Por más que Lázaro Báez insista en acusar al Grupo Clarín de querer usarlo como intermediario para embestir contra Cristina Kirchner, las pruebas en su contra van tomando forma y afectan de alguna u otra manera al gobierno nacional.
Es que, se han comprobado en los hechos, no solo los viajes “fantasma” del empresario, su contador y sus “socios”, sino también el armado de sociedades en Panamá y otros paraísos fiscales en las cuales aparece su propio hijo Martín.
A ello debe sumarse la denuncia que presentó anoche la diputada de Coalición Cívica Elisa Carrió, acompañada por elocuentes fotografías que muestran el presunto desmantelamiento de una bóveda con documentación y armas en una finca del propio Báez. Se trata de una presentación que la legisladora hizo ante el fiscal federal Guillermo Marijuán.
En el escrito, Carrió también le pidió al funcionario judicial que brinde protección al técnico Sergio Triviño, quien desarmó la supuesta bóveda en la chacra, ubicada en la calle Nicolás Giglio y Walter Roy. Al mismo tiempo, solicitó el allanamiento de esa finca y de la estancia "Laquinta", sita en la Ruta Nacional 40 que va a Río Turbio, a unos 100 kilómetros de Río Gallego.
La prueba aportada por Triviño tiene dos méritos: por un lado, la elocuencia de las propias imágenes —se trata de 250 fotos— del desmantelamiento; por el otro, el hecho de que se trata de un empleado de una de las firmas emblemáticas de Báez: Austral Construcciones. ¿Cómo desmentir a un testigo de semejante calibre?
Como sea, el empresario K solo atinó a armar una improvisada rueda de prensa en su chacra de Río Gallegos, tras haber convocado de urgencia a periodistas de la capital de Santa Cruz. Allí, aseguró que esa bóveda jamás existió —invitó a los cronistas a comprobarlo— y fustigó al Grupo Clarín, acusándolo de "repartir fortunas" para "armar" la acusación de marras.
Anoche, Jorge Lanata refrendó lo dicho por Carrió e insistió en que el empresario "desmanteló un depósito secreto". Al mismo tiempo, agregó que dispone de "fotos de 50 valijas medianas de viaje" que se utilizaron, presuntamente, para movilizar "dinero, documentación y armas".
"Fue a las tres de la madrugada (del 15 de abril) de la misma noche que hicimos el primer programa", aseguró el periodista.
La postal que se vive en estas horas es demasiado similar a la vivida a mediados de los 90 respecto a las tropelías del narcoempresario Alfredo Yabrán, muy cercano al menemismo.
Así como este último fue sindicado en su momento como “testaferro” de Carlos Menem, a Báez se lo presume hoy como “prestanombre” de los Kirchner.
Yabrán empezó perder poder luego de que se hicieran conocidos sus negocios, íntimamente vinculados al poder de turno. Lo mismo ocurre en estos días con Báez.
Uno y otro siempre fueron reacios a las fotografías y terminaron sucumbiendo a la curiosidad periodística. También a ambos se los señaló por supuesto lavado de dinero.
Yabrán perdió poder apenas dos años antes de que Menem terminara su mandato; lo mismo parece ocurrir con Báez. ¿Terminará este último como Yabrán? El final, por ahora, queda abierto.
Carlos Forte
Seguir a @ForteCarlos