Repentinamente “blanqueó” su imagen, fue luego de vender la mayoría de sus medios al empresario kirchnerista Cristóbal López.
De golpe, periodistas que lo odiaban aceptaron trabajar para él y hasta el grupo Clarín comenzó a levantar las primicias que publica a diario su portal Infobae.
Se trata de Daniel Hadad, el hombre que en menos de diez años pasó de movilero a empresario multimillonario. ¿Cómo logró el milagro? ¿De dónde sacó el dinero?
Es una parte de la historia que el ex dueño de Radio 10 prefiere omitir a la hora de mencionar su pasado. Tampoco parece interesar demasiado a quienes optan por trabajar para él.
"Es un lobbysta fenomenal. Si logró lo que logró en tan poco tiempo me parece que puede llegar muy alto", opinó a mediados de los 90 Osvaldo Granados acerca de Hadad y citó un comentario hecho por Joaquín Morales Solá a la revista Gente: "Viejos defectos...¡Tan temprano!". La referencia es obvia y lleva a la persona del fallecido Bernardo Neustadt.
Hadad es abogado y periodista. Se recibió en la Universidad Católica Argentina y está vinculado al Opus Dei desde que realizó un posgrado en la universidad española de Navarra, lo que lo lleva a veces a sostener una postura ultra conservadora en ciertos tópicos.
No obstante esto último, en una de las grabaciones del tristemente célebre caso Cóppola, se lo podía escuchar pidiendo “bichos (por extasis), consoladores y chicas”. También se comprobó que tenía una relación amorosa con Samantha Farjat.
Sin explicación posible, recaudó una cifra cercana a los dos millones de dólares en cinco años y solo contando sus propiedades. Este fue uno de los motivos por los que la DGI menemista comenzó a investigar su patrimonio.
Según admitió Hadad en esos días a Página/12, la presión lo preocupó a tal punto que se quejó ante el entonces ministro del Interior, Carlos Corach, y el ex vicepresidente de la Nación, Carlos Ruckauf. A partir de ese hecho se desprenden dos versiones de lo sucedido. La primera especula con que Corach habría llamado al entonces titular de la DGI, Ricardo Cosssio, y le habría pedido que "pare" la investigación, siempre de acuerdo a los dichos de Domingo Cavallo en el programa Hora Clave del jueves 17 de agosto de 1995.
La segunda versión de los hechos la dio el propio Corach, al asegurar que se "preocupó" por saber si había alguna animosidad contra Hadad. También aseguró que "haría lo mismo por cualquier periodista".
Aquellos que conocen a Hadad desde sus comienzos en el periodismo destacan su ambición y ostentación. En sus comienzos, pasó de comprar un dúplex en Villa Devoto a acceder a un departamento valuado en 350.000 dólares en la zona de Palermo y a una casa en el exclusivo Club de Campo Mayling cuyo costo alcanzaba entonces el millón y medio de dólares.
Hablando de sus primeros días, al dueño de Infobae tampoco le gusta hablar de cómo empezó en el periodismo. Tiene que ver con sus comienzos en televisión, cuando condujo el programa La trama y el revés, junto a Guillermo Cherasny, donde se identificaba a ambos periodistas con las ideas del sector carapintada, y que hizo que el fallecido diputado radical Cesar Jarosalvsky los denunciara por estar financiados por Norberto Cao, detenido durante el gobierno de Alfonsín por atentar contra la democracia. El programa también habría estado relacionado con empresarios vinculados a los servicios de inteligencia. A pesar de que Hadad siempre negó los vínculos denunciados, fue el propio Aldo Rico quien en un reportaje que salió al aire en su programa radial le recordó que el periodista frecuentaba la fundación que él dirigía.
Dinero negro
En su libro Los dueños de la Argentina II, Luis Majul denunció que había un acuerdo extrapublicitario entre Hadad y Marcelo Longobardi y la empresa Benito Roggio. Según la obra, los dos periodistas recibían 3.000 dólares mensuales de parte del empresario sin la contrapartida de publicidad. Longobardi admitió que se le habían facturado tres meses a Roggio en las condiciones que había denunciado Majul. Hadad prefirió callar.
La mejor definición de su pensamiento lo hizo ante diario La Prensa el 20 de diciembre de 199: "Para la empresa informativa, ganar dinero es un deber ético".
Tal vez ello permita entender por qué Hadad se permitió cobrar un sobresueldo de 80 mil pesos mensuales pagados por el narcoempresario Alfredo Yabrán durante gran cantidad de años. Ello sin la contraprestación publicitaria correspondiente.
Como revela el libro La larga sombre de Yabrán, de autoría de quien escribne estas líneas, el acuerdo llegaba a tal nivel que Lorena Colella, hermana de Héctor Colella, fue colaboradora de Hadad hasta 1994, año en el que falleció en Pinamar en un accidente automovilístico.
En agosto de 1995, Cavallo lo diría con todas las letras en el programa radial de Mariano Grondona: “Hadad no me cabe duda que trabaja para Yabrán”. El ex dueño de Radio 10 y C5N jamás respondió a la grave acusación.
Concluyendo
La relación que mantuvo durante años con Alfredo Yabrán, le permitió a Hadad escalar a nivel económico hasta llegar a ser un próspero empresario. A cambio de los favores monetarios del fallecido empresario postal, el hoy dueño de Infobae hacía lo que mejor sabe hacer: operaciones de prensa de diversa índole.
Pero no fue Yabrán el único contacto que le permitió a Hadad crecer como lo hizo. Políticos de renombre le abrieron las puertas para que ampliara sus negocios. Uno de ellos fue el mismísimo Carlos Menem, cuando era presidente de la Nación.
El riojano lo reconoció en un reportaje que le hizo Olga Wornat para revista Gente. "Son amigos míos (Neustadt y Hadad), es verdad", reveló.
En la misma entrevista, Menem defendió a Yabrán: “Es un empresario de primer nivel que paga sus impuestos, abona los salarios a su gente y cumple con sus obligaciones (…) A mí me impresionó como una buena persona, como un buen empresario". No está de más recordar que, meses más tarde, Yabrán sería acusado de asesinar al reportero José Luis Cabezas. ¿Pensarán en ello los hombres de prensa que trabajan en Infobae?
Como sea, la pata empresaria también ha sido parte del crecimiento patrimonial de Hadad. Conocidos hombres de negocios sucumbieron a aportarle dinero a cambio de no ser “escrachados” por el empresario de medios, quien supo amenazarlos con carpetas y videos comprometedores.
El periodista Jorge Lanata lo planteó en sus propios términos en el año 2002. Lo hizo a través de su programa de televisión Día D: “No puedo creer que tenga a todo el mundo filmado cogiendo”, dijo.
Como dice un conocido refrán: a buen entendedor pocas palabras.