Juan Grabois es un soldado del Papa y de Cristina. Viene de estar una semana en Santa Marta y es el representante informal y personal del Santo Padre en la tierra argentina. Fue su asesor como miembro del Consejo Pontificio hasta hace muy poco.
A Cristina, acaba de rogarle que sea su candidata a presidenta y fue su guardaespaldas ideológico en dos de las ocasiones en que le ex presidenta tuvo que declarar en Tribunales acusada de ser la jefa de una asociación ilícita dedicada a saquear al estado.
Juan Grabois confirmó que en la práctica, su ideología es el chavismo autoritario. Con un grupo de piqueteros e integrantes de canales de televisión militantes entró de prepo y por la fuerza a las instalaciones donde funciona Canal 13 y TN.
Por este ingreso violento a una propiedad privada va a tener que dar explicaciones a la justicia. Ni Luis D’Elía ni Fernando Esteche se animaron a tanto. Sus actitudes irracionales y piantavotos ya despertaron críticas entre los propios integrantes de su movimiento y entre varios kirchneristas con mayor antigüedad.
Invadieron el predio de Artear SA forzando una reja y encima, Grabois, hizo declaraciones ridículas que ni él se cree planteando que como estaba “en un bajo autopista, eso era un espacio público”. También habló del presidente Macri como “un empleado de Clarin”.
Es tragicómico como acomoda la realidad a sus delirios autoritarios. Por la tarde dijo otra mentira: “El portón estaba abierto de par en par”. Trabajo en TN y cada vez que ingreso con el auto o ingresa algún invitado, tiene que bajar la ventanilla, identificarse con DNI y patente y recién allí le abren las puertas. Grabois esperó que abrieran para que ingresara un vehículo y aprovechó para filtrarse a los empujones.
Lo acompañó Natalia Vinelli, responsable de Barricada TV quien arengó a la patota de intrusos diciendo que no puede ser que “un grupo económico sea quien decida los destinos del país” porque “la policía les cuida la puerta” y “el gobierno está con ellos”.
Las fuerzas de seguridad armaron un cordón para evitar que los que se colocaron por encima de la ley, ingresaran al edificio central. No hubo represión, solo diálogo y la policía ni siquiera levantó la voz, solo levantaron un acta contravencional que Grabois firmó seguro de que no le va a pasar absolutamente nada.
Barricada TV es un sitio audiovisual realizado por la tropa de Grabois y algunos otros partidarios de la izquierda más radicalizada y dogmática. Uno de sus programas se llama “Apuntes al margen” y lo conduce el juez Andrés Gallardo.
Ya entrevistó a Eugenio Zaffaroni, a la jueza Elena Liberatori y por supuesto, a Hebe de Bonafini que habla de su romance político con el Papa Francisco que le pagó el pasaje al Vaticano y convoca a “un paro de 3 días que paralice al país para que se vayan los asesinos y fachos de Macri”. Una Bonafini auténtica, golpista e irracional.
El grupo atacante, en su irrupción cantaba consignas contra el “Monopolio Clarín” pese a que Canal 13 produce y emite contenidos pero no los distribuye. No hay ninguna operadora de TV paga que emita sus programas de propaganda, pero ellos decidieron realizar una acto político hostil contra Clarín.
¿Será una suerte de anticipo de lo que puede ocurrir si gana Cristina las elecciones? Si desde el llano se atrevieron a generar semejante salvajada ilegal, uno se puede imaginar lo que sería con Juan Grabois de ministro de Trabajo y esa autocrítica que hicieron los cristinistas de que fueron demasiado blandos y que por eso perdieron el poder. Ahora vienen por todo. Expropiaciones y reforma constitucional.
De todos modos, Grabois es tan incontrolable que, tal como le dije, desde Julio de Vido a Guillermo Moreno (otro amigazo del Papa) pasando por Horacio Verbitsky fueron muy duros con él.
El reo, ex ministro de Planificación, desde su celda número 5702, módulo 5, pabellón 7 de la cárcel de Marcos Paz le dio con un caño. De Vido lo trató de ser “un vigilante y ortiva que me da asco”. Grabois le contestó: “Ni yo soy vigilante ni vos héroe de la resistencia peronista. Somos millones los que queremos que Cristina vuelva pero sin corruptos”.
