En el año 2008 Hugo Chávez en referencia a la ley fundamental de Venezuela dijo: “nuestra constitución, una de las mejores del mundo, está blindada de cualquier capricho personal”.

Sin embargo, en medio del caos que se vive en Venezuela, su sucesor, Nicolás Maduro, busca hacer lo que era impensable, una reforma.

Los ciudadanos venezolanos, este domingo, tendrán la posibilidad de elegir a los miembros de una asamblea nacional constituyente que se encargara de modificar la carta magna.

Esto se produce a 18 años de que el otrora jefe de estado organice una asamblea general constituyente que permitió aprobar  la llamada constitución bolivariana y que creó la base institucional que hoy tiene Venezuela.

Llevan el mismo nombre pero se refieren a dos verdades distintas. Y es una iniciativa que ha sabido crispar los ánimos de un país dividido: para el gobierno es necesario para fomentar el dialogo y llegar a un acuerdo de paz, para la oposición es una especie de autogolpe de estado y la confirmación de la deriva autoritaria del actual presidente venezolano.

A pesar de que Maduro es el heredero político de Chávez, entre ambas iniciativas parece haber más diferencias que similitudes.

El contexto político y económico de Venezuela es la mayor diferencia que tienen las dos constituyentes.

Cuando se convoca a la Asamblea Nacional Constituyentes en 1999, el Chavismo era la primera fuerza política del país tras ganas en 1998, y mientras la oposición estaba totalmente disuelta y la situación económica del país era norma y con todo el aparato productivo funcionando.

La situación ahora está a la inversa: lo que está en desbandada es el chavismo mientras la oposición esta unificada, avanzando con sus aciertos y errores.

Según las encuestas el 80% de los votantes irían por el lado de la oposición mientras solo el 20% votaría al oficialismo. El país está quebrado, en crisis por la falta de medicamentos y alimentos y con un crecimiento económico de -21%, típico de países que han vivido una guerra o una catástrofe.

La diferencia no está solo entre el liderazgo de Chávez y Maduro, una comparación en la que aparece en gran desventaja este último, hay que reconocer que cuando el actual presidente tomó las riendas del oficialismo este movimiento ya estaba menguando.

La consultora política de la empresa Datastrategia y profesora de comunicación política, Carmen Beatriz Fernández, explicó que chaves siempre tuvo a la mayoría a su favor y que mantuvo un nivel de apoyo al entorno del 56% con algunos altibajos y señalo que quiso tener mucha base popular, aunque también institucional y constitucional para hacer las cosas que él quisiese, para ello se dotó de su constituyente y su constitución que le dieron su piso político.

En el 1999 existían 3 tipos de chavistas, los emocionales, quienes eran la mayoría y se sentían en conexión con Chávez, los ideológicos, quienes eran una minoría de personas de extrema izquierda, y los utilitarios, que son aquellos quienes le dan su voto a la persona que le genere mayor o mejor beneficio.

Ahora el chavismo emocional no existe más, Maduro gano las elecciones en 2013 con un resultado muy reñido con un país dividido en 2 mitades, el 50% que se llevó el mandatario en ese entonces lo llevó al 20%, ¿qué fue lo que perdió?, al chavista emocional, se quedó con el ideológico y el utilitario.

Fernández considera que esos cambios en el apoyo popular de Maduro son un elemento clave para entender las llamadas bases comiciales, las normas que rigen la elección de la Asamblea Nacional Constituyente. En este año, esas reglas que fueron propuestas por Maduro, establecen dos mecanismos para la elección de los 545 miembros de la Asamblea.

De ellos 364 seran elegidos uno para cada municipio y dos en los municipios que son capital de estado y los 181 restantes serán elegidos en base a 8 sectores seleccionados por el gobierno:  trabajadores, campesinos y pescadores, estudiantes, personas con discapacidad, pueblos indígenas, pensionados, empresarios, y comunas y consejos comunales.

Es una asamblea corporativa, no va a nacer del voto universal, sino que de unos estamentos específicos, inventados para esta ocasión que no están en la constitución. Se convierte en una elección censitaria, es decir que los trabajadores van a votar por los trabajadores, los empresarios por los empresarios y así sucesivamente.

En Venezuela el único censo de votantes que existe es el padrón electoral universal, por lo que el consejo nacional electoral, se dispuso ahora a crear las listas de quienes pueden votar en cada sector.

En 1999 los candidatos a la Constituyente fueron escogidos por medio del voto universal, secreto y directo en circunscripciones uninominales que se correspondían con las que ya existían y que habían sido usadas meses antes en las elecciones parlamentarias.

Ahora hay una representación territorial que es totalmente inadecuada porque cada municipio elige el mismo número de representantes independientemente del número de electores que tenga. Eso no tiene sentido porque se pierde el principio de un hombre, un voto, es decir que, en la práctica, hará que un municipio con 900.000 electores cuente con la misma representación que uno con 100.000

Carmen Beatriz Fernández considera que las bases comiciales responden a la conformación actual del apoyo al oficialismo asegurando que "En el voto territorial se privilegia a los municipios rurales, que es donde la queda mayor apoyo al chavismo que ha mermado en las áreas urbanas. Pensando en eso se establece en las bases comiciales que cada municipio elige un miembro a la ANC. El voto sectorial, en cambio, se enfoca justo en esos sectores en los que el madurismo ha mostrado tener algún arraigo, bien por razones ideológicas o utilitarias"

La constituyente es importante para abrir el escenario de la discusión suprema, en la que se sienta el poder originario, allí participan todos los sectores el país.

Los objetivos que se plantean son otras de las grandes diferencias que existen entre la constituyente de 1999 y la actual.

Chávez impulso a la Asamblea Nacional Constituyente con la promesa de hacer renacer al estado y cambiar la Constitución, en aquel momento era sumamente importante establecer un pacto social que permitiera iniciar una nueva forma de gobierno. Por aquel entonces, Venezuela venia de una democracia representativa y con la creación de una nueva constitución se estableció una democracia participativa y protagónica.

Ahora no se trata tanto de un cambio de modelo democrático en sí mismo, porque en esta Constituyente se va a continuar con el modelo de democracia participativa y protagónica, sino que lo que realmente se busca un pacto social por la paz.

El país latinoamericano ha devenido en muchas situaciones conflictivas que están quitando la paz y es indispensable que los actores políticos se sienten a conversar para tratar de conseguir soluciones a los problemas.

Los líderes políticos tanto del oficialismo como de la oposición declinaron la posibilidad de establecer un diálogo para resolver sus diferencias.

En la elección de la Constituyente de 1999 el chavismo logró una mayoría abrumadora por dos motivos distintos: por un lado, era mayoritario; y por el otro, al estar unido logró que sus candidaturas se impusieran a los aspirantes opositores que estaban divididos.

Al tratarse de elecciones uninominales sin representación proporcional de las minorías, el candidato más votado -aunque no tuviera mayoría- era el que se quedaba con el puesto.

La consecuencia de ello, fue que el chavismo obteniendo poco más del 65% de los votos se quedó con 95% de los asientos de la Asamblea Nacional Constituyente

En la Constituyente de este año, sin embargo, la oposición ha decidido no participar argumentando que se trata de un fraude y que las bases comiciales están sesgadas para darle al chavismo una mayoría.

 Además, ahora, a diferencia de 1999, no hubo un referendo consultivo para que los ciudadanos expresaran su apoyo a la celebración a la Constituyente.