Absolutamente todos los medios nacionales, y muchísimos extranjeros, se han encargado por estos días de opinar, evaluar, e incluso calificar el primer año de gobierno de Mauricio Macri.
Y es lógico y entendible: generalmente cuando se llega a cierta cantidad de tiempo de una gestión se hace un balance y esta, por supuesto, no podía ser la excepción.
Pero lo que no se ha hecho es evaluar como ha sido, en este año, el rol de la oposición. Una oposición que debutaba en su rol como tal, si nos referimos al kirchnerismo en particular, ya que son ellos la mayoría opositora junto con el resto del peronismo.
En cierta manera, ya nos hemos referido al accionar opositor del kirchnerismo en este mismo portal en un artículo publicado el 15 de mayo titulado "El que gana gobierna, el que pierde conspira" en el que hacíamos clara referencia a la actitud del kirchnerismo de tratar de desestabilizar al gobierno. En dicho artículo decíamos, entre otras cosas:
Nunca, jamás, el peronismo ayudó o acompañó cuando le tocó ser oposición, sino todo lo contrario, lo único que hizo fue ponerle palos en la rueda al Presidente de turno.
Por supuesto que el kirchnerismo no iba a traicionar a esa costumbre justicialista, y es lo único que están haciendo desde antes del 10 de diciembre de 2015.
Pero, en esta ocasión, ese accionar tan peronista es muchísimo más crudo y evidente, y es lógico, visto desde el punto de vista kirchnerista, obviamente.
El ejemplo más claro y contundente es el de poner en el centro de la agenda política el tratamiento de la "Ley anti despidos".
Lamentablemente, no nos equivocamos, y lo que en ese momento señalamos como una medida que pretendía imponer el kirchnerismo para poner palos en la rueda al gobierno —la ley anti despidos— no fue la única.
Luego intentaron imponer una ley de emergencia social, que entre otras cosas proponía crear, de la nada misma, un millón de puestos de trabajo, que finalmente terminó en un acuerdo entre el gobierno y movimientos piketeros que le costará a las arcas del Estado unos 30.000 millones de pesos en el lapso de tres años.
Pero no solamente se ocuparon de presentar proyectos ridículos, que dicho sea de paso hacen que uno se pregunte por qué no los impulsaron cuando fueron gobierno. También se dedicaron a cuestionar absolutamente todas las medidas tomadas por el oficialismo. Increíblemente trataron de invalidar hasta el levantamiento del cepo al dólar y el acuerdo con los "fondos buitre".
Incluso, se ocuparon de boicotear la ley de reforma política, que no es otra cosa que cambiar el sistema de votación por el voto electrónico o boleta única.
Evidentemente, cuestionar el encontrar soluciones a problemas que ellos generaron y jamás supieron resolver es boicotear al gobierno, ya sea por inútiles, mala leche, o ambas cosas.
Y hay más. También boicotearon el aumento a las tarifas de luz y gas, algo que como todo el mundo sabe, debía hacerse para tratar de solucionar la crisis energética que también ellos generaron en sus más de 12 años de gobierno.
Y para terminar, como para finalizar el año a toda orquesta, todo el peronismo se unió y presentó y aprobó con media sanción de diputados un mamotreto inviable para reformar el impuesto a las Ganancias.
Todo esto hace que nos preguntemos, ¿por qué no crearon ellos, como por arte de magia, un millón de puestos de trabajo? ¿Por qué no declararon ellos la emergencia social? ¿Por qué no solucionaron ellos la crisis energética? ¿Por qué no levantaron ellos el cepo al dólar? ¿Por qué no solucionaron ellos la deuda con los fondos buitre? Pero fundamentalmente, ¿por qué no solucionaron ellos el impuesto a las ganancias?
No solo los hoy opositores no solucionaron nada de eso, sino que todos esos son problemas que ellos mismos generaron. Por lo tanto, jamás podrán ser parte de las soluciones, porque son ellos, precisamente, el problema.
Voy a repetir algo que he escrito ya varias veces. ¿Cuál es la verdadera razón por la que la oposición boicotea sistemáticamente al gobierno? Lo vamos a decir de manera simple, fácil y sencilla. La cuestión de fondo es perjudicar al gobierno, ¿para qué? Para desestabilizar. ¿Para qué? Para voltear al gobierno, ¿por qué? Porque muchos, muchísimos ex funcionarios kirchneristas —y muchos de los actuales— saben que, tarde o temprano, terminarán presos, y saben que la única manera de zafar es volteando al gobierno de Macri.
A esto debemos agregar que ahora se les sumó Sergio Massa, que si bien no tiene problemas judiciales por resolver, evidentemente tiene una ambición de poder que le hace tener este tipo de actitudes como la de presentar junto con el kirchnerismo un proyecto de ley —y votarlo— que es defectuoso por donde se lo mire.
En conclusión, el rol de la oposición en general, y del kirchnerismo en particular, fue de las peores —sino la más— de la historia. Decididamente, fueron tan malos como opositores como lo fueron como gobierno, y en honor a la verdad, fue la primera vez que no defraudaron. Todos sabíamos lo que iban a hacer, tratar de voltear al gobierno.