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Burlando la Justicia

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EL OCULTO Y OMNÍMODO PODER DEL CURA GRASSI
EL OCULTO Y OMNÍMODO PODER DEL CURA GRASSI

Hace bastante tiempo que no se habla de Julio Grassi en los medios y mucha gente se pregunta qué será de la vida del alicaído

 

Hace bastante tiempo que no se habla de Julio Grassi en los medios y mucha gente se pregunta qué será de la vida del alicaído sacerdote. La última vez que los medios acotaron algo relacionado a su persona, fue el 22 de septiembre de este año, cuando la agencia DYN publicó los pormenores de la declaración de la jueza de menores Clementina Cristina Landolfi, ante la titular de la UFI nº 7, María Rita Bustamante, por la imputación de aparente "encubrimiento" en la causa en que Grassi está procesado por presunto abuso sexual de menores a su cargo.

Landolfi sobrelleva un pedido fiscal de remoción de fueros para un eventual juicio político, el cual tramita en la Suprema Corte de Justicia bonaerense.

Fuera de este suceso concreto, poco y nada se sabe del quehacer diario de Grassi. 

 

El monje negro

Cometábamos en artículos anteriores que, aunque Julio Grassi empezó a hacerse popular hablando contra el avance de las sectas en diferentes programas de televisión, su primer gran logro personal fue la designación que obtuvo de la mano de Juan Carlos Rousselot de la dirección del Centro Familiar Morón (CEFAM), a partir de lo cual comenzó a estrechar lazos con el menemismo.

En 1993, Carlos Menem –entonces Presidente- dio la sugestiva orden a Domingo Cavallo –ministro de Economía- de que se le otorgara un millonario subsidio: ni más ni menos que 5 millones de dólares (!) a través de dos partidas presupuestarias. En esos mismos días, Grassi recibiría del gobierno menemista 65 hectáreas del desmantelado Instituto Nacional Forestal para construir su conocida fundación.

Sin tener nada que envidiar a los popes de la política argentina de estos días, el padre Julio Grassi ha sabido hacerse conocer a través de fuertes campañas de difusión de sus propias obras. Eso sí, tratando de no dejar trascender demasiado algunos datos que permitieron tal epopeya.

Grassi ha sabido codearse con gente muy importante de la política vernácula y ese no es un dato menor a la hora de entender tanto crecimiento. Con la retirada del menemismo del poder, el sacerdote tejió vínculos con algunos aliancistas como Aníbal Ibarra y Cecilia Felgueras, quienes pasaron las pascuas en su fundación en plena campaña electoral porteña. Poco después, frente a la falta de respuestas económicas por parte del gobierno de De La Rúa, Grassi supo obtener un nuevo benefactor monetario: el entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf.

Uno de sus últimos logros fue que Juan Pablo Cafiero le restituyera un subsidio que le había cortado Graciela Fernández Meijide y que ascendía a 200.000 pesos.

Pero no sólo del erario público supo sacar provecho el mediático sacerdote: Wenceslao Bunge, ex vocero del desaparecido Alfredo Yabrán, admitió a Revista XXIII que el empresario postal “realizó aportes en efectivo (a Grassi) y, si no me equivoco, donó algún vehículo y materiales para edificación”.

Esto demostraría la falta de escrúpulos demostrada por Julio Grassi, ya que estaba recibiendo dinero de un empresario acusado de lavado de dinero, tráfico de estupefacientes y -en los últimos tiempos- del asesinato del reportero José Luis Cabezas.

Toda una paradoja: por un lado el cura recibió dinero de Alfredo Yabrán y por el otro, de su archienemigo, Domingo Cavallo.

 

El que se va sin que lo echen...

Hace algunos días, este periodista recibió una carta escrita por parte de alguien que en su momento supo ser muy cercano a Grassi. Allí, el informante hacía referencia a un artículo (1) publicado por quien escribe estas líneas hace algunos meses: "Christian, repugnan los sucesos actuales respecto de este caso. Espero que desde el periodismo independiente y serio se pueda develar la verdad. Actualmente están sucediendo hechos que comprometen muchísimo al sacerdote. Son normales sus entradas y salidas a la Fundación (Felices los niños). Y, más aún, perverso el encubriemiento de su gente. Preservo por ahora mi identidad, por mi seguridad y la de los míos".

