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Crónica desde el Vaticano

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EL PAPADO, LA MAFIA Y EL OPUS DEI
EL PAPADO, LA MAFIA Y EL OPUS DEI

Caminar por las calles de Roma es una experiencia realmente emocionante . Sus edificios y construcciones son un patrimonio histórico que puede palparse a simple vista y, tal vez por ello, es inevitable conmoverse frente a cada uno de sus imponentes monumentos.

 

Estos días son particularmente más intensos que de costumbre a razón del interminable velorio del Papa Juan Pablo II. El aluvión de gente que suele circular por esta ciudad se ve exponencialmente aumentado por este elocuente acontecimiento y el dolor puede palparse a flor de piel como si fuera el aroma de un perfume compartido por toda la gente.

Coincidiendo con ese contexto, la televisión italiana habla sobre el fallecido pontífice casi las 24 hs del día, algo que parece no saturar a los habitantes de este país. La radio hace lo mismo y los diarios no se quedan atrás.

Ahora mismo, de hecho, parte de la discusión de los medios italianos gira en torno a la sucesión de Juan Pablo II, tema que provoca no pocos enfrentamientos verbales entre los que aparentan ser conocedores de la trama íntima del Vaticano y aquellos que desconfían de la información oficial. Se sabe que el próximo pontífice deberá ser una persona permeable a los intereses que se mueven detrás del mismísimo poder de la santa sede y que no tendrá demasiada libertad de acción. Los cardenales que elegirán al nuevo Papa -reunidos en el cónclave- son los que negociarán los venideros acuerdos, las polarizaciones y el juego de tendencias. Eso una verdad indiscutible.

Y es que la estructura del poder político del Vaticano combina una legendaria política diplomática -casi milenaria- con un poderoso entramado económico-financiero. La Santa Sede es una bomba financiera aspirante y no expelente que, cuando lo necesitó, logró contar con la ayuda financiera del Opus Dei y sus conexiones en los Estados Unidos y España a través del Continental Illinois Bank, Banco Popular Español, Esfina, Banco Atlas, Bankunión, Fundación General Mediterránea, y Rumasa, entre otros, a fin de ir remontando su pendiente en descenso.

Eso ató la suerte del Vaticano a diversos grupos oscuros de poder.


Escándalo perseguirás


El Vaticano ha sido centro de escena de muchos escándalos: desde el asesinato del Guardia Suizo Alois Esterman y su esposa -y de un tercero en discordia-, ocurrido hace pocos años, hasta las oscuras finanzas de Roma con la quiebra fraudulenta del Banco Ambrosiano, pasando por la crisis del IOR (Instituto de Obras Religiosas) y la estrecha relación del representante papal, arzobispo Paul Marcinkus, con los mafiosos Roberto Calvi, Michele Sindona y Umberto Ortolani, todos relacionados con el criminal Licio Gelli, un neofascista que regenteaba una logia seudomasónica vinculada a grupos de poder económico y a los terroristas de ultraderecha conocidos como las Tramas Negras.

Esta gente está vinculada intimamente con la desaparición de Juan Pablo I, Albino Luciani, quien llegó al trono de San Pedro en 1978 con la intención de poner fin a los manejos espurios financieros. Si bien Luciani era amigo del Opus Dei, se sabe que era poco afecto al círculo burocrático de la Santa Sede.

El periodista David Yallop, que investigó durante tres años la muerte del pontífice, sostuvo en su libro ¿Por voluntad de Dios? que Juan Pablo I fue asesinado. 'Estaba clarísimo que aquel 28 de setiembre de 1978 -dice Yallop-, Marcinkus, Villot (secretario de Estado), Calvi, Cody (cardenal, arzobispo de Chicago), Sindona y Gelli tenían mucho que temer si el papado de Juan Pablo I continuaba. Está igualmente claro que para cada uno de ellos las condiciones estaban dadas para obtener ventajas si el Papa moría. Y el Papa murió'.

