Vestida de blanco con detalles negros y disfónica apareció este miércoles la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el Salón de las Mujeres Argentinas de la Casa Rosada para anunciar la puesta en marcha de un plan de ayuda económica para jóvenes de entre 18 y 24 años que quieran estudiar.
Según ella misma destacó, y después de un repaso por los planes financiados por la Anses, la mandataria aclaró que este programa –Progresar- se financiará con fondos del Tesoro Nacional, el cual sufre la merma de sus fondos por la suba del tipo de cambio.
Cristina precisó que la medida alcanzará a unos 1,5 millones de jóvenes que no estudian, no tienen trabajo o bien su salario no alcanza el mínimo vital y móvil.
El plan Progresar, que implica una extensión de los programas de asignación, será de 600 pesos mensuales.
La Jefa de Estado precisó que esta medida apunta a la franja de mayor desocupación entre la población, porque "en una década no se puede hacer todo". "Tenemos que ir a buscar a los jóvenes que no van al colegio para que vayan. Yo sola no puedo”, agregó.
Según IDESA, “la proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan es muy alta y la calidad de los empleos que obtienen los que trabajan es muy baja. Este fenómeno responde a varios factores causales, aunque entre éstos se destaca el inadecuado diseño de las políticas educativas y laborales. En los países que presentan los mejores indicadores de inserción laboral juvenil, un inteligente diseño institucional incentiva a los estudiantes para establecer vínculos con las empresas mientras cursan el nivel secundario, estimulando tanto la cultura del estudio como la del trabajo”.
Según los datos del INDEC, la tasa de empleo promedio del mercado laboral argentino en el 4° trimestre de 2009 era del 67% para los varones mayores de 14 años y del 43,5% para las mujeres. Pero entre los jóvenes de 15 a 29 años la tasa de empleo apenas alcanzaba el 50,7% para los varones y el 32,6% para las mujeres. Si bien en esta menor tasa de ocupación influye el hecho de que muchos jóvenes otorguen prioridad a sus estudios, las restricciones para encontrar empleo tienen una significativa incidencia.
La pregunta es: ¿Pueden 600 pesos por mes a cambio de regularidad escolar paliar esta problemática? ¿Es la escolaridad el problema o es la falta de trabajo? El tiempo, y Tesoro Nacional de por medio, dirá si es primero el huevo o la gallina.
José María González