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Recordando a Yabrán (Parte II)

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NARCOTRÁFICO Y PODER EN ARGENTINA
NARCOTRÁFICO Y PODER EN ARGENTINA

   Junio de 1991. Terence Todman, entonces embajador de Estados Unidos, había sido invitado a una reunión en el palacio San Martín. Una vez en la misma, Todman se encontró con Eduardo Bauzá, Eduardo Menem, Erman González y Guido Di Tella, lugartenientes del menemismo, en un ambiente que tornaba la conversación en sobreentendidos a causa del supuesto contacto del menemismo con el narcotráfico luego del escándalo del Yomagate.

 

    En un momento determinado, los asistentes menemistas miraban unos folletos explicativos acerca de la lucha contra el narcotráfico llevados por el embajador y preguntaron sin vueltas:

    -"Con toda sinceridad, ¿Ustedes tienen alguna sospecha de narcotráfico y lavado de dinero?”;

    -"No hay ningún problema" contestó Todman, agregando que "en la cuestión drogas nos parecería útil un sistema para detectar aeropuertos clandestinos".

    Ya sobre el final de la reunión el embajador norteamericano planteó que su gobierno estaba interesado en que la Argentina privatizara los servicios de rampa y depósito fiscal en el aeropuerto de Ezeiza y la desmonopolización de los depósitos y cargas de la aduana, agregando que a la firma Federal Express le interesaba mucho ese negocio. Erman quedó en estudiar el pedido.

    La segunda comida que reunió al embajador Todman con los menemistas se concretó en casa del canciller Guido Di Tella en el barrio de Belgrano y volvió a reflotar el tema de Federal Express.

    Además del dueño de casa, estaba el hermano del entonces presidente, Eduardo Menem y el secretario Bauzá. Erman González prefirió no ir. En medio de la cena, mientras el embajador se preguntaba el por qué de la reunión, uno de los comensales interrogó:

    -"¿Hay algo de los Estados Unidos en contra de nosotros?". Todman miró asombrado, dijo que no y siguió comiendo.

    -"¿Qué tendríamos que hacer para mejorar las relaciones con ustedes?", insistió uno de los argentinos.

    -"¡Nada!", respondió Todman mientras miraba cada vez más asombrado.

    -"¿Tienen alguna información de que el brigadier Yabrán es narcotraficante?", repreguntaron, reforzando las sospechas que circulaban en la aduana.

    -"Ninguna información al respecto", contestó el embajador mostrando ya cierto cansancio.

    Los dos Eduardos suspiraron aliviados: Bauzá y Menem. No podían creer que el embajador no sospechara que oficiales retirados de la Fuerza Aérea estaban implicados en maniobras de narcotráfico. Mientras tanto, Todman aprovechaba para reclamar otra vez por los depósitos de la aduana y la desregulación de los servicios de rampa.

    -"¿Usted tiene algo que recriminarnos?", insistieron ya casi evidenciando todo lo que querían que no se supiera.

    Todman fue concreto: -"No, mi tema es comercial....".


Amistad, divino tesoro

    A Alfredo Yabrán se lo vinculó públicamente con personas de gran poder, comenzando por el entonces presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem. Un día después de que el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo denunciara al empresario postal en el Congreso -el 23 de agosto de 1995-, Menem aseguró desconocer “a las mafias que denuncia el ministro” desde la escalerilla de un Lear Jet de la empresa Lanolec, propiedad de Yabrán. La relación entre ambos resultó tan obvia que la ex esposa de Menem, Zulema Yoma, dijo que “me da asco que Menem ande tratando de tapar las amistades que tiene con Yabrán”. Por lo demás, el Presidente lo defendió varias en veces en público, a quién consideró “un empresario más”.

    Yabrán siempre tuvo buena llegada con el ministro del Interior, Carlos Corach, quién decidió indeminizar a una de sus empresas, Intercargo por el rompimiento de contrato, que la ligaba al Estado, con la friolera de 44 millones de dólares cuando sólo le correspondían unos cinco millones. Además, se apresuró a desligar a Yabrán del asesinato de José Luis Cabezas y a dar como establecido que éste había muerto por disparos de la pistola de uno de los miembros de la gavilla conocida como “Los Pepitos”, ligados a un prostíbulo del puerto de Mar del Plata.

    Ermán González nunca desmintió haber defendido los intereses de Yabrán desde los ministerios de Economía y Defensa y admitió haberlo visitado. También habría destrabado el cobro de una deuda, por lo que Yabrán le habría facilitado el dinero para comprar un departamento en la calle Larrea 1381 de la Capital Federal.

