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La protesta policial comenzó el 9 de septiembre luego de una convocatoria masiva en redes sociales. En la misma se instaba a los familiares de policías, penitenciarios, y retirados en general, a reclamar por los magros sueldos y las condiciones precarias de labor del sector.
Olga Luisa Narváez es la madre de un policía y un penitenciario de Río Negro, que hace dos días determinó encadenarse en el emblemático Centro Cívico de San Carlos de Bariloche para visibilizar las necesidades de los uniformados.
Silvina Gómez es la esposa de un policía que también decidió rebelarse en contra el sistema, y al igual que Olga exhibe eslabones metálicos alrededor de su cuerpo en señal de la misma proclama: “Incremento Salarial y Reforma Laboral para los Policías y Penitenciarios de Río Negro”.
Según Olga las familias autoconvocadas iniciaron la lucha solas, ya que los Servidores Públicos se encuentran atados de pies y manos al momento de reclamar por reivindicaciones laborales, dado que sus regímenes profesionales se encuentran “especialmente diseñados”para reprimir con duras sanciones disciplinarias todo medida de fuerza, petición o protesta.
Dentro de los puntos principales planteados encabeza el petitorio un aumento de sueldo de casi el 100%, ya que un agente policial o penitenciario raso recién incorporado rondaría los $ 35.000 de bolsillo, equivalente a US$ 250 en el mercado informal.
Otro eje central es el temor a las represalias que se aplicarían a los efectivos activos por las opiniones vertidas y la participación de sus familiares en los reclamos, dado que las autoridades podrían valerse de traslados compulsivos y otras prácticas persecutorias a “modo de vuelto” por las acciones desplegadas.
La obra social y los servicios de salud son ampliamente criticados ya que las prestadoras son cada vez menos, de peor nivel, no cubrirían la totalidad de las especialidades, y exigirían “copagos” que deben ser afrontados por los afiliados.
En el caso de la Policía Provincial las jornadas y horarios laborales también se encuentran bajo la lupa, ya que se encuentran organizadas en “tercias” que incluyen recargos de servicio y no dejan lugar a descansos ni francos suficientes a los uniformados para su adecuada recuperación física y psíquica, en un contexto sanitario que lejos de impedir, facilita la posibilidad de contagio de Coronavirus de los efectivos y sus familias.
Luego de 13 jornadas extenuantes de concentraciones, marchas y acampes en ciudades emblemáticas como San Carlos de Bariloche, General Roca, Viedma y Cipolleti, en las últimas horas un grupo de familiares tomaron la drástica decisión de encadenarse a la intemperie hasta obtener respuestas del Gobierno Rionegrino, ya que según aluden las autoridades se encuentran cerradas a toda comunicación y apuestan al desgaste de los autoconvocados, luego del anuncio del Poder Ejecutivo que otorgaría un aumento irrisorio de $ 5.000, que al valor local alcanza solamente para 7 kilos de carne.
Los manifestantes admiten que fueron víctimas de interlocutores y referentes de dudosa procedencia, que se acercaron a las concentraciones para manipular sus reclamos valiéndose de su desorganización e inexperiencia. Como resultado de esta amarga experiencia y tras ser vulnerados en su buena fe, los familiares que siguen en pié no sólo asumieron la responsabilidad de avanzar con las demandas, sino que destacaron además la voluntad de conformar una “Asociación de Esposas y Familiares de Policías y Penitenciarios de Río Negro” con la cual se pretende conquistar de manera organizada y transparente, los incrementos salariales y las reformas laborales propuestas.
Al ser consultadas sobre el punto de inflexión que los llevó a manifestarse, coincidieron respecto del hartazgo de ser sometidos a una situación de abandono, humillación y manoseo constante por parte del Estado Provincial, por lo cual las protestas se extenderían “Hasta tanto el Gobierno de Río Negro propicie un diálogo sincero para solucionar la triste realidad de los Policías y Penitenciarios”.
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Y después esa misma policía es la que humilla y detiene arbitrariamente a una ciudadana por pasear su perro en Bariloche. Pudranse, gente de doble discurso y moral.
Libertario, creo que las cosas no son tan simples. Cómo en cualquier grupo humano, hay gente decente y mala gente, delincuentes que como imagen de la institución, son los que tiran abajo su confiabilidad y su imagen. También está la política seguida por los medios de comunicacion: el policía malo vende, el bueno no. Lo real es que les pagan miseria por un trabajo que es de suyo riesgoso. Los guerrilleros terroristas, mataban a quien se les antojaba. Pero matar policías a sangre fría, por placer y para quitarles, robarles el arma. Y el número de policías muertos reprimiendo a criminales peligrosos, verdaderos asesinos, es muy alto. Siendo ellos una muy escasa franja de ciudadanos armados y disciplinados, me parece preferible depositar en ellos la confianza y el respeto que es imposible prodigar a la psicopatica "clase dirigente", sean políticos, sindicalistas o jueces de la corte. Ellos también están siendo humillados y pauperizados por los mismos forajidos que nos condenan diariamente a la miseria y la indefensión a todos nosotros.
Aclaro: matar policías por placer y para quitarles el arma, era para los terroristas guerrilleros ( del tipo de Verbitsky, Walsh, Firmenich, Vaca Narvaja, Kunkel o Perdía), un deporte irresistible. Esa sola realidad, justifica la existencia de fuerzas de seguridad que efectivamente, combatieron a terroristas homicidas ensoberbecidos y junto a las FFAA, tomaron el riesgo necesario para doblegarlos militarmente. Cumplieron con su misión legal y constitucional. Descabellado sumarse a los que hacen todo lo que esté a su alcance, incluyendo mentiras y verdaderos sistemas de mentiras, para desacreditarlos.
Hay que cuidarse de los delincuentes y de la policía, ambos están armados y son una amenaza para la ciudadanía. Los civiles debemos arrogarnos el derecho natural de defendernos.
De acuerdo Libertario. Siempre fui de la idea de que a la Constitución le faltó, y sigue faltandole, la figura legal de la segunda enmienda de la Constitución de EEUU. El derecho a la posesión y portación de armas, es una garantía del derecho a la Legítima defensa. No solo contra ladrones "privados", sino también y sobre todo contra los ladrones públicos, los tiranos disfrazados de demócratas filantropos. De eso no puede haber duda.