El teléfono de Carlos no para de sonar, lo hace de manera insistente. Pero Carlos no va a atender. "¿No te interesa saber quién te llama?", pregunta Ricardo, su interlocutor.
Con fastidio, Carlos responde: "Son unos tipos que me llaman todo el tiempo diciendo que tengo una deuda con la empresa Personal".
"Bueno, pagá lo que debés y listo", le recomienda Ricardo.
Más molesto que antes, Carlos resopla y dice: "¡No debo nada! Lo hablé con Personal, me lo confirmaron, hasta me pidieron disculpas, pero no logro que dejen de llamarme".
Ricardo insiste: "¿No podés decirle a quien te llama que deje de hacerlo, entonces?".
"Es que no hay nadie del otro lado del teléfono, solo una computadora que no deja de llamarme una y otra vez. Me tiene podrido", finaliza Carlos.
El relato aquí mencionado es real, y a su vez está calcado de otros cientos -sí, cientos- de personas que sufren cada jornada los embates de una empresa que los hostiga apelando a un sistema cuestionable y, lo que es peor, ilegal.
Se trata de la firma Martínez de Álzaga, la cual, entre otros servicios ofrece el de cobrar a deudores de diversa índole.
"Son unos bandidos, lo que hacen no es legal", aseguró a Tribuna de Periodistas José Ramón, titular de la ONG mendocina Protectora.
Según este último, la manera de manejarse a la hora de cobrar una deuda es la notificación fehaciente, ya sea a través de un acta pública o una carta documento.
"También sugerimos hacer la denuncia al Tribunal de ética colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires", asegura Ramón, al tiempo que aporta un formulario que se encuentra en la página de Protectora.
Quejas en la web
El dato habla per se: en Internet hay cientos de páginas de denuncias contra Martínez de Álzaga. Y los señalamientos son casi calcados entre sí.
Una de ellas, ostenta la friolera de 955 comentarios inclusive, todos escritos por personas que se sienten estafadas por el abuso de esa firma.
Se trata de un sitio web titulado "El estudio Martínez de Álzaga, y la extorsión sistemática" y el relato que allí se hace es imperdible:
El suscripto tiene una aversión personal por los créditos, y jamás toma uno.
Lo único que debo es lo pendiente de servicios consumido a la fecha y cuya facturación está pendiente o en vías de llegar.
Tengo rechazo por las tarjetas de crédito, que jamás uso.
Conservo siempre las mismas líneas telefónicas, y el único inconveniente que tuve en estos años con el tema, fue con la empresa Movicon, en los años del simio, cuando los servicios me clonaron el teléfono y empezaron a llamar a Tahilandia, Miami, España etc, etc.
Nunca me cortaron un servicio por no pago.
Tengo varias líneas telefónicas, la última de las cuales fue tomada en el 2001, que es la 011-4275-1306, que hasta figura en este sitio en la página principal.
Y comento esta situación, porque es posible que ahí esté el principio del conflicto.
Esa línea perteneció a un delincuente que responde al nombre de Angel Robledo, que se desempeñaba como suboficial de la Policia Federal Argentina.
Este delincuente, tiene como modus operandi sacar numerosos créditos en diferentes entidades y empresas que a la luz de los reclamos jamas paga.
Son cientos los reclamos que debo soportar, hasta saturándome el contestador, muchos de los cuales son de estudios jurídicos.
Ocurre que se llego a la situación de que se me facturaron los llamados que me cursaban, por lo que se hizo una presentación penal.
Cuando llaman de un estudio, en general explico la situación y se entiende tomando las medidas lógicas, pero no molestándome más.
El problema es cuando "llama un robot", con una grabación que me reclama que llame.
Es tan aberrante la situación, que de ninguna manera me allanare.
El estudio Martinez Alzaga, no solo incurre en esta actividad delictiva sino que lo hace extensivo a terceros, llamando a personas de las que me desvincule en 1.996.
El teléfono de estos delincuentes es 011-4515-9579, y su dirección es Tucuman 141, piso 2, "C".
A esta gente se le hizo presente el "error", pero por alguna razon, que esta en el terreno de la prepotencia inadmisible, insisten.
Ahora, con caracteristicas que no comentare, manos anonimas trataron de clonarme la identidad, y acto seguido aparece este estudio con patente de corso para perseguir por su unica e inapelable desicion a personas que nada tenemos que ver con el reclamo.
Es sabido que casos analogos se repiten cotidianamente, y hasta son motivo de notas periodisticas en los medios.
La gente de la calaña del estudio Martinez de Alzaga desscargan sobre las espaldas de las victimas la tarea de demostrar su inocencia.
Hasta esta pandilla puede entender que si hay algo que reclamar, con una intimacion y juicio por cobro de pesos basta.
Pero ocurre que en un juicio, lo unico que cobrarian seria fama por el papelon que pasarian.
El reclamo de esta gente deviene de una deuda con el banco HSBC Bank Argentina S.A del que jamás pisé una sucursal.
El problema es cuando "llama un robot", con una grabación que me reclama que llame.
Es tan aberrante la situación, que de ninguna manera me allanare.
El estudio Martínez Alzaga, no solo incurre en esta actividad delictiva sino que lo hace extensivo a terceros, llamando a personas de las que me desvinculé en 1.996.
¿Qué más puede agregarse? Más claro, echarle agua.