Mucho se ha hablado de “la ruta del dinero K” desde su aparición masiva gracias al programa de Jorge Lanata hace no mucho tiempo. Sin embargo, ya había medios independientes mencionando el negociado entre el gobierno nacional y su empresario de la construcción favorito. Uno de ellos es Tribuna de Periodistas.
Como sea, un reciente informe expone la ruta del dinero por la cual, desde el gobierno nacional, entre el 2009 y julio de 2013, bajaron más de 2.100 millones de pesos.
Año a año “el Grupo” de Báez consumió entre el 70 y el 75% de esos fondos, dirigidos a la construcción vial y acordada sistemáticamente a Austral Construcciones, Kank y Costilla y subsidiarias que han ganado alternativamente las licitaciones, aunque en su mayoría las favorecidas fueron las empresas de Lázaro.
Néstor Kirchner ordenó abrir esta cuenta cuando perdió confianza en el actual gobernador Daniel Peralta. El puente de dinero sirvió para solventar campañas políticas y de las obras hay: sobreprecios, repagos, algunas inconclusas y otras que jamás se hicieron pero se rindieron como terminadas.
Todo comenzó en el año 2009, un periodo políticamente agitado en Santa Cruz. Se trató del peor año electoral del FPV y en ese momento Néstor, quien desde el 2007 se había tenido que exiliar en Bueno Aires y El Calafate, porque no podía pisar Río Gallegos debido a los conflictos sociales en la provincia, comenzó a profundizar las diferencias con Peralta.
Sin embargo, uno necesitaba al otro y así ambos transitaban el mes de agosto de 2008, cuando, luego de una recordada pelea entre Peralta y Néstor, éste lo amenazó de que no enviaría más obras a Santa Cruz y que éstas irían a parar directamente a manos del FPV.
Así, Néstor trazó una estrategia para separar los fondos que enviaba nación y que hasta ese momento entraban por la Cuenta Única del Tesoro de la provincia (CUT), principal fuente de discordia con el gobernador, a quien acusaba de retrasar los pagos de Austral Construcciones, desviando esos fondos para el pago de salarios y gastos generales. Quien le reportaba minuto a minuto, cómo y a qué se destinaba el dinero de la obra pública, era el Contador fiel de Néstor y Ministro de Economía de Peralta.
Kirchner, entonces, le ordenó a Juan Manuel Campillo, mano derecha de sus operaciones financieras en estas tierras, que abriera una cuenta en el Banco Nación, con el fin de derivar por allí, en forma directa a la provincia (pero sin pasar por las manos de Peralta) los fondos enviados desde el Ministerio de Planificación Federal, a cargo de Julio de Vido, con destino a la obra pública y otros gastos de proveedores y servicios.
A mediados de octubre de 2008, NK convocó al Contador Campillo a su residencia en El Calafate y lo instruyó para que realizara una ingeniería financiera paralela a la provincia, que les permitiera el drenaje del dinero con ese destino, sin intervención de Peralta, pero bajo el manejo y supervisión del propio Campillo. El 2 de febrero de 2009, Campillo abrió en el Banco Nación Argentina sucursal Río Gallegos, la cuenta Nº 43300515/11, denominada “Cuenta Convenio” y la vinculó con otro canal de exclusiva competencia de Julio de Vido: Vialidad Provincial, sector manejado por Periotti, donde un conjunto de Ingenieros y técnicos armaban los pliegos licitatorios.
Desde entonces y año a año, Julio De Vido ha venido depositando un promedio de 500 millones de pesos anuales, de los cuales entre el 70 y el 75% fue a parar a manos de las empresas constructoras de Báez, tal como lo demuestran sobradamente los registros a los que tuvimos acceso y los expedientes viales consultados y los valores cobrados por las empresas en el Banco de la Nación Argentina.
OPI expone la enumeración del dinero ingresado a la provincia, vía Banco Nación, cuyo destino está acordado previamente por Julio De Vido.
“Estos fondos tienen un fin determinado y vienen para abonar gastos, insumos y servicios que paga la Nación, pero la mayor parte de ese dinero, está destinado a la obra pública vial. Dentro de estos montos no se incluyen fondos para los planes de viviendas, gimnasios u otra obra de infraestructura que no sean rutas y caminos”, resalta OPI.