Más allá del oxímoron, porque Cristina es la jefa de los corruptos, hay que decir que Guillermo Moreno también salió con los tapones de punta contra Grabois. Fue casi una interna vaticana. Y eso que todos, Moreno, el padre de Grabois y el Papa se forjaron en la ideología blindada de Guardia de Hierro, del peronismo derechoso de los 70.
Moreno dijo que Grabois era “un ortiva (palabra de moda) una mala persona, mal compañero y un buchón idiota que no es peronista”. Grabois contragolpeó con ironía “Moreno cacarea como una gallina, pero perdió todas las batallas, perdió contra Clarín, por ejemplo”.
Con Verbitsky la cosa es directamente feroz. Grabois dice que el jefe informal de los servicios de Cristina está bancado “por la Fundación Ford y el British Council” y que es “un botonazo decadente y un gorila mitómano”. Ahí hay mucha bronca porque Verbitsky en su momento, denunció que el Papa Francisco, cuando era Jorge Bergoglio, entregó a dos sacerdotes jesuitas a las catacumbas de la dictadura que finalmente los asesinaron.
La rebelión en la granja kirchnerista dice que Grabois con estas actitudes es indomable y hace y dice cosas que alejan al votante independiente y la posible unidad del justicialismo.
Una pregunta que todos se hacen. ¿Quién banca a Grabois y a Barricada TV? La ingenuidad del gobierno de Mauricio Macri. El ministerio de Carolina Stanley le entregó y le sigue entregando fortunas para “garantizar la paz social” y el Enacom que conduce Silvana Giudici le dio a Barricada TV, 5 millones de pesos como parte de los 107 millones que distribuyó en dos años a medios comunitarios a través del Fondo de Fomento Concursable. ¿No era que había un ajuste brutal?
Grabois es un hombre de fe. Y él cree en la honestidad de Cristina. Recita ese catecismo falso de que los poderosos la persiguen porque ella defiende a los pobres. Son falsedades grandes como el Vaticano. La nueva oligarquía argentina son los Kirchner y sus cómplices que se enriquecieron robando los dineros del pueblo trabajador.
Es incomprensible que pese a tantas evidencias y pruebas, Grabois siga defendiendo a ultra millonarios que están presos por ladrones.
Hace poco, durante otro hecho de violencia que protagonizó con los vendedores ambulantes senegaleses tuvo un discurso jurásico y muy poco representativo: “el gobierno creó un clima de odio y persecución contra los trabajadores y los humildes. Está volviendo el fascismo y la xenofobia”.
Se supone que la militancia cristiana de Juan Grabois debería llevar propuestas de diálogo y paz a un polvorín y no antorchas para que todo vuele por los aires.
Es abogado defensor de Milagro Sala y dice que el “vicio del gobierno de Macri” es la violencia y que por eso persiguen a “Cristina y su familia”.
Asegurar que Milagro Sala y Cristina son dos perseguidas políticas es ignorar o no querer mirar los bolsos llenos de dinero, las megacoimas y el enriquecimiento ilícito monumental de ladriprogresismo feudal y la cleptocracia K.
Lo más grave de sus declaraciones recientes fue comparar al presidente Mauricio Macri con Fernando de la Rúa. No se sabe si fue un análisis o una expresión de deseo. Igual que cuando dice que hay un futuro negro y muy complicado en la Argentina.
Yo defino a Grabois como un peronista kirchnerista, chavista y papista pero en la revista de la Universidad de San Martin lo caracterizaron como “de formación marxista con influencias católica y peronista”.
Su capacidad de convocatoria a las marchas es apenas modesta pero su estrecha amistad con el Papa Francisco y el obispo Marcelo Sánchez Sorondo le otorga un poder celestial. Es un aliado de Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita y ex integrante de Montoneros y Quebracho.
Alguien que se dice católico y defensor de los derechos humanos debería escuchar aunque sea una vez a las víctimas de Milagro Sala. No digo que escuche a Gerardo Morales o Jorge Lanata que fueron atacados por la comandante de la Tupac Amaru que está detenida. Grabois debería atender las denuncias de los jujeños y jujeñas más humildes que han sido humillados, torturados y en algunos casos reducidos a la esclavitud y a la servidumbre por quien tiene mucho de resentimiento y poco de intenciones de liberar y emancipar a los que más sufren los rigores del capitalismo salvaje.
Grabois no quiere ver ni escuchar esto ni muchas realidades más. Su fanatismo chavista no se lo permite.