Con esos datos a cuestas, sumado a algunos detalles aportados en la misma misiva, este periodista comenzó a indagar en el tema en cuestión.

Luego de entrevistar a media docena de fuentes de diversa índole -algunas de ellas extrañamente preocupadas por su seguridad personal-, algunas certezas pudieron revelarse al fin.

Como bien aseguró quien envió la misiva a este periodista, Grassi sigue dirigiendo la Fundación Felices los niños desde una quinta llamada La Blanquita, ubicada justo enfrente del nombrado predio, con la ayuda del ex policía -acusado oportunamente por ejercer violencia sobre los niños- Juan Domingo Pérez, quien sigue trabajando en contacto directo con los menores alojados allí.

Lo grave es que Grassi sigue entrando a la fundación por lo menos una vez por semana e incluso se reúne por la noche con algunos de sus "internos". "Luis gutierrez, Eduardo Urreta y Flavio, sumado a algunos niños menores, son algunos de los que se juntan con el cura cuando cae el sol", aseguró una de las fuentes consultadas esta la última semana.

Fuera de la fundación, Grassi es ayudado a reconstruir su alicaída imagen por algunos de sus más fieles seguidores. Por caso, Sergio Reyes es quien trabaja en algunos barrios para fomentar la adhesión hacia el sacerdote y difundir una suerte de protesta en contra de la causa que se lleva en su contra.

En el mismo sentido -el de su propia defensa-, Grassi es artífice de algunos de los carteles que aparecen pegados en la entrada de la fundación de Hurlingham. "Defendamos al Padre", dice uno de ellos, mientras que muy cerca hay otro que reza lo siguiente: "Que la Virgen de Luján bendiga al Padre".

"Algunos de estos afiches son confeccionados directamente por el sacerdote de puño y letra, que personalmente el joven Ivan Guex luego manda a 'hacer' en Morón", aseguró a este periodista una de las fuentes consultadas.

Por otro lado, el sacerdote y su grupo de choque trabajan en una campaña de desprestigio hacia algunas personas a las que consideran "indeseables" y qsostenida en dos patas. Por un lado, han creado una dirección de correo electrónico (argentinosporlaverdad@speedy .com.ar) a efectos de enviar mails masivos contra Canal 13, y el Grupo Clarín. "Tambien hay otro e-mail que se llama "amigosdelafundacion" o algo así, que surgió como idea de una amiga del sacerdote llamada Celia Benitez, una ingeniera que trabaja en el instituto de alimentos del Inta Castelar. Ambos mails los confeccionó el propio Grassi" , agregó la misma fuente.

Por otro lado, el sacerdote y su troupe recurren al choque directo. "Actualmente están trabajando fuertemente con la campaña de desprestigio a Estela de Carloto, porque ellos creen que está detrás de las acusaciones contra Grassi. Incluso podés ver carteles en la fundación que indican desprestigio e ironía respecto a su supuesto vínculo con los procesos militares de represión, con frases tales como que Carloto no tiene ningun familiar desaparecido y demás", Comentó a quien escribe estas líneas una mujer que supo ser parte del grupo de choque.

En el mismo sentido, el sacerdote suele mandar a "apretar" a aquellos que puedan ponerlo en dificultades frente a la justicia. "Una de las cosas más 'mafiosas' que he visto es cuando Grassi le pide a (Juan Domingo) Pérez que haga aprietes a gente que ha dejado la institucion para que no declare en su contra en el juicio oral", confirmó la misma fuente.

Y para que la información que lo salpica jamás llegue a oídos de los chicos y jóvenes que habitan en su fundación, Grassi ha prohibido terminantemente que se tenga contacto alguno con medios de información relacionados al grupo Clarín, especialmente Radio Mitre. Sabe el cura que el más mínimo movimiento de la causa judicial que tramita en su contra podrá ser reflejado por el grupo liderado por Ernestina Herrera de Noble.

Esta acción se suma a las que Grassi habitualmente utiliza para dominar a sus "internados". "Es una locura... los chicos se comunican vía teléfono interno directo con el sacerdote durante horas y reciben sus instrucciones, entre las cuales les pide que controlen los 'movimientos sindicales' dentro de la fundación. La verdad es que esto es una locura en la cual todos están sumergidos", comentó uno de los últimos interlocutores consultados por este periodista.