    Otro de los estrechos allegados a Yabrán lo fue el ex subsecretario de Seguridad, luego interventor eterno de la Dirección Nacional de Migraciones, Hugo Franco, alías El Ratón. Franco fue impulsor, junto con Corach, de la privatización de la hechura de los DNI a medida del Grupo Yabrán, subasta que ganó Siemens cuando Yabrán se encontraba en la debacle.

    El ex ministro y actual senador Eduardo Bauza, alías El Fideo, mantenía aceitadas relaciones con Yabrán, aunque cuando le resultó necesario, puso distancia con él. El juez federal de San Iisidro, Roberto Marquevich, benefició con varios de sus fallos a empresas de Yabrán. Según un informe de Inteligencia, el Grupo lo recompensó por estos favores comprándole un chalet en San Isidro.

    El secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, dijo a los pocos días del asesinato de Cabezas que “investigarlo a Yabrán es una locura”. A confesión de partes, relevo de pruebas.

    Según Zulema Yoma, el senador Eduardo Menem fue una pieza clave en la relación del gobierno con Yabrán. Aún así, una de las hipótesis del brutal asalto que sufrió la casa del senador (un polícia muerto y otro malherido) es que lo hayan cometido allegados a Yabrán a consecuencia del intento del hermano presidencial de olvidar aquél vínculo.

    Monzer al Kassar visitó a Yabrán en su principal estancia entrerriana. El narcotraficante y traficante de armas habría mantenido relación con Yabrán a través del extinto presidente de la firma Prosegur de España, Herberto Gut Beltramo, un antiguo empleado y más tarde socio de Amadeo Juncadella..

    El ex embajador en el Vaticano, Esteban Caselli, alías Cacho o El Obispo, solicitó por escrito a la Fuerza Aérea por “expreso pedido del presidente” que la empresa Lanolec pudiera instalar un hangar en Aeroparque. Caselli fue un personaje clave en el contrabando del oro y de las armas y estaba estrechamente relacionado a Yabrán.

    Durante la gestión de Horacio Jaunarena como ministro de Defensa, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, se decidió conformar la sociedad entre la Fuerza Aérea y Yabrán, EDCADASSA, que se consolidó durante el gobierno de Menem gracias a los desvelos de Erman González.

    El ex ministro de Obras Públicas Roberto Dromi benefició notoriamente a Villalonga Furlong en sus relaciones con Encotel pergeñando un decreto que se firmó en 1990. El actual ministro de Justicia y ex embajador en Washington, Raúl Granillo Ocampo, mantuvo buenas relaciones con Yabrán al menos desde 1989, cuando se desempeñaba como secretario Legal y Técnico de la Presidencia.

    Elías Jassan, ex ministro de Justicia (cargo al que debió renunciar cuando se descubrió que habia mantenido más de cien contactos telefónicos con Yabrán desde el asesinato de Cabezas) había sido antes vicepresidente de Interbaires. Jassan le dio el reparto de la correspondencia del Ministerio de Justicia a OCA. “No tengo ni he tenido relación alguna con el señor Yabrán”, mintió descaradamente en noviembre de 1996. Eso le costó el cargo.

    Emir Yoma fue uno de los principales nexos entre Yabrán y el gobierno y lo ha recibido tanto en su casa como en sus oficinas.

    Horacio Massaccesi dijo que siendo gobernador rionegrino mantuvo reuniones con el empresario. "Cuando la situación financiera de la provincia se hizo inmanejable hubo que reunirse con empresarios que tenían en sus manos la suerte de la provincia", se justificó.

    El ex juez federal Carlos Branca, posteriormente preso, trabó un embargo por 30.000 dólares contra Cavallo por una denuncia de OCASA. Más tarde se descubriría que integraba una banda de contrabandistas.

    También tuvieron relaciones con Yabrán, Fernando de la Rúa (que fue apoderado de OCA), Carlos Grosso; el ex intendente de Pinamar, Blas Altieri; el comisario Juan Adrián Pellachi y, entre otros, los jueces federales Rodolfo Canicoba Corral, Jorge Urso y María Romilda Servini de Cubría.

   En estos días, en los que nuevos grupos (económicos y periodísticos, pseudomafiosos) intentan ocupar alguno de los tantos lugares vacantes dejados por Yabrán y se tejen alianzas espurias a espaldas de la sociedad, urge volver a traer a la memoria los nombres de aquellos que permitieron el saqueo de nuestro país y el ingreso de las drogas a gran escala.

    Todo por un puñado de dinero manchado con sangre...


Christian Sanz

 

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