Hace un par de semanas fui contactado por gente de la Universidad Nacional de la Matanza (UNLM) quienes me solicitaron que ahondara en lo que ellos consideraban una injusta embestida contra el rector de la misma, Daniel Martínez, a través de diversos medios de prensa. Me proponían entonces ser parte de una contraofensiva a través de las virtuales páginas de Tribuna de Periodistas.
A esos efectos, me reuní los primeros días de mayo con Lorena Turriaga, directora de Prensa de la citada institución, en un conocido local de comidas rápidas de la zona de Once. Lorena llegó retrasada pero fue muy cordial durante la entrevista. Me comentó que estaba indignada por algo que se había publicado en diario Clarín acerca del rector Martínez y juró que era obra de una interminable interna política relacionada con el predio en el que se asienta la Universidad de marras. Acto seguido, me dijo que sería muy bien gratificado en caso de desmentir las denuncias -falsas, según ella- que ese medio estaba haciendo contra su jefe directo. Aunque ella no lo decía explícitamente, era obvio que el "conspirador" era Alberto Pierri, hombre fuerte de La Matanza y más que interesado en no ceder el predio donde se asienta la universidad.
Le ofrecí entonces a Lorena algo mucho mejor: le sugerí que podría investigar a fondo el tema y, en caso de descubrir algo irregular, lo publicaría sin necesidad de que me compensaran. Lorena aceptó el trato y luego de eso nos despedimos, no sin antes acordar volver a hablar en los próximos días para gestionar una entrevista con el propio rector.
El siguiente paso fue leer en detalle el artículo que había publicado Clarín. Realmente no le había prestado atención en su momento y necesitaba interiorizarme de algunos detalles concretos para poder avanzar. Busqué, pues, la nota en cuestión aparecida el 3 de mayo, donde rezaba que "la investigación contra Daniel Martínez, rector de la Universidad Nacional de La Matanza, sigue avanzando en la Justicia federal. Martínez se encuentra imputado de los delitos de asociación ilícita, defraudación al Estado agravada y falsificación de instrumento público.
El rector de la UNLM está acusado, por ejemplo, de haber despedido a fines de 2002 a la profesora María Luisa Jóver, quien había denunciado en un programa de televisión que Martínez presionaba al personal docente y no docente de esa universidad para que asistieran a actos políticos del peronismo.
Según Jóver, el rector incluso enviaba a un colaborador a tomar lista en los actos para detectar a aquellos que se insubordinaban a su directiva. De acuerdo con las denuncias, Daniel Martínez le bajó el sueldo al personal de maestranza que se negó a disciplinarse a su conducción política".
A poco de comenzar a investigar los dichos del citado periódico, pude comprobar que no sólo eran reales sino que eran incompletos. Lo que pude averiguar en estas semanas de investigación demuestra que, no sólo el rector Martínez es un hombre oscuro en lo que se refiere a su gestión, sino que maneja la universidad pública a su real antojo, premiando y castigando a los que trabajan con él a través de un sistema muy particular, como veremos más adelante.
Daniel Martínez es licenciado en Administración, fue durante algunos años director de Contaduría de la Cámara de Diputados y, aunque hoy asegure que Alberto Pierri es un político poco confiable, ha sido uno de sus hombres de mayor confianza durante muchos años, a punto tal que se los puede ver juntos en la mayoría de las fotos de los actos que el millonario político ha encabezado en La Matanza en los menemistas años '90. Si uno ingresa a la página de Internet de la UNLM e intenta ver su curriculum, perderá el tiempo, ya que no hay nada allí. Hecho extraño si pensamos que ya lleva varios años de gestión.
Martínez jura haber realizado, junto a su hermano Alejandro, una maestría en una universidad extranjera. Aquellos que lo conocen aseguran que la misma fue "pagada por la UNLM y evaluada café de por medio hablando de política con el docente enviado por la universidad extranjera con la que hizo el convenio".
De tal palo, tal astilla: su hijo Nicolás está haciendo la Licenciatura en Gestión de la Educación Superior, carrera que exige tener una carrera de 4 años previa que el muchacho no tiene.
