Sabina Frederic supo que iba a ser ministra de Seguridad pocos días antes del anuncio oficial, pero guardó el secreto bajo siete llaves porque así se lo pidió quién le hizo el ofrecimiento, el presidente electo Alberto Fernández. Después, la información se filtró a la prensa y su nombre recorrió los medios en pocas horas. Frederic supo, entonces, que estaba frente al mayor desafío de su vida profesional.

Si bien ya venía trabajando en los equipos de Fernández jamás se imaginó que esa desatacada tarea técnica y académica la conduciría hacia el máximo sillón del área. El vacío que dejó en ese puesto la caída de la candidatura de Diego Gorgal le abrió el camino hacia una designación que generó sorpresa e incertidumbre. Sobre todo por cierto desconocimiento sobre su figura.

Sabina es una académica de primer nivel. En su formación se destacan las Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, luego continuó su trayectoria en la Universidad Nacional de Quilmes pero ya en un ámbito directivo, primero como vice y luego asumiendo la dirección del Departamento de Ciencias Sociales.

Más tarde, llegó al Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas. Antes, Frederic había realizado un doctorado en Antropología Social en la Universidad de Utrecht, en los Países Bajos, y un posdoctorado en la Escuela Normal Superior Laboratorio Maurice Halbwach de Francia.

En ambos casos profundizó sobre la “Profesionalización policial y violencia”. “En el campo de los estudios antropológico y etnográficos es una especialista de primer nivel”, cuenta un académico que compartió algunos de sus años de formación con la ministra designada. “La gran duda es como va a enfrentar el día a día de la gestión ya que ese desgaste requiere de mucho conocimiento sobre el funcionamiento del estado”, advierte otro referente en seguridad que también compartió ámbito educativo con Frederic.

Como funcionaria fue protagonista de dos experiencias en cargos de menor relevancia.

Desde 2009 a 2011, ocupó la subsecretaria de Formación del Ministerio de Defensa. Y desde 2012 a 2014 fue asesora en el Ministerio de Seguridad durante la gestión de Nilda Garré.

Su primer gran desafío será la creación de un Consejo Nacional de Seguridad bajo la tutela del Congreso Nacional. Es decir, impulsado a partir de una ley que cambie la mirada de la seguridad pública hacia un abordaje más federal. Ese organismo estaría comandado por un político civil, un cargo sensible para el cual Frederic tendría dos candidatos en mente. Aunque en todos los casos ese lugar deberá ser refrendado por el parlamento.

También tendrá entre sus manos la tarea de rearmar el vínculo de la fuerza federales de seguridad con el equipo de políticos actuales. En ese sentido, vio con preocupación la actitud corporativa de la Gendarmería nacional hacia la figura de la ministra de seguridad saliente Patricia Bullrich.

En las ultimas horas, la fuerza la homenajeó en un acto institucional fuera de lo común: los jefes la honraron con un obsequio especial que jamás había sido entregado a un civil: la réplica del sable de Martín Miguel de Güemes, la más alta distinción que invoca la figura histórica y que representa a sus filas.

Bullrich, visiblemente emocionada, leyó la inscripción que acompañaba al sable: "No voy a hacer la injusticia de querer tirar a un gendarme por la ventana". Esas fueron sus misma palabras pronunciadas el 15 de agosto de 2017 ante el Senado, cuando Santiago Maldonado estaba desaparecido. Después de este gesto político es factible que la cúpula de esta fuerza de seguridad sea removida por completo.

Algo similar va a suceder en la Policía Federal Argentina donde su máximo jefe, el comisario general Néstor Roncaglia ya anunció que presentará su renuncia el 11 de diciembre tras la asunción del próximo presidente. Es indudable que su figura quedó muy asociada a la gestión saliente.

Frederic buscará emprender una profunda renovación en las fuerza federales pero sobre todo en su etapa formativa. Es una especialista en la materia pero también una convencida de que semejante proceso solo puede hacerse “incluyendo a los propios integrantes uniformados al análisis y la discusión de cada cambio”.

A la idea de “profesionalizar” y “renovar” las fuerzas se la suma el concepto de “bienestar policial” que la ministra designada suele desarrollar en sus investigaciones sobre la materia.

En las últimas horas, circularon versiones que lo ubicarían al ex subsecretario de seguridad de la gestión kichrnerista, Sergio Berni como un posible brazo operativo del ministerio. En efecto, durante su paso por la gestión, el médico ya ocupó ese rol de un organismo comandando por Cecila Rodriguez. “Sin dudas esta designación podría llegar a ser una situación de conflicto a futuro por el liderazgo de la gestión”, cuentan cerca de la ministra designada a quien describen como “una funcionaria con una fuerte personalidad que podría chocar con la manera arrolladora del propio Berni”.

El nombre del ex subsecretario también suena para ocupar un lugar de importancia en la provincia de Buenos Aires sobre todo con la intención de “desplegar las fuerzas federales en un territorio caliente como es el conurbano”. Esta formula, criticada en distintos ámbitos, ya fue aplicada sin mucho éxito en la gestión kirchnerista.

También aparecen otros nombres de especialistas o referentes en la materia que podrían conformar el equipo de Frederic como son el caso de Silvia La Ruffa, Gabriel Fucks o Germán Montenegro.

La ministra designada está ante unos de los principales desafíos de su extensa carrera académica y profesional. Fueron años de formación que serán volcados en uno de los ministerios más sensibles del nuevo gabinete nacional.