kilómetros de cableado entre la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, con los que abastece a más de seis millones de clientes, vende la totalidad de sus acciones por U$S35 millones y se va.
Como era previsible, las empresas que se harán cargo ahora están vinculadas al Estado nacional y al provincial de Buenos Aires y Neuquén.
Ya en junio de 2012, una noticia había disparado las alarmas del sector cuando Edesur ponía en conocimiento de Cammesa, empresa administradora del mercado eléctrico, que no podría abonar los más de 30 millones de pesos en concepto de energía que ya había sido prestada.
La tendencia al incumplimiento en el pago había comenzado hacía varios meses, y fueron los propios registros de Cammesa los que daban cuenta de la mora por parte de más de 10 empresas a mediados del año pasado, superando alrededor del 45% al primer trimestre,
La deuda total de las distribuidoras con el Estado, rondaba los 400 millones de pesos. Sin embargo, pese a tratarse de un monto relativamente significativo comparado con los 160 millones de pesos que Edesur pagaba mensualmente por el servicio energético prestado a sus clientes, el último incumplimiento profundizaba aún más una crisis cuya génesis puede establecerse mucho antes.
El avance de capitales nacionales en manos de empresarios íntimamente vinculados al Gobierno nacional va reemplazando de manera intencional las inversiones extranjeras, y torna cada vez más vulnerable al sector. Prueba de ello son los acontecimientos de los últimos años, entre los que pueden mencionarse el repliegue de British Gas y PdVESA, las bocas de expendio de ESSO pasando a manos del Grupo local Bridas-Bulgheroni, la retirada paulatina de Petrobras desde el traspaso de las estaciones de servicio aún en su poder a manos del multiempresario Cristóbal López, el desprendimiento de la refinería de Bahía Blanca y Refinor, y ahora su participación accionaria en Edesur, cedida a Hidroeléctrica Piedra del Águila y La Plata Cogeneración.
Nidia Osimani
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