El pasado jueves en este mismo medio se publicó una entrevista realizada al diputado nacional Fabio Quetglas con el objetivo de poder observar una visión parlamentaria respecto del proyecto de Ley sobre jubilaciones de privilegio que ayer mismo consignó media sanción en la Cámara de Diputados.
Asimismo se le consultó sobre la aparición del ex gobernador bonaerense Daniel Scioli en la Cámara baja siendo este último electo embajador argentino en Brasil.
No obstante, era necesario tener en cuenta el punto de vista más jurídico del tema y por ello Tribuna de Periodistas se contactó con el ex consejero de la Magistratura Alejandro Fargosi.
Es dable mencionar que Fargosi fue uno de los pocos funcionarios judiciales transprentes, honestos y con trayectoria intachable, por ello, sus palabras valen el doble.
Sobre la iniciativa presentada por el Frente de Todos, el letrado supo mencionar que “el proyecto de ley kirchnerista sobre los privilegios jubilatorios del sistema judicial y diplomático es una perfecta muestra de cómo puede desvirtuarse una iniciativa plausible”.
A lo que pasó a argumentar: “por un lado, no termina con los inconcebibles privilegios de los jueces, empleados, fiscales y otros funcionarios públicos y por el otro no se dirige a mejorar al Poder Judicial sino a dominarlo”.
Con respecto al tema de los privilegios, supo responder que pocos saben cuántos “tiene el entorno judicial: autoexcluídos del Impuesto a las Ganancias, impiden desde el Consejo de la Magistratura que se los juzgue por sus sentencias, reciben aumentos del 2% anual real, tienen uno y hasta dos años sabáticos, cobran más como jubilados que como activos, pueden retirarse a los 60 años y para colmo, pueden trabajar de abogados al día siguiente de jubilarse, litigando ante sus compañeros y amigos de toda la vida, pese a recibir jubilaciones principescas”, agregando que “no son garantías, son privilegios. Garantías serían tener buenos sueldos, una estabilidad casi absoluta y poder jubilarse a los 65 para no volver a trabajar y con montos dignos”.
Fargosi, quien hoy ejerce la abogacía, explica que “los privados, como siempre, no podemos acceder a esas prebendas: los autónomos, nos jubilamos con valores mínimos y los dependientes, no pueden exceder $ 100.000. De los estatales, pocos pueden llegar a los montos judiciales. Y los que tienen beneficios como jubilarse antes de los 65 no pueden trabajar en lo suyo luego de jubilados. Nada de todo eso aplica a los que más cobran. El sistema jubilatorio argentino es un monumento a lo que no debe ser”.
Luego, prosiguió a fundamentar: “Si la Argentina de verdad está en una crisis que justifica por enésima vez que se menoscabe nuestro derecho de propiedad y se nos exprima con los impuestos más altos de la tierra, es hora de que los legisladores pongan fin a privilegios que por un principio republicano básico, no constituyen ‘derechos adquiridos’ precisamente porque no son derechos sino privilegios. Con semejante criterio, los Liniers debieran seguir siendo Condes de Buenos Aires”.
Respecto del proyecto de Ley en sí, Fargosi explicita que “no corrige nada de todo eso y encima lo usa como zanahoria para motivar a cientos de jueces en condiciones de jubilarse, a que se vayan ya, para no perder sus privilegios jubilatorios. Con eso, el Gobierno tendrá muchísimos juzgados para llenar con sus "jueces militantes" y con subrogantes. Ya conocemos y sufrimos esta práctica nefasta”.
A lo que añade que “para peor, el proyecto suprime el ‘estado judicial’ que rige hasta hoy, con el que puede convocarse a jueces jubilados para que reasuman sus funciones. ¿Por qué? Para demorar causas complejísimas, que llevará años reponer en marcha. ¿Cuales? Las de corrupción en las que se imputa a personajes ‘k’”.
“En resumen, una vez más el kirchnerismo demuestra que usa al sistema democrático para ser antisistema y carece por completo de límites, que se deleita en romper” Concluyó el letrado sobre el proyecto.
En referencia a la aparición del electo embajador argentino en Brasil, Fargosi mencionó: “Pensemos en lo de Scioli: nada hubiera costado tener la decencia política de esperar a que asuma su suplente y lograr así el quórum en Diputados. Pues no: con un firulete formal, un embajador ya activo sigue siendo diputado... Innecesario pero políticamente rotundo: hacen lo que quieren, cuando quieren y con quien quieren”.
Y culminó la entrevista con una frase que resume absolutamente todo: “Kirchnerismo 1 - República 0”.