Una o dos veces por mes, Horacio Verbitsky viene fogoneando en su blog “El cohete a la luna” sobre la posibilidad de que el gobierno de Mauricio Macri implosiones por el lado económico.
Este domingo, como no podía ser de otra manera, vuelve a la carga. Solo que esta vez, el periodista arriesga que podría darse el mismo escenario que 1989 —una hiperinflación— y/o el mismo que en 2001 —un default—.
“En marzo de 1989, ante un reclamo público de Eduardo Angeloz, Raúl Alfonsín despidió al ministro de Economía Juan Sourrouille, sin impedir por ello ni la hiperinflación ni la derrota electoral”, dice Verbitsky rememorando el 89.
Luego, sostiene: “El dólar, que costaba 17 australes en febrero, llegó a 50 a la caída de Sourrouille, a 100 en vísperas de las elecciones, a 200 una semana después, a 600 sobre la asunción de Menem, con la fabulosa transferencia de ingresos correspondiente”.
Para Verbitsky, el final de Fernando De la Rúa fue muy parecido: “Luego del blindaje y del megacanje, de las leyes de déficit cero y de intangibilidad de los depósitos, de la reducción de 13% en sueldos estatales y jubilaciones, del ajuste sobre el ajuste, de los pagarés garantizados con la recaudación impositiva, el desbande se inició en diciembre de 2001, cuando el FMI negó la entrega de una cuota prevista de 1.264 millones de dólares”.
La comparación es obvia: en estas horas se discute si el Fondo Monetario liberará los fondos que quedan por enviar a la Argentina.
Finalmente, Verbitsky se ataja, pero a medias: “Por supuesto, cada momento tiene su especificidad y su contexto y podrían señalarse muchas diferencias. Pero tal como en 1989 y en 2001, hoy sólo el FMI financia a la Argentina. Lo que el Fondo decida dependerá de cuántos amigos del Presidente Trump todavía estén atascados con su bicicleta financiera en el lodo de la política argentina, que hace dos semanas se puso más negro y espeso de lo que todos ellos imaginaban”.
Para no dejar dudas respecto de lo que busca con su nota, el periodista ilustra sus comentarios con una portada de diario Clarín de 1989 cuyo título principal es “Estado de sitio por los saqueos a supermercados”. Ninguna casualidad, el perro no ha perdido las mañas.