Pero la de Albino Luciani no fue la única muerte extraña. El Papa Juan VIII, que reinó entre el 872 y el 882, murió envenenado a manos de su entorno cortesano. Para quedar seguros de su muerte, apalearon sus despojos. Poco después, el Papa Formoso, uno de los más discutidos de la historia, fue envenenado en 896. El papa Esteban VI ordenó desenterrar su cadáver, juzgarlo y sus restos arrojados al río.

Alejandro VI, el papa Borgia, que gobernó entre 1492 y 1503, tuvo una vida escandalosa aunque se lo consideró un protector de los artistas. Murió envenenado por arsénico blanco. Se sugiere una venganza por el ajusticiamiento del cura Savonarola.

También se sostiene que el papa Pío XI fue asesinado en 1939 por su oposición al nazismo. Se atribuye al médico Francesco Petacci, padre de la amante de Benito Mussolini, haberle dado una inyección mortal. Había dado a conocer la encíclica antihitlerista Mit brenneder Sorge.


Opus dei ¿Obra de Dios?


No es ningún secreto que uno de los poderes que más se ha enquistado en el Vaticano es el Opus Dei, una especie de logia que se mueve en las sombras de la Santa Sede.

El fundador de este grupo fue José María Escrivá de Balaguer, nacido en España en 1902 y cuyos contemporáneos lo recuerdan como una persona poco dotada. A pesar de ello, gracias a la dictadura de Francisco Franco, Escrivá llegó muy lejos.

El Opus Dei se fue afianzando con los años debido a su adulación al franquismo y a la coyuntura de la época, ocupando posiciones en las principales universidades españolas. Durante la guerra civil, muchos de los profesores y catedráticos fueron ejecutados y otros partieron al exilio. La situación fue tan grave que llegó a paralizar el funcionamiento de estas universidades, lo cual fue aprovechado por Escrivá, que ya había reclutado dentro del Opus Dei a profesores mediocres o incompetentes de universidades de provincia, con los cuales copó las principales vacantes.

Después consiguió de Franco un presupuesto privilegiado para los centros de enseñanza controlados por el Opus y gran parte del área educativa, que por su poderosa influencia política manejó a su antojo. En lugar de seleccionarse los mejores catedráticos, se prefirió a miembros de la logia.

Además de la educación, el Opus Dei se infiltró y parasitó en todo el inmenso aparato burocrático del estado español, en puestos clave y ha constituido un imperio económico gracias a los favores durante las largas décadas de la dictadura franquista, donde se enquistaron en el poder y llegaron a constituir gabinetes ministeriales íntegros de sus miembros o simpatizantes, los cuales dictaron leyes que favorecieron económicamente a los intereses de sus miembros, mediante una mafia tecnocrática que ocupó los puestos mejor pagados de España y creó nuevos puestos inútiles para sus seguidores, suculentamente pagados. Sus miembros se han visto implicados en corrupción, malversación y prácticas inmorales.

El Opus Dei es sinónimo de corrupción y mafia política y económica.

El teólogo Urs von Balthazar dijo en su momento sobre este grupo: “Sin duda, el Opus Dei es la más fuerte manifestación integrista de poder en la Iglesia... posee altos puestos en el gobierno, bancos, editoriales, revistas, periódicos... Es innegable que el hecho de la fundación del Opus Dei está marcado por el franquismo: ésta es la ley en la que ha sido formado.”.


Detrás de las paredes


No sólo el Opus Dei maneja dosis de poder dentro del Vaticano, también hay pequeños grupos religiosos que tironean en beneficio de sus propios intereses. Sobre todo en momentos como el actual.

T.M., una de las fuentes que Tribuna de periodistas tiene en Italia, comenta de manera más que elocuente la trastienda de este poder:

“Hay unos 60 Cardenales (sobresalen 15 de Italia, 10 de U.S.A y 5 de Alemania) a favor de reformas en la Iglesia que van directamente contra la Fe Católica y a favor de negociados con bufetes legales y con laboratorios multinacionales.  Preconizan autorizar el aborto, la eutanasia, las relaciones prematrimoniales, los anticonceptivos de distinto tipo, la adopción de niños de parte de homosexuales, que se derogue el Celibato Sacerdotal, que se ordene presbiteralmente a mujeres ... aunque sé que muchos de estos temas son conflictivos y decididamente subjetivos y opinables  (...)

