Decir que la clase política argentina es un conglomerado de desatinos, es una verdad de Perogrullo. No solo el gobierno, que no da pie con bola, sino también la oposición, que no parece estar a la altura de las circunstancias.
Unos se llevan puesta la República; los otros miran de afuera y solo atinan a “patalear” al viento. Entretanto, la ciudadanía empieza a inquietarse.
La última marcha, la del 26 de agosto pasado contra la reforma judicial, dejó bien clara la situación: tímidamente empezaron a aparecer carteles que manifestaban el inquietante “que se vayan todos”. Ya no refería a una queja contra el brutal kirchnerismo, sino también un reclamo a la tímida oposición.
Es, para el menos avispado, el germen de lo que ocurrió luego de la crisis del año 2001, que se llevó puesto al gobierno de Fernando de la Rúa y trajo consigo la llegada del kirchnerismo. Toda una paradoja.
Porque los mismos que incubaron aquel embrión que permitió el nacimiento de los K, ahora pide que estos se vayan. ¿Qué vendrá luego entonces? ¿Será la concepción de un nuevo Frankestein?
Como sea, habrá que prestar atención a las palabras de Alfredo Casero, entrevistado este sábado por Tribuna de Periodistas: “Fui al Congreso fui a hacer lo que no hicieron los propios legisladores. Por ejemplo, lo ves a Waldo Wolff, que sale como diciendo ‘lo logramos’... ¿Qué lograste? No lograste nada”, sostuvo.
Una digresión: la elocuencia del reportaje hizo que fuera replicado por diario La Nación y otros medios nacionales.
Allí Casero se hizo eco de los reclamos de la ciudadanía, enfurecida con el oficialismo y la oposición. Y, por las dudas, aclara que no hay ningún doble sentido en su avanzada: “No me mueve ninguna ambición política, desconfío totalmente de los políticos, porque por una cosa —ya sea por hijaputez u omisión— creo que tienen que dar más siempre. Y en este momento más que nada en la vida”.
¿Acaso no traduce el actor de manera clara y concisa lo que viene pidiendo la sociedad en sus últimas manifestaciones?
Y no tiene que ver solo con el avance contra el republicanismo, un tópico del cual el kirchnerismo viene haciendo gala desde que llegó al poder, allá lejos y hace tiempo, en 2003. También refiere al daño que viene haciendo la cuarentena en los cimientos de la economía, la “micro” y la “macro”.
Como botón de muestra, este mismo sábado se dio una ostentosa y ruidosa marcha en Rosario contra el cierre de actividades por la cuarentena. Allí mismo se dejaban ver carteles que decían, no casualmente, “que se vayan todos”.
#URGENTE La Ciudad de Rosario le dice NO a la nueva cuarentena. Esto está pasando ahora pic.twitter.com/S3VBYR90gW
— EL ANTI OPERETA (@ChauOperetaK) September 5, 2020
Las razones de Alberto
Sorprendió durante la semana que pasó que Alberto Fernández decidiera suspender su visita a Mendoza, la cual había sido anunciada públicamente por él mismo en un acto público.
Y, si bien se habló de “problemas de agenda”, la realidad es otra. Según pudo saber este portal, quien habría convencido al presidente de no ir a la provincia cuyana fue Anabel Fernández Sagasti, la “embajadora” de Cristina Kirchner en ese distrito.
Según pudo reconstruir TDP sobre la base de fuentes del PJ mendocino, la senadora camporista le habría dicho al jefe de Estado que sería “escrachado” por puntuales activistas al arribar a la provincia (algo incomprobable, dicho sea de paso).
En tal sentido, la legisladora le recordó a Alberto los datos de una reciente encuesta realizada por CB Consultora Opinión Pública, que comprobó que Mendoza es la principal provincia opositora del país, incluso por sobre Córdoba que supo darle un fuerte revés al peronismo nacional votando a mansalva a Mauricio Macri en las elecciones de 2015.
Con esa información a cuestas, sumado a las críticas que hizo el mandatario al gobernador Rodolfo Suarez por su manejo de la cuarentena, el repudio presidente era “cantado” para Fernández Sagasti.
No obstante, en las próximas horas, Alberto brindará una nueva fecha de su eventual visita a Mendoza.
Hablando de encuestas: se conocieron los últimos datos de una medición de la firma Giacobbe & Asociados, que muestra que la imagen del presidente no para de caer.
La imagen negativa del mandatario ya supera por más de 10 puntos a la positiva, mientras que va de la mano con la desaprobación del aislamiento por la cuarentena, al que ya más de la mitad de la población pide que termine.
Si bien Alberto mantuvo su imagen positiva (37,3%), la negativa creció cuatro puntos (48,5%) a costa de la regular. De esta manera, los números se encuentran en niveles de mayo de 2019, cuando recién arrancaba su carrera hacia la presidencia.
Hackeo que preocupa (y que fue anticipado por TDP)
Finalmente, se confirmó la primicia que dio TDP en esta misma columna hace una semana: un grupo de hackers violó los sistemas de seguridad de la Dirección Nacional de Migraciones y robó una importante base de datos. Ahora, a cambio, solicitan un rescate millonario para devolver los archivos.
Así fue contado por este portal antes de que se hiciera público: “Ocurre en estas horas una situación inquietante, que intenta ser mantenida en secreto por parte del gobierno: el sistema informático de la Dirección Nacional de Migraciones fue atacado con un destructivo virus. El hecho ocurrió el jueves pasado y persiste hasta el día de hoy, por lo cual casi todos los trámites deben hacerse en el formato del viejo y vetusto papel. Lo grave no es eso, sino que se borraron los datos de entrada y salida de personas del país”.
En el mismo análisis, este cronista se preguntó: “¿Fue un hecho aislado y fortuito o algo pergeñado por algún sector del poder político? Es la gran duda que carcome a los capitostes de Migraciones ahora mismo”.
La respuesta llegó más temprano que tarde: si bien en un principio los funcionarios de Migraciones dijeron que se había afectado “el Sistema Integral de Captura Migratoria (SICaM) que opera en los pasos internacionales", luego decidieron blanquear lo del grupo de hackers que piden un rescate para volver todo a la normalidad. Ello es investigado ahora mismo por el juez Sebastián Casanello, quien sospecha de una organización internacional, presumiblemente rusa, dedicada a hacer este tipo de extorsiones.
Por su parte, el gobierno ha decido no ceder al pedido dinerario de los atacantes, lo cual ha provocado inquietud en el ámbito de la Cancillería argentina, ya que los hackers juraron que harían pública información sensible antes del próximo miércoles.
Entre otras, podrían revelarse una veintena de carpetas con información de embajadas, informes de Interpol y de la Agencia Federal de Inteligencia.
Es el escándalo que viene. El nuevo dolor de cabeza que está por tener Alberto y que se suma a los que le viene provocando su compañera de fórmula, Cristina Kirchner, principalmente por la imparable reforma judicial que busca dotarla de impunidad y que moviliza a todo el arco parlamentario del kirchnerismo.
Es un culebrón que está a punto de complicarse en la Justicia, de la manera menos pensada. Lo mismo ocurrirá con la errática sesión de Diputados de la semana pasada, que será impugnada por Juntos por el Cambio a nivel judicial. El gran complicado será Sergio Massa, de quien están por conocerse detalles de sus vínculos con el narcotráfico, Elisa Carrió mediante.
Será, como siempre que habla Lilita, para alquilar balcones.
© Tribuna de Periodistas, todos los derechos reservados