Como se sabe, oportunamente Susana Trimarco instaló una sede de su fundación en la ciudad de Córdoba, en un coqueto inmueble céntrico, en la calle Caseros.
Según el diario Alfil de esa provincia, el rol que cumple la sede cordobesa nunca estuvo claro, ya que si bien, en teoría, asesora a las víctimas del delito de la jurisdicción, no tiene refugios ni difunde estadísticas.
“También es un dato curioso el hecho de que no mantenga relaciones institucionales con la Secretaría contra la Trata de la Provincia”, sostiene Alfil. Y avanza:
Cuando en 2013 trascendió que el Gobierno de José Manuel de la Sota se había comprometido a otorgarle más de dos millones de pesos a la institución, la noticia sorprendió tanto a las asociaciones locales que se ocupan del tema como a las autoridades que se desempeñaban en aquélla repartición.
Además, cabe recordar que dos ex empleadas (una abogada y una psicóloga) promovieron demandas laborales contra la delegación local y aseguraron que fueron maltratadas y luego despedidas por Trimarco.
Entre otras aseveraciones, dijeron que se “inventaban legajos”, ya que en muchas oportunidades acudían personas con inconvenientes que no tenían nada que ver con la materia merced a la cual la organización recibe fondos y subsidios millonarios, como desocupados, desempleados y pacientes psiquiátricos. Sin embargo, aseguraron que desde la dirección les solicitaban “encuadrar la problemática como si se tratase de potenciales víctimas de trata”, para cumplir con los “números mensuales”.
Las profesionales también citaron ante el fuero de Conciliación situaciones “irregulares” en el manejo y en la rendición del uso de dinero público y, en general, expusieron que la fundación no cumplía su misión.
En ese entonces, Eugenia Aravena, titular de la sede local de Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar), declaró ante medios de prensa que a pesar de su intenso activismo por los derechos de las personas que ejercen la prostitución nunca contactaron a nadie que hubiera tenido relación con la Fundación María de los Ángeles.
Aravena manifestó que la múltiple financiación para la entidad era injusta y recordó que el colectivo que integra es una organización de base, que presta servicios y que, sin embardo, no recibe dinero para su sede, en donde, incluso, se aloja gente.
Mimada del kirchnerismo
Alfil refiere a viejas notas de Tribuna de Periodistas a la hora de explicar que Trimarco fue una “mimada” del kirchnerismo: “En el 2013, el periodista Christian Sanz llamó la atención sobre el ascenso económico de la madre de Marita Verón, que el investigador le atribuyó a sus relaciones con la ex presidenta, con el ex gobernador de Tucumán, José Alperovich, y con otros políticos”.
Y añade: “Según Sanz, Trimarco presionó al Estado para sacar rédito personal. En especial, fustigó la sanción de la Ley de Trata, ya que, a su entender, es una norma ‘anti-prostitución y fascista’, que despoja de derechos a las meretrices porque “no considera su consentimiento para trabajar por propia voluntad”.
También en el 2013, Gustavo Vera, legislador porteño e integrante de La Alameda, señaló públicamente era “inexplicable” que Trimarco recibiera tanto dinero y firmara convenios permanentemente. Así, se sumó a las voces que sostienen que, con su militancia explícita en las filas del kirchnerismo, la mujer “deformó” su causa.