Este grupo está dirigido por los italianos Scola, Tettamanzi, Sepe y Re, los americanos Maida y George, los alemanes Lehmann y Kasper, el holandés Simonis y el suizo Schwery. Impulsan como 'papabille' a Tettamanzi.

Hay otro grupo de 50 Cardenales fieles al dogma, al evangelio, y a la tradicion católica y apostólica. No son retrógrados: son hombres de fe, rectos, morales, buenos. No son boludos, que es otra cosa.

Están liderados por el nigeriano Arinze (hombre al que el polaco quería entrañablemente), por el argentino Bergoglio (que era el gran confidente del Papa: siempre decía Wojtyla que votaría por él desde el Cielo al lado de Jesús y la Ssma. Virgen), por el español Rouco, por el francés Tauran, y por el cubano Ortega y Alamino, que es por quien Bergoglio hace 'lobby' y va a votar, porque dice que es otro gran santo.  Este grupo lo impulsa a BERGOGLIO como futuro Papa.

Para ganar necesitan 80 votos, y ninguno de los dos grupos los tiene, y ambos grupos son hasta hoy irreconciliables.

Aunque dicen que en la última visita del otro viernes a Argentina cuando Juán Pablo IIº agonizaba un día antes de fallecer, llegó a Buenos Aires el Cardenal polaco GLEMP (el hombre de las misiones secretísimas del Papa), que lo mandó por varias cosas:

Porque el Papa dijo que le llegó un Revelación de parte de Dios donde el Cielo le manifestaba que había un Arzobispo argentino (que aun no es Cardenal, lo que no es óbice para que sea electo Papa) que es el hombre que Jesús quiere como Su Vicario y Pontífice (vaya uno  a saber si ahora, en esta elección):  y que es el Arzobispo de Corrientes, Monseñor Domingo Salvador Castagna, el hombre de mas prestigio inter-pares en el Episcopado de Argentina por inteligencia, rectitud y Santidad. Y que también creen Cardenales a Monseñor Basseotto y Radrizzani. (sic)

Pero hubo otra sorpresa mayor: el Papa quiso pedir que ordenen Obispo y que creen Cardenal a un Párroco, Monseñor Giusseppe Garbuio, de la Parroquia Cristo Rey de Guernica (¿te suena?), que depende de Mons. Radrizzani, Obispo de Lomas de Zamora.

Se dice que si Bergoglio es Papa, Monseñor Castagna va a ser Cardenal Arzobispo de Buenos Aires, y Monseñor Basseotto Secretario de Estado del Vaticano”.


Concluyendo


Todo este rollo se trata, ni más ni menos, que de poder político. El del Vaticano es un poder que no lo articula la diplomacia ni lo otorga el ejércitos. Es un poder que lo suministra el manejo de información y el poder económico y que se potencializa en una estructura operativa.

En estos momentos hay una pelea intestina para ver quién será el que suceda al fallecido Papa Juan Pablo II. Deberá ser una persona influenciable y manejable por los intereses que acabamos de describir. Es una condición imprescindible.

Lamentablemente Karol Wojtila, el fallecido pontífice, ha sido una persona permeable a ellos. En 1978, Egidio Viganó, superior de los salesianos, difundió en un boletín interno de la Orden, una conversación con el entonces "nuevo Papa" Juan Pablo II. Viganó le había expresado que los salesianos eran unos cien mil miembros activos, a lo cual Wojtyla respondió: "Entonces, ¡sois más poderosos que el Opus Dei, que sólo tiene setenta mil".

Le respondió el salesiano: "Santidad, nosotros no somos poderosos, sino humildes e inquietos trabajadores" a lo cual Juan Pablo II contestó con énfasis: "¡No, no!, para realizar el bien es necesario el poder, ya lo decía Santo Tomás de Aquino".

Sin palabras...

 

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