El descaro, el autoritarismo y la mentira kirchnerista ya son, a estas alturas de las circunstancias, moneda corriente.
De a poco, o tal vez no tanto, nos hemos ido acostumbrando a decisiones descabelladas de todo tipo y color, que van desde el cepo al dólar hasta manejar el horario de un partido de fútbol para intentar tapar un programa periodístico, pasando por las mentiras del INDEC, y así, día a día aparecen nuevos delirios oficialistas.
Lo último, es la remoción de la estatua de Cristóbal Colón.
Para hacerlo, el FPV expuso sus tres métodos favoritos, uno detrás del otro, que son: Autoritarismo, mentira y, el peor de todos, imbecilidad.
Comencemos por la imbecilidad. En realidad, esto no resiste demasiado análisis. Para mover semejante monumento argumentando que Colón tiene la culpa de todo lo que hayan hecho los españoles durante la conquista de nuestro continente es, sencillamente, una imbecilidad. Ahora, si Cristina y todos sus secuaces están tan comprometidos y preocupados por las masacres realistas de hace quinientos años, porque no lo hicieron antes? Y ni hablar de la desisidia y el desinterés con el que tratan a los pueblos originarios.
Sigamos con la mentira. Y esto es realmente indignante, tal vez, mucho más que todo lo demás.
Resultó ser que para lograr remover el monumento, los encargados del operativo se presentaron ante las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires con el argumento de que iban a sacar las grúas (primera mentira). Cuando comenzaron a remover la estatua, al ser consultado el jefe del operativo dijo, textualmente, "la estamos sacando para restaurarla y colocarla nuevamente en el mismo lugar".
Finalmente, hablemos de lo que más identifica al kirchnerismo, el autoritarismo, y por consiguiente, la desobediencia a las leyes.
Si bien había una medida cautelar que impedía que el monumento se quitara de lugar, a ellos no les importó y, como siempre, hacen lo que quieren.
Este lamentable hecho, no es el único, y para no ir tan lejos en el tiempo citemos algo que dijo Cristina en el acto donde se presentaron los candidatos para las próximas elecciones.
En un párrafo de su discurso, la presidenta se refirió a los jubilados, y dijo, palabras más, palabras menos, que los jubilados nunca estuvieron mejor que ahora, ya que se les actualizan sus remuneraciones dos veces al año.
Aquí nos encontramos con lo mismo, Autoritarismo, mentira e imbecilidad.
Imbecilidad porque hay que ser realmente un imbécil para decir semejante mentira. Mentira porque la movilidad se da para compensar el atraso de lo que perciben respecto a la inflación, que dicho sea de paso jamás logra compensar la diferencia, y autoritarismo porque parece ser que los kirchneristas se olvidaron de que Cristina derogó la ley sancionada por el Congreso Nacional que otorgaba a los jubilados el 82% móvil.
Pero volviendo al tema del monumento de Cristóbal Colón, alguien le debería haber señalado a Cristina que en realidad, Colón, no mató a nadie, y sin embargo, muchísimos de los funcionarios montoneros que forman parte de su gobierno, si mataron a miles de personas, muchas de ellas civiles que murieron en atentados terroristas.
Creo que no es necesario agregar nada más.
Pablo Dócimo
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