La incorporación/imposición de Carlos Zannini, arquitecto jurídico del Gobierno, como compañero de fórmula le permite a Daniel Scioli sumar consenso en el ultrakirchnerismo, pero al mismo tiempo configura un cercenamiento a su propio poder.
¿Se trata de una suerte de golpe contra el gobernador de Buenos Aires como afirman algunos o solo el intento de sumar los votos del kirchnerismo puro a los moderados del sciolismo?
Los dirigentes opositores se manifestaron sobre la designación, apuntando que Zannini representa la continuidad del Gobierno, lo que significa que Scioli no propone ningún cambio. Otros fueron más duros y afirmaron que el funcionario es un "comisario político".
Mauricio Macri dijo la fórmula Scioli-Zannini equivale a la "continuidad" del modelo kirchnerista y "representan claramente dos dirigentes que han militado por la idea que ellos han impulsado estos 12 años". También el jefe de Gobierno porteño afirmó que fue la Presidenta, y no Scioli, quien lo designó.
El precandidato a la elección presidencial, Ernesto Sanz, ironizó sobre la candidatura: "Me encantaría un debate de Zannini con Llach. Lucas le gana en el primer round". También afirmó que es "una buena noticia en términos de sinceramiento político", y que "con esta designación Scioli ya no podrá presentarse como el agente de ningún cambio, sino que queda claro que la propuesta del oficialismo es kirchnerismo puro y duro", expresó.
Por su parte, la diputada nacional de la Coalición Cívica y también precandidata a ocupar el sillón de Rivadavia, Elisa Carrió, aseguró que "Zannini es peor que Máximo Kirchner", y que su designación "es el golpe contra Scioli".
La precandidata presidencial por el GEN, Margarita Stolbizer, advirtió que "está claro que Scioli ha cerrado filas con el kirchnerismo, con el cristinismo duro". No obstante, también precisó que no tiene "ninguna duda" de será Scioli quien empiece "a mandar en el peronismo" en caso de ganar la elección.