El comunismo fue, es, y seguirá siendo algo tan burdo que se podría explicar de manera empírica solo citando una frase del escritor y filósofo francés Jean-François Revel que dice: “Lo que marca el fracaso del comunismo no es la caída del Muro de Berlín, en 1989, sino su construcción en 1961. Era la prueba de que el socialismo real había alcanzado un grado de descomposición tal que se veía obligado a encerrar a los que querían salir para impedirles huir”.
Pero no solo el comunismo es una fantochada destinada a fracasar ineludiblemente. También lo son sus primos hermanos como el fascismo, el nazismo, el falangismo y algunos otros, como los gobiernos teocráticos musulmanes. Todos sistemas estos, englobados en regímenes totalitaristas con algunos matices (no muchos) que los diferencian.
Lógicamente que, si bien de manera mucho más tímida, entraría el peronismo dentro de esta familia, y por supuesto que también los nuevos sistemas que aspiran, en el fondo, a ser totalitaristas, como los movimientos autodenominados "Socialismo del Siglo XXI" como el chavismo y el kirchnerismo.
Estos gobierno, encabezados por un líder carismático, siempre son elegidos a través de elecciones libres y democráticas, pero al poco tiempo, comienzan a mostrar lo que verdaderamente son. El caso más profundo y emblemático, históricamente y, haciendo la salvedad de que llega al poder a través de una revolución, es el castrismo cubano. Recordemos que Fidel Castro, aseguraba en sus primeros años de gobierno no ser socialista.
Hoy, el caso más cercano y parecido es el del régimen chavista en Venezuela. Después de elecciones democráticas, Chávez comenzó a concentrar poderes, intimidó a la oposición y cerró medios de prensa independientes. O sea, hizo exactamente lo mismo que hacen estos aspirantes a dictadorzuelos.
Tanto el discurso como el comportamiento de absolutamente todos los líderes "populistas" es el mismo: Un relato de igualdad para las clases humildes, siempre nivelando para abajo, mientras ellos se enriquecen de manera descomunal. Las fortunas de Fidel, Chávez, Lula y, por supuesto los Kirchner son equiparables a las de las realezas europeas, con herencias, en algunos casos, de siglos.
Pero vayamos a los resultados. Más allá de la frase de Jean-François Revel que, realmente no tiene desperdicio, ¿qué país dejó de ser pobre siguiendo políticas de izquierda?
Ningún país desarrollado llegó a serlo utilizando políticas comunistas, o de izquierda, y mucho menos populistas, y muchísimo menos peronistas. Absolutamente ninguno.
Sin embargo, parecería ser que los simpatizantes de izquierda no les alcanzó con la caída del Muro de Berlín, ni con el fracaso del comunismo en la URSS, ni con la apertura de China al capitalismo, ni con la clara diferencia que existe entre Corea del Norte y Corea del Sur, ni con el fracaso de la revolución cubana, entonces inventaron Venezuela.
Hoy vemos como Venezuela se desangra y está al borde de una guerra civil, producto del desastre implantado por dementes, sostenido y apoyado por el castrismo. El fracaso es más que irreversible, pero los "líderes de la revolución" insisten en echarle la culpa al capitalismo, a la derecha y al imperialismo, cuando en verdad la única razón de todo lo que ocurre hoy en Venezuela es pura y exclusiva responsabilidad de ellos mismos por haber instalado el cáncer de la izquierda.