El dominio de Grassi sobre todos los ámbitos relacionados a la fundación y a su propia existencia es más que elocuente. No hay tema que no pase por su propia aprobación personal y todo lo que le compete debe pasar por el filtro de su íntima satisfacción. Sus insólitos caprichos se cumplen siempre, aunque sean realmente descabellados y perjudiquen la economía de Felices los niños o sus allegados. "Es un tipo maquiavélico. Dos de sus 'abusados', Ivan y Flavio, están gestionando un trabajo en Estados Unidos a través de Marcelo Marini, director de la cadena Telemundo. La idea de Grassi es que puedan irse a trabajar lejos y evitarse más problemas. Pocos saben que en su momento el cura fue increpado por Flavio quien lo obligó a que le regalara una casa como precio para guardar los secretos más oscuros de Grassi", declaró una de las personas consultadas por este medio.

 

La carta que no fue 

A pesar de la enorme evidencia que existe respecto a la responsabilidad de Grassi en el presunto abuso sexual de sus alojados, muchos creen que la suerte del sacerdote fue sellada por el grupo Clarín por algún motivo que aún no queda claro del todo.

Esto no sólo no es real, sino que el oficialista medio, muchas veces se abstiene de publicar cuestiones que lesionarían el honor de Grassi, sobre todo en los últimos meses. 

Como botón de muestra se puede citar la carta de lectores que fuera enviada al referido diario por Enrique Stola, psiquiatra que oportunamente asistió a Gabriel, uno de los chicos presuntamente abusados por el cura. Stola se comunicó esta semana con quien escribe estas líneas y le hizo llegar el texto de la misiva jamás publicada por Clarín:

    "Christian, esta es la carta que jamás publicó Clarín. Saludos.
    Sra. Directora: En octubre de 2002 se hicieron las denuncias por abuso sexual contra el cura Grassi por varios adolescentes, entre ellos mi paciente Gabriel, quien ha sido sometido a pericias, citaciones judiciales, atentados, aprietes y descalificaciones en medios gráficos y televisivos

    Sus dichos se comprobaron y Grassi fue procesado. La poderosa defensa del cura sigue su estrategia de demorar el juicio y desgastar a Gabriel. A lo largo del proceso judicial Grassi tuvo once abogados, Pierri -luego detenido-, Luis Moreno Ocampo, Sandro (defensor de los ya liberados asesinos de Cabezas), Virgolini (defensor de Yabrán y Mahdjoubian), Wortman Jofré, Sobrino, Osler, Silvestroni, Maloneay, Andrea Novello y Laura Fechino (estas últimas y Stinfale son defensoras de Telledin).

    Los derechos de Grassi están garantizados, sigue en su Fundación, da misas y no se le hizo pericia psicológica. Mi paciente sigue inmerso en el miedo por haber denunciado a un poderoso y con angustia al no poder organizar su vida ¿Qué hay que hacer para que los jueces tomen conciencia de que es hora de que la justicia tenga en cuenta los tiempos de las víctimas, sobre todo cuando son niños, adolescentes y marginados sociales? 

    Esto es un llamado a la solidaridad hacia mi paciente para que se concrete el juicio a Grassi y vaya a prisión si es culpable. Dr. Enrique Stola, Médico".

 

Concluyendo

Los movimientos de Julio Grassi de los últimos meses deberían haber provocado un real escándalo, no sólo a nivel judicial, sino a nivel social-general.

Todo lo que se ha comentado en este artículo es parte de una investigación que se inició por el contacto de alguien interesado en manifestar sus inquietudes a este periódico, sumado luego al testimonio de otros tantos ex empleados e internados de la fundación Felices los niños. La mayoría de estas personas aseguran haber sido ignoradas por la justicia y es un dato que reviste cierta gravedad, ya que la persona de la que hablamos -Grassi- está acusada de presunto abuso de menores.

"Hacer las cosas bien cuesta lo mismo que hacerlas mal", decía mi abuela.

No se equivocaba.

 

Christian Sanz

(1) "El cura del poder": www.periodicotribuna.com.ar /Articulo.asp?Articulo=10

 

 

 

 

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