Los Martínez son gente de gran fortuna. Según ha trascendido oportunamente, Daniel posee una abultada cuenta en el banco Lehman Brothers de Estados Unidos, que no ha sido declarada jamás por él. Su hermano, Alejandro, también tiene lo suyo. Un profesor que lleva varios años trabajando en la UNLM da fe: "Pocos saben que el hermano de Daniel Martínez, Alejandro, se está construyendo una casa nueva en Haedo, después de tirar abajo la que tenía -herencia de la madre- y alquiló un departamento en Ramos Mejía mientras la construye. Está ad honorem en Formación Continua. Trabaja en la cámara de diputados (donde también trabajaba Daniel, nuestro rector, con Pierri) . Lo está haciendo a las órdenes del actual contador de la unlam -un tal Sanci- un pendex, también puesto por el rector, que también es profesor en derecho o económicas".
Es la historia de un amor
El predio donde se asienta la UNLM es enorme. Cuando uno ingresa por su entrada principal no puede dejar de maravillarse por lo fastuoso de su existencia. El lugar fue aquirido en el año 1990 por la Fundación Universidad de La Matanza, a cargo del adinerado Alberto Pierri, quien lo cedió a la facultad de marras.
Según cuenta Daniel Otero en su libro El Entorno, "en esos años la Chrysler lo destinaba (al predio) a preparar el stock de las camionetas, camiones y Dodge 1500 que producía allí. Tras su éxodo de Argentina la Volkswagen se hizo cargo de las instalaciones. En otra etapa de la reconversión, la fábrica alemana y la Ford se asociaron a través de la empresa Autolatina. La producción se concentró en la Planta de Pacheco, perteneciente a la firma norteamericana, y ese predio que el 16 de noviembre vio ingresar y salir micros a destajo, quedó abandonado a su suerte.
Fue la Fundación Universidad de La Matanza quién lo recuperó y posteriormente cede a la casa de estudios. Tan alto destino justificaría que el Estado haya renunciado a los cuarenta millones de dólares de deuda impositiva y fiscal que acumulaba el predio.
Alberto Pierri, el hombre que pone su firma sobre buena parte de los billetes de cada peso argentino que respalda el Banco Central, compró para su Fundación un predio que estaría valuado en cuarenta y ocho millones de dólares al 10 por ciento de su valor. Luego lo cedió -en préstamo- a la Universidad. Y ese día los coordinadores partidarios no daban abasto para poner un puntero adentro de cada colectivo".
Por su parte, la Dra. Hilda Noemí Agostino, perteneciente al ala del rector de la UNML, asegura que "el predio de unas casi 40 hectáreas se compró a la empresa Autolatina pero quedó en manos de esa fundación que sólo podía utilizarlo para cuestiones relacionadas con la Universidad . Cuando en 1992 se comenzó a dictar clases aquí la mayoría eran galpones de la antigua fábrica. La fundación se reservó para sí una importante parte del predio. Poco a poco se fue construyendo, siempre con dinero público una hermosa universidad (...)
Hoy la fundación, que ya hace años que no ha realizado obra alguna ni acción en favor de la universidad, ha decidido recuperar para otros fines el predio de la universidad, a pesar de que esto sería ilegal. Para hacerlo se ha aliado con las fuerzas políticas del partido. Por supuesto este predio significa una muy importante suma de dinero en valor inmobiliario y la alianza política citada implica una gran maquinaria puesta al servicio de estos intereses".
Según la Dra. Agostino, el inicio de la embestida de estas últimas semanas contra el rector Martínez habría nacido por la insistencia en escriturar el predio a nombre de la UNLM. El propulsor del ataque, según ella, tiene nombre y apellido: Alberto Pierri.
Existe otra versión, que le fue acercada a este periodista por una persona allegada al propio rector: "Martínez estuvo por ser candidato a Intendente de la Matanza y Pierri lo habría dejado de lado para postular a Juan Carlos Piriz, uno de sus hombres de choque y ex director del Mercado Central".
Cuentas que no cierran
Una de las premisas fundamentales del periodismo de investigación asegura que la mejor manera de investigar un hecho es recurrir directamente a las fuentes. Haciendo caso a esa norma, este periodista fue personalmente a la UNLM para recabar la información que fuera necesaria. Muchas de las broncas contra Martinez, créase o no, nacen allí mismo.
