La prestigiosa Universidad de Míchigan (University of Michigan, Ann Arbor), dio a conocer un estudio científico en animales que concluye: “se detectó elevada actividad eléctrica en el cerebro después de la muerte clínica”. (1)
Publicado con fecha 12 de Agosto de 2013 en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), de Estados Unidos, proporciona un marco científico sólido para refutar creencias paranormales de las Experiencias Cercanas a
Las ECM de las que dan aviso los sobrevivientes de paros cardio-respiratorios (PCR) en todo el mundo, tiene una explicación lógica --asociada a la neurociencia y al esmero del Sistema de Salud de
“Este estudio, llevado a cabo en animales, es el primero que enfoca qué ocurre en el estado neurofisiológico del cerebro agonizante. Esta investigación formará los cimientos de futuros estudios con humanos que investiguen las experiencias mentales que ocurren en el cerebro cuando está muriendo, incluida la visión de luz durante el arresto (paro) cardiaco”, sostuvo la autora principal del experimento Jimo Borjigin, profesora asociada de fisiología molecular e integrativa, y profesora asociada de neurología en
El Dr. George Mashour, uno de los principales responsables de la investigación, afirmó: “Nos quedamos sorprendidos con el alto nivel de actividad. (…) De hecho, al borde de la muerte muchas de las conocidas señales eléctricas de conciencia exceden los niveles detectados en los estados de vigilia; sugiriendo que el cerebro es capaz de tener actividad bien organizada durante las etapas tempranas de la muerte clínica”. (Ibídem)
Mucha tinta derramaba; muchas voces se han levantado, acerca del cerebro moribundo y su capacidad de generar actividad de conciencia y su legitimación.
Se ponderó los instantes posteriores de la muerte clínica (cuando el corazón deja de latir y la sangre deja de fluir al cerebro), las ratas exhiben patrones de actividad cerebral característicos de la percepción consciente. (2)
De tal forma, se podrá conceptualizar las “visiones reales” de los sujetos que atraviesa una experiencia cercana a la muerte. Sabemos que al menos un 20 % de los sobrevivientes de un paro cardio-respiratorio, cuentan haber tenido una ECM.
“Nosotros pensamos que si la experiencia cercana a la muerte procede de la actividad cerebral, debería ser posible identificar las correlaciones neurales de la conciencia en humanos o animales aún después que cesa el flujo sanguíneo al cerebro”, dijo Borjigin.
Metodología
Se analizaron los registros de actividad cerebral (electroencefalogramas) de nueve ratas anestesiadas, durante un paro cardíaco inducido experimentalmente.
En los primeros 30 segundos posteriores al paro cardíaco, todas las ratas exhibían un incremento generalizado y transitorio de actividad altamente sincronizada que tenía todas las características asociadas con un cerebro muy excitado. Al tiempo que se observaron patrones similares en cerebros moribundos de ratas, que se asfixiaban en otra muestra.
Discusión
“Los datos confirmaron nuestro pronóstico de que encontraríamos algunas señales de actividad consciente en el cerebro durante el paro cardíaco; Este estudio nos señala que la reducción de oxígeno (hipoxia), o de oxígeno y glucosa, durante el paro cardíaco, puede estimular una actividad cerebral que es característica del procesamiento consciente. También proporciona el primer marco científico para las experiencias cercanas a la muerte, de las que dan cuenta muchos sobrevivientes de un paro cardíaco”, concluyó Borjigin.
Se presumía hasta ahora, que el cerebro permanecía inactivo durante un paro cardio-respiratorio. Sin embargo el estado neurofisiológico del cerebro nos proporciona datos positivos para continuar explorando en ese camino.
Los autores del estudio, constataron que una vez que se produce la falla cardiaca - y el cerebro deja de recibir oxígeno- las neuronas se comunican a un nivel muy superior a los normales al menos 30 segundos. Esta actividad sería la que produce las visiones que los sobrevivientes relatan haber experimentado. (2)
Cabe señalar, que una de las voces más destacadas (y de culto) de esta problemática, la psicóloga experimental (británica) Susan Blackmore, aportó numerosa investigación. Atribuye “la revisión de la vida” a la liberación de endorfinas, porque se ha podido mostrar que desencadenan pequeñas crisis epilépticas en estructuras del sistema límbico en el lóbulo temporal.
Estas estructuras poseen muchos receptores para las endorfinas. Una posibilidad que explicaría por qué tanto las experiencias cercanas a la muerte y la epilepsia del lóbulo temporal comparten síntomas. (3 y 4)
Ahora, esas sensaciones de: paz sin dolor; de salir fuera del cuerpo; de viaje por un túnel; de ascensión al cielo; de experiencia con seres luminosos o muertos; de visión panorámica de la vida; entre otras, reflejadas en la literatura pseudocientífica del Dr. Raymond A. Moody (Vida Después de la Vida / Life After Life), se decodifican gracias al conocimiento científico. Claro que Moody, ha redoblado su apuesta de “macaneo posmoderno”, al sostener que él mismo es una síntesis de sus nueve vidas pasadas (¿?). Sin comentarios. (4)
Conclusión
La detección elevada de actividad eléctrica en el cerebro después de la muerta clínica, es un gran salto ante la oscuridad preexistente. Para superar otras limitaciones, se tendrá que ejecutar el mismo estudio en humanos y relacionar los cambios en la actividad cerebral con lo que ellos reporten acerca de su experiencia consciente. Será la próxima fase experimental.
En fin, los científicos, más que recurrir a explicaciones sobrenaturales, lo que han pretendido, y seguirán pretendiendo, es una explicación neurofisiológica a todos estos fenómenos. Las pseudociencias y “el pensamiento blando” (el constructivismo-relativismo) infectan. “El escepticismo organizado” libera de la estupidez.
“
George Mashour y Jimo Borjigin de
Gustavo Contarelli
Referencias:
1) Los Regentes de la University of Michigan, Ann Arbor, MI 48109 EEUU
Phone: +1 (734) 764-1817
2) http://www.lavoz.com.ar/suplementos/salud/estudio-explicaria-que-visiones-vida-despues-muerte
3) http://www.elojoesceptico.com.ar/revistas/eoe04/eoe0407
4) Blackmore, S.J., 1982. Beyond the Body.
Nota: Documento en Inglés: