Ayer, 3 de enero del 2012, no fue un día más. Hebe de Bonafini amenazó con tomar Tribunales por la no aplicación de la llamada “ley de medios”. Mientras tanto, Estela de Carlotto ni se inmutó por el asado del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, en la ex ESMA y, el líder de H.I.J.O.S., fue más allá y naturalizó los festejos de fin de año en un lugar tristemente célebre por donde se torturó y se asesinó indiscriminadamente.
“Por ahora estamos en la puerta, el día que nos hartemos, entraremos a Tribunales”, dijo ayer Hebe junto a las Madres de Plaza de Mayo, que continúan fiel a su liderazgo en la puerta del Palacio de Justicia.
A Bonafini la ayudó a subir la escalinata el “prensa” de Madres, Gonzalo Seoane, quien colocó Aníbal Fernández luego de que se conoció la salida de Sergio Schoklender. Para descender, la tuvo de su brazo derecho Juan Manuel de Rosa, su ex médico personal, vestido con su guardapolvo blanco. El médico no tiene pruritos en amenazar públicamente a los periodistas que se han animado a investigarlo, fundamentalmente a los colegas del diario Hoy de La Plata pues, en los últimos años, ha conseguido gerenciar y comprar dos clínicas privadas en Ensenada. En Twitter, festejó no haberle dado jamás una entrevista personal a este periodista. Habría que preguntarse cuántas cosas esconde. ¿Tal vez sus vínculos con el PAMI para obtener dinero y financiar sus clínicas?
Dentro de la Fundación, a estos personajes se los conoce como los nuevos niños mimados de Hebe de Bonafini, junto con Daniel Narezo, ex productor de Víctor Hugo Morales, devenido en gerenciador del bar “El Revolucionario” y de otro lugar de encuentro en pleno Palermo de tertulias kirchneristas, llamado “Perón, Perón”.
No está solo. Lo acompaña Fabiana Segovia, la mano derecha del relator uruguayo. Narezo, recientemente pasó a manejar la programación de la radio de las Madres, luego de sacarse de encima a Pedro Lanteri. Para ello, Bonafini no sintió ninguna pena en dejar en la calle a una histórica trabajadora de la radio, pues “le recordaba a Patri”, como dijo una compañera que sigue a su lado, pero que ya no soporta las contradicciones entre el discurso y las prácticas. “Patri” es Patricia Alonso, la mujer que siguió los pasos de Sergio Schoklender en Sueños Compartidos y formó parte del grupo de apoyo a la Presidenta “Las Cristinas”. Ese movimiento de mujeres fue el primer pedido de re-reelección tras la muerte de Néstor Kirchner. Se juntaban, entre otros lugares, en la Ex Esma.
Asados
El predio de la ESMA ocupa 40 mil metros cuadrados. Son 17 edificios que fueron utilizados para torturar y asesinar durante la última dictadura militar. Bonafini no quería desembarcar allí luego de que Néstor les cediera el control del espacio a los organismos de derechos humanos.
Todos debían estar presentes, pero mientras que algunos organismos casi han pasado al ostracismo por falta de financiamiento, otros florecen cooptados por un gobierno que ha utilizado la noble bandera de los derechos humanos. Es el caso de Madres de Bonafini, Abuelas de Plaza de Mayo e H.I.J.O.S. quienes se han alineado indiscriminadamente con Cristina Fernández de Kirchner y su gobierno, ese que festeja fin de año haciendo asaditos en un ex centro clandestino de detención.
En uno de los siniestros edificios funciona el Espacio Memoria de Nuestros Hijos, que depende de la Fundación de las Madres. Lo preside Teresa Parodi, ex cantante de protesta y militante activa del gobierno. Trabajan allí varios parientes, entre ellos, dos de sus hijos. Uno está al frente de la realización de obras de teatro y la otra, Verónica, coordina las visitas guiadas organizadas junto con el Ministerio de Educación.
Por lo general, llegan micros desde el conurbano para recorrer el predio. El que conoció el lugar, en los últimos años, encontrará referencias permanentes a Néstor Kirchner como si fuese el salvador de la Patria.
Allí han tocado bandas de rock, murgas y practicado sus enormes saltos por el aire el grupo Fuerza Bruta, antes de los festejos del Bicentenario. Graban sus contenidos programas de televisión como Paka Paka y Canal Encuentro, entre otros, y trabajan funcionarios caídos en desgracia con jugosos sueldos.
Schoklender también se interesó por ese sitio y pretendió transformar el espacio en una universidad inmensa. Bonafini no quiso, pues ya había conversado con la cantante Parodi, quien se hizo cargo del lugar.
Alak relanzó su figura atacando la Constitución, a un grupo de medios y frivolizando a la peor etapa de la historia argentina. Pero esta vez, ex detenidos desaparecidos alzaron la voz. Es demasiado. No pueden dejar de asombrarse del brindis con chorizos del 27 de diciembre pasado. Pero, ¿alguien puede sorprenderse, a esta altura de las circunstancias, del asado en la ESMA cuando Bonafini festejó sus 80 años con una fiesta de disfraces en la Casa de las Madres?
En el libro El negocio de los derechos humanos, este periodista cuenta la escena en que la líder de las Madres de Plaza de Mayo le solicita chorizos gratuitos al jefe del Mercado Central. Su gestora se rió ante la pregunta de si la comida se había pagado.
El cristinismo arrancó el 2013 como lo terminó: escandalosamente y mancillando lo más noble de nuestra historia.
Luis Gasulla
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