En la apertura de la sesión ordinaria legislativa número 138 celebrada el pasado domingo, Alberto Fernández aseveró que “dentro de los próximos 10 días presentaré un proyecto de Ley de interrupción voluntaria del embarazo que legalice el aborto en el tiempo inicial del embarazo”.
Sin embargo, el pasado lunes, el jefe del bloque de senadores del Frente de Todos, José Mayans, se manifestó en contra, lo cual generó cierta sorpresa. “se va a violar la Constitución” dijo el legislador nacional, ya que “matar a una persona es un crimen”.
¿Por qué Mayans se contrapuso a la iniciativa de sus jefes? ¿Por qué siendo que responde directamente a la vicepresidenta Cristina Fernández se manifiesta opuestamente a lo que ésta última evoca? ¿Acaso será casual que quien se encuentra comandando a los senadores del Frente de Todos sea quien haya salido a imponer su ideología?
Para lograr una respuesta es necesario remontarse un poco al pasado.
Como ya se ha publicado en Tribuna de Periodistas, allá lejos, en el 2004, el entonces presidente Néstor Kirchner mencionó que “siempre fue claro mi rechazo al aborto”.
Dicho artículo hace referencia a una nota publicada ese mismo año en Infobae, en la misma se puede leer “Quien también se sumó al rechazo fue el jefe de Gabinete Alberto Fernández quien sostuvo que ‘el Gobierno no está trabajando en ningún proyecto de despenalización’”.
Se podría creer que, tras 16 años, el hoy presidente cambió de parecer, pero hay más indicios al respecto.
Hace casi dos años, en este portal se publicó una nota titulada “el aborto en época cristinista”. En la misma se hace mención a una denuncia que presentó Ricardo Tondo, un investigador privado, en la cual deja constancia de una mafia que captaba –quizá aún lo hace- mujeres embarazadas para practicarles abortos clandestinos.
Según le mencionó Tondo a este cronista, en muchos de los casos, a estas mujeres se les ofreció asistencia y apoyo durante toda la etapa gestacional para, una vez finalizado el lapso del embarazo, arramblar al bebe, el cual eventualmente sería traficado.
Todo ello, según el relato de un médico arrepentido, lo habían llevado a cabo gracias a la protección de la Policía Federal Argentina (PFA) y de distintos funcionarios k.
Entonces ¿Cuál es la verdadera posición de Cristina respecto de este tema en particular?
De la nota antes referida se desprende que “en su íntima convicción en audios privados, hasta el año 2013 presentaba un punto de vista proabortista, aunque, por intereses personales, luego de que Jorge Mario Bergoglio asume como Papa Francisco, cambió su idea rotundamente, convirtiéndose en antiabortista”.
Y luego se agrega “mientras Cristina presidía la Argentina, el proyecto para la despenalización del aborto se presentó en varias oportunidades, aunque, vale destacar, después la fecha antes mencionada.
Cada vez que se presentaba la iniciativa, quedaba trunca llegada a comisión, es decir, antes de llegar al Congreso, claramente a pedido de la actual senadora nacional (hoy vicepresidenta) quedando indemne”.
En este punto quizá pueda entenderse por qué un cuatro de copas con una gran suma de poder en la Cámara alta, como lo es José Mayans, salió a aclarar que está en contra del aborto.
Dicho sea de paso ¿Por qué lo hizo sin que nadie lo consultara? Y es dable remarcar nuevamente otra pregunta ¿Por qué quien lo hace es ni más ni menos que el jefe del bloque oficialista?
Es una verdad de Perogrullo el hecho de que en política no existen las casualidades, en ese sentido debe destacarse que el proyecto que pretende enviar Alberto al Congreso sobre la legalización del aborto parece ser un mensaje para la tribuna.
Las masas militantes proabortistas se mueven en grandes cantidades, y todo indica que son cada vez más los que opinan que la interrupción del embarazo debe ser legal, ello gracias a los elocuentes argumentos que utilizan este grupo de personas en su campaña.
Esa es la estrategia para conseguir mayor caudal de apoyo: enviar un proyecto reclamado por un núcleo amplio de la sociedad aunque no aprobarlo cuando el mismo llegue al Senado, el campo de acción que controla la ideóloga y estratega vicepresidenta Cristina Fernández.