Hace un par de semanas, este periodista reveló un dato que es harto conocido en los corrillos sindicales y políticos, pero que ha sabido callarse durante años: que la empresa de correo OCA pertenece a Hugo Moyano, a través de un testaferro llamado Patricio Farcuh.
Incluso se reveló un tópico que también es sabido desde hace tiempo: que esa firma suele transportar drogas y otros elementos prohibidos en sus camiones, a través de encomiendas y ostentosos paquetes. No es algo nuevo, Alfredo Yabrán lo hacía en los años 80 y 90, con la protección de la alta política de entonces.
El dato viene a cuento de una pulseada política que llevan adelante en estas horas Mauricio Macri y el propio Moyano. No hay un motivo, sino varios, algunos de ellos negocios de alta escala.
No obstante, lo más relevante pasa por otro lado: las constantes amenazas que el camionero le endilga al presidente de la Nación respecto de eventuales paros que podría refrendar en el mediano plazo.
La excusa siempre es la misma: las polémicas medidas “laborales” que lleva adelante el gobierno. Sin embargo, el trasfondo es otro, la discusión por ver quién controla la AFA, donde Moyano intenta recalar con “pies de plomo”.
Contra las pretensiones del camionero, Macri tiene como plan instalar a su yerno, Claudio "Chiqui" Tapia. En ese contexto, la jueza María Romilda Servini de Cubría dejó la puerta abierta a una eventual intervención a la Asociación del Fútbol, lo cual enfureció a Moyano al punto de recrudecer sus críticas contra el gobierno.
Es lógico: ¿Cómo explicarle a este último que Macri nada tiene que ver con esa decisión siendo que Servini de Cubría es una de las magistradas de mayor llegada a Daniel Angelici, a la sazón quien está operando en las sombras en estas horas respecto de las elecciones en la AFA en nombre del macrismo?
"Si intervienen, se para el fútbol", amenazó el camionero en las últimas horas. Y agregó un comentario destinado a unos pocos entendidos: “Basta de aprietes”.
¿Qué quiso decir con eso? ¿Quién aprieta a quién? ¿Con qué? En breve se explicará, pero antes hay que mencionar un dato adicional.
Esta semana hubo intensas gestiones oficiales para lograr que Moyano y Macri se reúnan. Quien ofició de “Celestina” fue Diego Santilli, bajo la estricta aceptación de dos condiciones: que se hablara solo de fútbol y que no estuviera presente Angelici. Algo falló finalmente y la reunión jamás se llevó a cabo.
Aprietes y algo más
Quienes rodean a Macri cotidianamente —unos pocos funcionarios, ciertamente— admiten que hay varios temas que lo tienen “saturado”, los dos principales tienen nombre propio: el papa Francisco y Moyano.
Respecto de este último, el presidente tiene elocuentes miramientos y preocupaciones. En realidad, sufre el mismo problema que debió sortear el kirchnerismo: Moyano es un “pac man” que nunca termina de conformarse con lo que se le va concediendo.
Un botón de muestra: a fines de enero de este año, Macri y el camionero se encontraron en secreto a efectos de negociar la liberación del “Fondo Solidario de Redistribución”. En buen romance, la millonaria caja de las obras sociales, que suma unos 26 mil millones de pesos. Eso mantuvo a raya a Moyano… aunque no por mucho tiempo.
Por eso, harto de lo que califica como “aprietes” del camionero, Macri ha decidido embestir contra él por otros lares, en una jugada que bien merecería ser kirchnerista.
En estas horas, las cuentas de OCA e Independiente se encuentran embargadas por la AFIP, en el contexto de sendas investigaciones que muestran peligrosos parecidos con la indagación que sufre actualmente el socio K Cristóbal López.
Es un dato que Moyano mantiene en reserva por dos motivos: primero, aún no tiene decidido “blanquear” que es el verdadero dueño de la firma postal; segundo, no quiere mostrarse preocupado por lo que sucede con un tema que considera meramente “contable” y que confía poder resolver. Si pudiera leer la mente de Macri sabría que no le será tan sencillo.
No se trata solo de la avanzada de la AFIP: el oficialismo está dispuesto a “carpetear” a Moyano a través de puntuales medios afines, revelando detalles de su asombrosa fortuna y dando a conocer sus lazos con OCA.
No es un tema menor: como se dijo, se ha comprobado que en sus camiones se transportan estupefacientes, dinero negro y otros elementos ilícitos. A su vez, el vaciamiento de la empresa es elocuente.
Basta saber que hay cientos de empleados a los que se les adeuda su salario y tantos otros que aún no saben si cobrarán a fin de mes.
Al mismo tiempo, las recaudaciones de las cajas no se depositan desde hace semanas. En secreto, la empresa ha decidido “vehiculizar” ese dinero por transferencia electrónica de fondos (Electronic Funds Transfer, EFT).
Hay mucho más, que se suma a lo ya dicho. Son cuestiones que se irán conociendo a medida que recrudezca la tirantez entre Moyano y el presidente.
Está claro que Macri ha hecho propia la frase de Julio César: “En la guerra, los acontecimientos importantes son el resultado de causas triviales”.