Y es que Martínez se mueve en la universidad como si fuera de su única propiedad, aplicando un particular sistema de premios y castigos a los que allí trabajan y que se mide de acuerdo a la lealtad que le profesan. El autoritarismo y la discrecionalidad pueden verse en cada esquina del predio, sobre todo en el Centro de Estudiantes de la facultad, un virtual centro de choque a las órdenes de Martínez.
Aquellos que son leales al rector tienen su recompensa, aquellos que no, son "castigados". Veamos:
-A la hora de nombrar Sub-secretario Académico, Martínez eligió a Juan Pablo Piñeiro, recién recibido en la Universidad. Había sido hasta entonces presidente del Centro de Estudiantes.
-Marcelo Lamas, también recién recibido y miembro del Centro de Estudiantes, fue "puesto" como director de la Biblioteca.
-El ex profesor de Extensión Universitaria, Daniel Scaramuccia, está con cargo de asesor en Formación Continua y según empleados de la universidad en un "ñoqui con sueldo de $2500".
-Daniel Villares, Jefe de Cómputos desde que se inició la universidad, fue echado y en su lugar se puso a alguien cercano al rector.
-Según una docente de la Universidad, los alumnos denunciantes de la nota de Clarín "son del sector de Ballestrini que hicieron una lista en contra de la Liga Federal y fueron echados de la Universidad".
-Alejandro Finocchiaro fue designado decano de derecho sólo por ser amigo del rector y entusiasta menemista. Vale destacar que en la UBA es apenas Jefe de Trabajos Prácticos.
-Mario Kestelboim, renunció por las irregularidades graves detactadas en el ingreso. Duró dos meses.
¿Qué descubrió Kestelboim? Que las notas de los alumnos que ingresan a la universidad son "digitadas" políticamente. Según pudo recabar quien escribe estas líneas, hay hechos que conforman las sospechas del eyectado profesor, sobre todo en la carrera de derecho. Por caso, uno de los alumnos de esa carrera llamado Andrés B. que había sacado un 3, logró milagrosamente que esa nota se convirtiera en un 8. Obviamente es de la cercanía del rector Martínez.
Una joven docente del mismo centro de estudios asegura que hay cosas aún peores de lo que se cuentan: "los docentes son utilizados para ir a los actos políticos de la conveniencia de esta gente y hasta pasan lista a los docentes y no docentes para saber quién concurre y quién no. Imaginate lo que sucede si uno no va. La cosa está tan politizada que después de la nota de Clarín el rector llamó a todos los decanos a una reunión urgente y ayer hubo otra. Nos están bajando línea".
Otra profesora se sincera al hablar del desgaste moral que sienten la mayoría de los docentes que trabajan allí. Su voz se quiebra por un momento: "los concursos para acceder a algunos de los cargos de la UNLM son truchos. Está todo armado, hay docentes a los que les exigen que no se presenten en algunos de ellos para que los ganen las personas que están acomodadas. Lo peor es que esto lo sabe todo el mundo y nadie dice nada. Es como cuando comenzó a funcionar la universidad y a los docentes los callaban pagándoles, aparte de su sueldo normal, un sobre de igual monto por parte de la Fundación de Pierri".
Este periodista intentó vanamente escuchar la versión de Martínez: la entrevista prometida por su "vocera" jamás se concretó.
El muñeco Pierri
Si bien las denuncias contra Martínez son reales y verificables, no es menos cierto que Alberto Pierri tiene mucho de responsabilidad en que estas se hayan hecho públicas en las últimas semanas. ¿El motivo? Pierri no quiere ceder el predio de la UNLM a pesar de las promesas que ha hecho durante años y años.
Si uno se dirige a la parte trasera del centro de estudios podrá observar una serie de galpones que, según confiesan los mismos guardias de seguridad que los custodian, son usufructuados por el hombre fuerte de La Matanza. En una charla off the record que mantuve con dos de los vigiladores del lugar, se dio el siguiente diálogo:
-¿Qué guardan en esos depósitos?
-Ahi "supuestamente" se guardan bobinas de papel que cargan y descargan unos camiones que circulan todo el tiempo.
