La 39.a Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (La Rural, Predio Ferial de Palermo), fue epicentro de una nueva visita del prolífico escritor y divulgador de la ciencia, Ladislao Vadas. El domingo 28 de Abril de 2013, en el Stand de Editorial Dunken, el destacado especialista de Tribuna de Periodistas, atendió cordialmente nuestra requisitoria profesional. Diletante del diálogo profundo, de verba pausada y tierna mirada, Don Ladislao, nos regala una jugosa charla sentado en su pequeño pupitre provisto por los expositores.
-¿Cómo vio la Feria del Libro este año?
-Bastante completa. Con stands repletos como otros años, a pesar del avance de las computadoras.
-¿Qué está investigando / escribiendo en estos momentos?
- Estoy escribiendo un “ensayito” titulado “La inexistencia de la sobrenatural: el milagro, un imposible”.
-¿Y en cuanto a sus lecturas - lo último? - ¿qué tema le preocupa más en la actualidad?
-¡Siempre libros sobre ciencia! - un libro de varios autores: “Mente y Materia” y “Qué es la vida”, ídem. Los temas que me apasionan son los relacionados con la ciencia, su método y su filosofía.
-Sus artículos semanales en Tribuna de Periodistas, tienen enorme repercusión: ¿por qué cree que sus detractores lo leen tanto? ¿Son masoquistas? ¿O están muy enamorados de su pluma?
-Creo simplemente que la mayoría de mis lectores no están suficientemente dotados para rebatir mis artículos, y eso me reconforta (risas).
-¿Ha tenido que rectificar en parte o en todo, alguna de sus hipótesis recientemente?
-Hasta el presente no.
-Le pregunto al erudito en religiones comparadas: ¿Cómo ve la gestión del Papa argentino Francisco? ¿Cambiará en algo la Iglesia?
-Los temas religiosos y teológicos del presente no me interesan. Son cosas del pasado que con el tiempo desaparecerán del todo frente a la “Ciencia Experimental”.
-¡Veo que es optimista, Don Ladislao! – ¿en que se basa para dicha tesis? Teniendo en cuenta que el cristianismo (como doctrina), vive del retraso de la parusía de Cristo. Más de dos mil años, y sigue dando vueltas…
-Mis fundamentos: si hoy el cristianismo ocupa tan sólo una fracción de la humanidad, menos de un tercio de la misma, pues el resto es ateo, o perteneciente a otras religiones; y el ateísmo avanza aceleradamente y hay una marcada indiferencia cada vez mayor en materia de religiones en el mundo entero. Por ende, muy poco le queda ya al cristianismo como pretendida religión universal. En cuanto a los otros credos, con ellos ocurre lo mismo, la gente se va olvidando de las religiones.
-Por su parte la Ciencia Experimental, barre sin miramientos con viejos mitos del pasado, que aún hoy se arrastran entre los diversos pueblos.
-¿Cuál de las pseudociencias que combate, cree que ha crecido de manera exponencial? ¿Y la más peligrosa?
-Creo que lo más peligroso, es el fanatismo religioso. Deberá ser reemplazado por una cosmovisión del mundo acorde con la realidad.
-Se da la paradoja: el incesante desarrollo científico-tecnológico de las sociedades modernas por un lado, y el persistente auge del “macaneo posmoderno” (pseudociencias), por otro. ¿Por qué se da este hecho?
-Porque existe aún mucha ignorancia enquistada en los nescientes, de la cual se aprovechan los cultivadores de las pseudociencias para ganar dinero. El conocimiento científico avanza sin cesar, en cambio la percepción de la realidad de las personas va a otra velocidad.
-Su mensaje a las nuevas generaciones de dirigentes políticos y sociales, desde la ciencia. ¿Es un científico optimista?
-Difícil pregunta. La pulseada es dura; no obstante creo que vamos encaminados con el desarrollo y el progreso social, gracias a las ciencias experimentales positivas, que están cambiando la realidad del mundo para el bien de los habitantes del planeta. ¡Saludos de Ladislao para todos!
Cancelada la entrevista, me dirigí a explorar los interminables stands de la Feria. Verifiqué no sólo el incremento del pensamiento mágico, sino, lo que es peor, el auge de tópicos “propiciatorios” de las pseudociencias: el infoentretenimiento y los pretendidos de autoayuda. El “pensamiento blando” o los programas del “todo vale”, estupidizan al lector y lo aleja de toda realidad empírica. La banalidad, su elogio y propagación, como contradicción de la razón, y un precedente muy peligroso.
“No hay nada más terrible, insultante y deprimente que la banalidad." (Dr. Antón Chéjov)
Ladislao Vadas en familia, junto a una de sus nietas.
Texto /Fotos: Gustavo Contarelli
Copyright: Tribuna de Periodistas