Con la complicidad y el silencio de Roberto Baradel, y los otrora ruidosos sindicatos docentes bonaerenses, un grupo de 1.400 educadores de la Provincia de Buenos Aires quedaron en la calle.
Dichos maestros, carentes de todo respaldo gremial, se han nucleado en el denominado “Equipo Territorial de Políticas Socioeducativas”, desde donde decidieron enfrentar la grave situación que los aqueja.
La Dirección Provincial de Políticas Educativas tiene a su cargo un área de educación “no formal”, que existe desde 2005, y que colabora, sobre todo, en aquellas escuelas bonaerenses con alumnos que padecen un mayor grado de vulnerabilidad.
Antes de que accediera a la gobernación María Eugenia Vidal, los docentes del área en cuestión trabajaban bajo la modalidad de “contrato de locación de servicios”, sin derecho social alguno. Vidal los contrató bajo una modalidad transitoria, sin estabilidad, pero con vacaciones, licencias, aportes, etc.).
Luego de la renuncia de la Directora que estaba a cargo del sector, Carolina Ruggero (Cambiemos) el gobierno de Kicillof omitió la designación de su reemplazante, lo cual es visto por el “Equipo Territorial de Políticas Socioeducativas” como el método elegido para vaciar el área.
En efecto, la ausencia de reemplazante de Ruggero, provocó la falta de firma para renovar las contrataciones transitorias, sin que ningún funcionario superior se avocara al cumplimiento de las funciones de la directora saliente.
Si el objetivo era el vaciamiento, Kicillof lo ha logrado: los alumnos más vulnerables sin una prestación que tienda a la igualdad de oportunidades que sólo otorga la educación, y 1400 maestros –que trabajaban- sin trabajo.