-¿Por qué dice supuestamente, no está seguro?
-Lo que se comenta es que se almacena otra cosa en los galpones.
-¿Qué cosa?
-Y... tratándose de Pierri, se habla de drogas.
-(...)
-También bajan helicópteros cada tanto, es muy raro, ¿no?
-¿Y cuál sería la finalidad de manejar droga dentro de la universidad?
-(Risas) Es muy sencillo, esto es una entidad federal, no puede meterse la policía así porque así a allanar si no tiene orden de un juez, ¿Se entiende?
Evidentemente, la cosa no era muy difícil de comprender. Sobre todo cuando uno observa el tremendo despliegue de guardias que se mueven custodiando el predio. Quien escribe estas líneas se encontró en serias dificultades a la hora de fotografiar el lugar debido a la insistente negativa de los cuidadores. Los mismo que se animaron a contarme que los movimientos alí eran muy sospechosos, no dudaron en revelar que Pierri es un hombre muy difícil de tratar cuando se pone de mal humor. Y es imposible que no se entere de lo que pasa en su propio distrito: él maneja todo.
Según se desprende de un testimonio del libro de Daniel Otero anteriormente citado, "en La Matanza no se mueve una mosca sin que Pierri lo
El aparato de Alberto Pierri en La Matanza tiene la envergadura suficiente como para dar vuelta una elección nacional. Se trata de un distrito con más de un millón doscientos mil habitantes, quinientos mil electores, cerca de un 25% de desnutrición infantil y un cuerpo de cuatro empleados municipales a cargo de la Dirección de Epidemiología del distrito: 300 mil personas para cada profesional. "A los de La Matanza los reconocés enseguida: gente muy pesada. Mueven un aparato muy grosso. Mucho alcohol y mucha droga y, es más, no creo que sepan qué carajo están haciendo allí. Y esos grupos vienen a los actos mezclados con familias, cosa que antes no lo veía", describe un seguidor de Duhalde presente en un acto de La Matanza.
Es evidente que Pierri es un hombre de gran poder y gran fortuna, ambas cosas imposibles de justificar. Cuando le toca hablar de sí mismo, el hombre de San Justo asegura que empezó a trabajar "a los 17 años y nadie me regaló nada. Con mi tío y mi abuelo, uno de esos inmigrantes, en el año 1965 empezamos a trabajar en el mundo del papel. A los cuatro años de haber empezado me quedé solo y compré el primer edificio de mi fábrica, el segundo en 1975.
Después compre Aeropel, en el año 1982. En el año 1990 se nos ocurrió lo que han hecho miles de pequeños y medianos empresarios: se nos ocurrió poner un canal de cable. Pero no pusimos la plata y compramos una empresa. Lo hicimos con nuestros propios brazos".
La última gran adquisición de Alberto Pierri fue la empresa Papel Tucumán, en 1994. Tras dos licitaciones fracasadas, en la tercera se presentaron dos ofertas: una del narcolavador Alfredo Yabrán por 20 millones y la de Pierri por 16 millones de pesos. Yabrán se retiró y Pierri sumó una nueva empresa a su patrimonio.
Nadie jamás pudo entender cómo Yabrán, famoso por adquirir empresas apretando a sus dueños y nunca ceder en sus operaciones comerciales, se hizo a un lado frente a un empresario mucho menos fuerte que él.
Concluyendo
En medio de la puja de estos dos "pesos pesados", existe el interés legítimo de un grupo de docentes y alumnos que lo único que pretende es terminar con la incertidumbre que los acompaña desde hace más de diez años respecto a la cesión de un predio que les fue prometido una y otra vez.
Ese es el ámbito que han elegido Pierri y Martínez para dirimir una cuestión personal, a sabiendas de que el resultado de lo que suceda en la contienda puede perjudicarlos a ambos. Y es que los dos tienen mucho que esconder respecto a sus vidas privadas y el hecho de exponerse de tal manera, los va a poner en la mira de la opinión pública, inevitablemente.
Lo único que uno espera es que, pase lo que pase, la comunidad universitaria no se vea perjudicada.
No es poco...
Cuánta mugre, carajo!!!!!!!!