Mi hijo Nicolás tiene 10 años y es muy curioso. Le interesa mucho saber sobre diferentes cosas de la vida -especialmente las motos- y siempre me pregunta detalles acerca de mi trabajo periodístico. Yo le hablo con gran elocuencia porque observo que presta mucha atención a lo que le digo, aunque sólo sean unos pocos consejos sobre mi propia experiencia personal. Generalmente le transmito pautas elementales sobre cómo entrevistar a las personas y dónde conseguir buena información sobre algunos temas puntuales.
En su momento, cuando le mostré mis apuntes periodísticos, a través de mi arquetípica libreta de trabajo, Nico quedó maravillado y me pidió que le comprara una similar para poder hacer su propia tarea de prensa.
Una semana después, me sorprendió con algunas entrevistas que había hecho a sus propios amigos y compañeros de colegio sobre cuestiones de lo más diversas. Una de ellas relacionada a un incidente ocurrido en la escuela a la que él asiste y que intentó resolver de manera increíblemente detectivesca.
Hace unos días, le pedí a Nico que escribiera un artículo sobre política o políticos. Me pidió los lineamientos de lo que yo pretendía y le dije que hiciera lo que a él le pareciera. "Vos ya conocés algunos recursos periodísticos, trabajá con eso", le dije. Otra vez volvió a sorprenderme.
A pesar de que le dije que se tomara el tiempo que creyera necesario para hacer la nota, Nico armó todo en pocos días. Lo que escribió es digno de leerse. A mí por lo menos, me generó una enorme admiración hacia él y, por qué no, me provocó una gran emoción personal. Veamos:
Primero le pregunté a Nacho Galdames (mi primo). Nacho dice que hay políticos que no hacen nada, prometen pero no lo hacen.
También le pregunté a Alan, un amigo del colegio. Le dije "Qué pensás de los políticos", y él me respondió: "la mayoría son corruptos, como Ibarra". "¿Qué decís de ellos?", le pregunté, y me respondió que algunos roban plata. Y luego le pregunté "¿Cuánto ganan para vos?". "Ganan mucho y algunos roban y otros no".
Mi opinión es que roban y algunos venden drogas (*) y yo tengo la misma opinión que Nacho, mi primo. Los dos pensamos que a veces hacen algo y no lo cumplen.
Después, el día miércoles 30 de noviembre de 2005, le fui a preguntar a Leo (otro compañero del colegio). Cuando le pregunté qué piensa de los políticos, él me respondió que "a veces son idiotas", y cuando le pregunté "¿Qué pensás de ellos?", me respondió que "son una basura y cuando les conviene se callan la boca por plata y algunas veces nos roban para comprarse lo que quieran".
Después, el mismo día (30 de noviembre) le pregunté a Mauro, un amigo del grado, qué piensa de los políticos, y me respondió que "son una mierda porque no ponen seguridad". Después le pregunté qué piensa de ello y me dijo que "les sale todo mal, nunca les sale nada bien".
Una pequeña-gran lección de periodismo...
Christian Sanz (y Nicolás Sanz)
* La inevitable influencia de las notas de su padre.