Todos los indicios indican que el plan económico todavía no está. Las demoras en la designación del ministro de Economía, Martín Guzmán, cuyo nombre apareció apenas 48hs antes de que asumiera el presidente Alberto Fernández, jugaron en contra.
Dirigentes del albertismo dicen que la designación del jefe del equipo económico no se hizo mucho antes para evitar un desgaste de gestión, antes de comenzar. Otros en realidad, indican que esa demora era producto de los vetos de Cristina Fernández a otros candidatos que aparecieron, como Martín Redrado.
La realidad es que todavía el programa no aparece. Desde el 27 de octubre en que se conoció que el peronismo retornaba a la Casa Rosada hubo tiempo para una transición. Pero la opción fue esperar hasta el último segundo.
Ayer, en el encuentro ProPymes del Grupo Techint, el ministro de Desarrollo Social, Matías Kulfas, insistió en un par de veces ante la audiencia que “hay que esperar un par de semanas” para el anuncio de medidas concretas y que el equipo económico está “alineado” con Guzman.
Eso implica que hasta que Guzman no defina cuánto se podrá gastar en incentivos fiscales para la actividad, no se puede anunciar nada, y ello depende de lo que pueda negociar con el FMI.
Guzman aspira a dejar de pagar por dos años capital e intereses de la deuda. Ya se lo ha dicho a Cristalina Georgieva. Pero la nueva directora del FMI le respondió secamente que primer tenía que mostrar el plan económico para poder sentarse a discutir.
Ahora el joven funcionario tiene la tarea de determinar cómo lograr el superávit fiscal primario para mostrar al Fondo., Pero el problema es que el organismo no solo exige superávit fiscal. Además pide reformas de segunda generación, es decir, reducción de impuestos, reformulación del sistema previsional, y reforma laboral.
Kulfas por su lado, quedó entre la espada y la pared, cuando un empresario metalurgico del programa ProPymes de Techint le preguntó si el gobierno va a retirar las retenciones a las exportaciones industriales de 3 pesos por dólar que impuso por decreto en octubre del 2018 Nicolás Dujovne. El ministro de Desarrollo no pudo responderle. Sabe que no puede anunciar nada de ello si Guzman no lo autoriza. Y eso no lo tienen claro todavía. ¿Cuál sería el costo fiscal de ello?
La retenciones a las exportaciones constituyen el único impuesto que ha salvado las papas de la recaudación desde hace mas de un año. Si no fueran por ellas, los resultados en materia fiscal hubieran sido desastrosos. Gracias a ellas, en noviembre el gobierno que terminó pudo demotrar que el déficit primario bajó 81% respecto del año pasado.
Así, Guzmán sabe que no tiene margen para bajar impuestos, porque tendría que a su vez bajar el gasto, lo que exige el FMI que él define como algo negativo. Guzman quiere tomar como ejemplo de fracaso de las políticas de ajuste al caso de Argentina. No obstante, hay otros países como Portugal y Grecia que tuvieron que pasar por circunstancias penosas de ajuste que al final lograron el equilibrio y retomar el crecimiento.
El problema en definitiva, no es tanto la ideología del ministro de Economía, sino la enjundia académica que tienen los estudiosos y teóricos contra los profesionales de la misma especialidad que comulgan en otras escuelas. Usan el Estado como laboratorio para demostrar a los otros que sus experimentos son correctos. Tal vez por ello, por tratarse solo de un académico, el gobierno ahora busca rodearlo de economistas experimentados, como Daniel Marx, para conseguir esos dos años que quiere Guzman sin pagar. Tampoco ello es un gran descubrimiento. Cualquier economista puesto en su lugar aspiraría a lo mismo.
De modo que quedarán un par de semanas todavía por delante para que el gobierno comience a mostrar alguna medida concreta. Kulfas promete en un par de semanas estar anunciando un plan de estímulos a las exportaciones.
La semana entrante se espera que quede designado formalmente su equipo de trabajo, y luego de ello, un primer contacto con la prensa.