La tensión que se vive en los Tribunales de Comodoro Py se concentró en el primer piso, donde funciona la Cámara Federal de Casación Penal, que viene demorando la definición sobre un pedido de apartar al juez Claudio Bonadío del caso Hotesur y en otros expedientes de relevancia política.
En medio de peleas, reuniones interminables, el elemento que juega de termómetro entre los jueces de la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal son las aspiraciones que hay por parte de algunos de ellos en conseguir el apoyo para postularse como eventuales candidatos a ocupar la Corte Suprema de Justicia.
Los jueces de la Sala I son Luis María Cabral, Gustavo Hornos, y Ana María Figueroa: unas semanas atrás, en sus manos cayeron varias causas de gran trascendencia política.
Tal vez la más fuerte es aquella donde se plantea la recusación de Bonadío en el caso Hotesur, empresa de la cual es socia la presidenta Cristina Kirchner.
La causa es por presuntas irregularidades en la presentación de documentación de la empresa ante la Inspección General de Justicia (IGJ) y a raíz de sospecha de maniobras de lavado de dinero, porque se habría alquilado plazas a personal de una de las empresas de Lázaro Báez que no serían ocupadas.
La recusación iba a ser definida la semana pasada por los jueces y se viene postergando: este viernes trascendió que Hornos y Cabral ya tendría preparado sus respectivos votos a favor de mantener a Bonadío, en tanto que aún no se definió Figueroa, mientras según trascendió, Figueroa votaría para apartarlo.
La discusión fue reñida, incluso hubo reuniones entre los tres hasta última hora del viernes, y no se logró consensuar, ni tampoco un acuerdo para sacar una resolución, en uno u otro sentido.
Durante toda la semana, los jueces intentaron llegar a un consenso y no hubo caso, y uno de los factores determinantes es las ambiciones que hay por parte de algunos de sus integrantes, como ser Hornos y Figueroa, en ocupar un lugar en la Corte Suprema de Justicia, en el momento en que se habla de ampliar el Alto Tribunal.
Entre los rumores que circularon en los últimos días, es que Figueroa habría tenido reuniones con un funcionario clave del oficialismo, en tanto que Hornos mantuvo un encuentro con una figura judicial importante en donde se habló sobre la definición pendiente en el caso Hotesur.
Hotesur es uno de los casos que más preocupan al Poder Ejecutivo desde hace semanas, pues implica a la Presidenta y se da en un momento de mayor cruce político entre el Gobierno Nacional y Bonadio, el juez que tiene en su despacho la investigación.
El caso Hotesur no es el único expediente de alto contenido político cuya definición está demorada, sino que en la Sala I aguardan otras causas fuertes: la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la Presidenta por el encubrimiento de la AMIA; y la definición sobre si es o no constitucional el Memorándum con Irán.
La denuncia de Nisman va camino al archivo, pues el fiscal ante Casación Javier De Luca el pasado lunes dictaminó por el rechazo de la acusación por encubrimiento, y al no contar con impulso la presentación no puede prosperar.
Si bien se sabe que los jueces no pueden proseguir al no haber impulso fiscal que diese curso a la denuncia, aún no hubo definición alguna.
Como si fuera poco, dos de los jueces de la Sala I, Cabral y Figueroa, también tienen entre sus manos la definición sobre el Memorándum de Entendimiento con Irán por el tema AMIA.
Ellos junto con Juan Carlos Gemignani tienen que definir si es o no constitucional el pacto, el cual fue duramente cuestionado por la oposición, y Nisman aseguró que se trató de una herramienta ideada por el Poder Ejecutivo para deslindar la acusación sobre los iraníes sospechados de volar la AMIA.
Si bien Gemignani se predisponía a fijar una fecha y resolver, tal cual aseguran fuentes judiciales a NA, sus dos colegas pidieron una medida de prueba que demorará la definición: la traducción de la versión de ingles al castellano del pacto.
Tal medida generó discrepancias entre los jueces, a tal punto que Gemignani la tildó de "impertinente".
La tensión en el primer piso se palpa, y fue una semana de murmullos y de expectativa por la definición en todos los temas de relevancia política, sumado a ello, está la tormenta que atraviesan la relación entre algunos jueces, como ser la de Gemignani con Figueroa que es de larga data, y la de esta última con Hornos que se resquebrajó en las últimas semanas pese a que ambos solían tener un excelente relación.
Los jueces, fiscales y resoluciones, que hace semanas aparecían a diario en las noticias y mantenían en vilo al Gobierno, dejaron de estar "en pie de lucha" para entrar en un clima de paz momentánea, luego de uno de los períodos de cruces más feroces entre el Gobierno y la Justicia de los últimos años (NA).
parece menetira que jueces de casacion voten pensando en sus ambiciones personales en lugar de votar de acuerdo a derecho votar pensando en ser miembros de la corte o no serlo me parece una aberracion juridica la ley y la constitucion no pueden ser interpretadas en funcion de las ambiciones personales de unos jueces
Parece mentira ? No es asi prefieren mirarse el hombligo a atender su deber, que es implementar justicia y no cajoneo, por el escalafón !!! Todos unos Sres. muy turros. Asi nos vá como país, una verdadera verguenza. estos leguleyos se merecen ahora "la marcha de la patada en el trasero". Ya les va a llegar a los políticos una marcha tal tambien, sigan jorobando la paciencia.