María Servini de Cubría tiene en sus manos una de las causas judiciales que más preocupa al gobierno en estas horas: la que muestra la relación entre funcionarios del kirchnerismo y el tráfico de efedrina.
Por ese expediente, la jueza federal está siendo objeto de monitoreos permanentes y una campaña de desprestigio que está a punto de comenzar. Especialmente, después de haber dicho este mediodía que investiga un entrecruzamiento de llamadas entre supuestos narcotraficantes y funcionarios de la Casa Rosada.
Para el gobierno, Servini fue demasiado lejos al pedir al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, que informe quiénes utilizan los números que figuran en los peritajes que tiene en su poder.
"Tenemos entrecruzamientos de algunos llamados entre teléfonos de la Casa Rosada con algunos narcos. Queremos saber quiénes usaron esos teléfonos", declaró hoy en diálogo con radio Mitre.
La jueza insiste en que pudo comprobar que ingresó ilegalmente efedrina al país y que esas maniobras de narcotráfico necesariamente tienen que contar con "ayuda de alguien de la política". "El narcotráfico tiene que tener apoyo de adentro, de alguien importante, porque si no, la Policía los localizaría de inmediato", sostuvo.
Para Servini, José Granero, ex titular de la Sedronar, "tenía algún amigo" que "manejaba" el ingreso de la efedrina a la Argentina
Lo cierto es que, con la ayuda de la Secretaría de Inteligencia y algunos periodistas alineados con el kirchnerismo, el gobierno prepara una embestida contra la jueza en varios frentes: por un lado, se iniciará una campaña mediática en su contra, a través de medios oficialistas. Será cuestionada por su pasado menemista y por su desempeño en el caso del nieto de Estela de Carlotto.
Por otro lado, se intentará impulsar un juicio político ante el Consejo de la Magistratura a través de los miembros del Frente para la Victoria que allí reportan.
Con esos elementos, se procurará forzar que Servini “trasfiera” el expediente de la efedrina a algún juez “amigo”, que luego podría dejarlo “morir” por prescripción.
Hay que prestar atención, ya que los cuestionamientos empezarán en breve a través de un canal oficialista, perteneciente a un empresario “amigo de la casa”.